Sonrisa tumblr.

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En el aire se percibe un peculiar olor a perfume que parecía reconocer. Voy descalzo caminando por el césped, una sensación que siempre he amado.

Sigo el olor a perfume y en cada paso que doy este parece ser más intenso. Cuando abro mis ojos y estoy en el domo de la casa de los abuelos en la colonia.

Se me erizan los pelos y mis ojos se llenan de lágrimas al verlos a ellos de pie al final del pasillo de flores, junto al piano blanco de la abuela. Luciendo tan radiantes, tal cual los recordaba.

Corro hacia ellos y me abrazo a sus piernas. Todo, el tacto, el olor, la sensación es la misma, y las lágrimas corren con fuerza por mi rostro empapándome.

–¡Los extraño tanto, abuelitos! –sollozo casi gritando–, ¡¿por qué tuvieron que dejarme?!

–Duggie... –dice la abuela con dulzura–, nosotros no te hemos dejado.

Te acompañamos en cada paso que das, mi niño. –añade mi abuelo.

Me ponen de pie y me dejan a la altura de ellos. Ambos me acarician y se siente tan real.

Es que tengo miedo, abuelos. –Las palabras se atascan en mis labios–. No quiero defraudarlos.

–Eso no pasará, mi amor –me acaricia el pelo mi abuela–. Nosotros ya estamos orgullosos de ti.

–Se hace tarde, Duggie –interrumpe el abuelo–. Sólo recuerda que te amamos y que eres nuestro mayor orgullo. Serás capaz de todo lo que se venga. Y si te sientes solo, búscanos en tu corazón.

Ambos me abrazan y yo despierto con la cara mojada. Evidentemente lloré dentro del sueño, es inevitable con todo lo que los extraño.

Abro la tapa de mi laptop y ahí está mi blog, con muchas notificaciones sin abrir. Y es que a pesar de no ser una red social tan masiva, igualmente hay un fuerte número de gente que aún está aquí.

Mis fotografías ya se acercaban a los 6 mil likes y durante la noche había conseguido otros 70 seguidores, ya casi llegaba a los 11 mil.

La audiencia de mi blog es muy fiel ya que siempre están viendo mis fotos, esperándolas, comentándolas y compartiéndolas. Pero también son muy leales, ya que nunca han insistido demasiado en saber mi verdadera identidad, y eso a mí me acomoda bastante.

Respondo uno que otro comentario, eran demasiados y no me alcanzaba el tiempo para tanto.

Es sábado y tengo hasta el miércoles libre de universidad. Ese día debo ir al campus a la charla de bienvenida y todos esos ajetreos. Reconocimiento de la instalación, salas de clase, etc.
En algo tengo que mantenerme ocupado y lo más urgente es comprar uno que otro mueble para el departamento, lo necesario.

Así que me levanto del sillón y al instante me da una punzada al cuello.

–¡Agh! No debí dormir en este viejo sofá –reclamé masajeando mi cuello–. Despídete de mi culo porque no seguiré durmiendo en ti.

De nuevo yo hablando con los muebles. En mi defensa, la soledad hace que uno haga este tipo de locuras.

Desempaco las cosas de baño, shampoo, jabón líquido, cepillo, etc. Y me doy una ducha de lo más normal.

Al salir de la ducha me percato de que no traje toalla. Normalmente iría mamá a dejármela, pero como mamá no está aquí.

–¡Al carajo! Vivo solo –grité.

Puse la música muy fuerte. Salí del baño luciendo mis presas al aire, sin importar nada, de todos modos no había nadie que pudiera verme.

Me cepillé los dientes disponiéndome a cruzar a un pequeño mercado que había frente al edificio para comprar cosas para desayunar.

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⏰ Last updated: Nov 01, 2019 ⏰

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