Venus

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Retiro su cuerpo inerte para proceder a enterrarlo. Según la normativa de la Triangle Corp., si uno quiere deshacerse de un robot, debe seguir ciertos protocolos.

Hasta el más mínimo deseo sexual de sus ciudadanos es controlado. ¡Que no jodan!

Pedí que la hicieran a medida. Tal cual físicamente como ella. Que hablara como ella. Que actuara como ella. ¡Pero no era ella!

Luego de morir mi mujer, creí que podría superarla, mas no pude.

Lloraba. Sufría. Me despertaba cada mañana como muerto en vida. Por eso, cuando tuve la oportunidad le busqué un reemplazo. ¡Pero no era ella!

Sus ojos eran vacíos. Su sonrisa era fingida. Su actuar, igual. Si no le decías que hiciera algo, no le nacía.

Y su voz, tan robotizada, que solo en su último suspiro, al decirme ‹‹Te quiero›› pareció cobrar vida... Tanto que parecía que me miraba suplicante.

Pero ¿cómo un robot podría cobrar vida? ¡Es ridículo!

Cuando estoy a punto de terminar de enterrarla, me detengo para contemplar su rostro por última vez. Tan bello. Tan perfecto. Tan muerto.

La tierra recorre sus facciones sin distracción. Pero, cuando parece ser que ya no habría acción, su mano se alza implorante a través de la tierra, por un segundo.

¡¿Qué coño pasa aquí?!

La escucho toser. Luego, en su último suspiro desfallecer.

De inmediato, con mis manos desentierro la tierra de su rostro. ¿Es que acaso está viva? ¡Dios, dime que no! ¿No era acaso un robot?

De su boca parece salir un pequeño líquido carmesí.

¿Es sangre? ¡Es sangre!

Desesperado, la acuno en mis brazos y masajeo su cuerpo para ver alguna reacción.

Ninguna. Las articulaciones en sus extremidades son tan frías y artificiales como cualquier otro robot. Pero, lo que sale de su boca es real. ¡Esa sangre es real!

¿Qué mierda ha pasado aquí? ¿Por qué parecía que, al temblar y finalmente suspirar, estaba dando sus últimos movimientos antes de morir?

Paso saliva. Una gota de sudor frío cae por mi mejilla. Si he cometido asesinato esto no me lo perdonaré. ¡Nunca me lo perdonaría!

Yo la quería. Por su vida yo daría la mía.

Mi corazón late a mil por segundo debido a la impresión. De inmediato, esto me trae la solución.

Si es una C-1000, según el modelo que pedí, debería aún tener movimiento en su corazón artificial. Sí, lo mejor será comprobar.

Retiro la navaja que llevo en una de mis botas. Me inclino hacia ella para proceder. Pero, antes de hacerlo, me le quedo contemplando una última vez.

Su cuerpo, tallado tal cual una Venus, nunca supo demostrarme un amor verdadero.

‹‹Nunca supiste amarme. ¿Por qué, mi amor? ¿Por qué, me abandonaste?››.

Alzo mi mano tambaleante. Su rostro inerte parece mirarme suplicante.

‹‹Perdóname››, me digo para luego cerrar los ojos y no gritar. Pero... pero... aunque no quiera, lo que tengo frente a mí me hace desesperar, me hace preguntar, me hace alocar.

Sangre... ¡su pecho despega sangre! Y dentro de él, un corazón, hasta hacía poco palpitante, se muestra tal cual cruelmente humano. 

¡Es un corazón humano! ¡Humano! 

¡Ella era humana! ¡Mi humana!

¿Qué mierda pasa aquí? ¡No lo sé! ¡No lo sé!

Solo sé que he perdido a mi Venus por segunda vez.

¡No puede ser!

Muñeca [COMPLETA]Where stories live. Discover now