1.1 rubia de oro

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Alice Longbottom | rubia de oro

Alice Longbottom | rubia de oro

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2 de diciembre de 2021

La Navidad se estaba acercando, y los alumnos podían sentir la emoción corriendo por sus venas. Hogwarts estaba repleto de jóvenes cantando villancicos y riendo por los pasillos, aunque nadie les iba a decidir que parecían ridículos. La escuela estaba recubierta de una extraña alegría que parecía incluir hasta a los profesores. Varíos Slytherin aseguraban haber visto a la profesora McGonagall con un sombrero navideño en las últimas semanas, bailando junto a Teddy Lupin, el nuevo profesor, y Filius Flittwick en el Gran Comedor. Otros, mayoritariamente Gryffindor, aseguraban por el contrario que eran solo rumores, y que la jefa de su casa nunca haría tales estupideces. Los Ravenclaw solo se mantenían distantes en el tema, aunque se decía que sabían la verdad. Aquella pequeña discusión, con el paso de los días, había acabado en una gran pelea, donde los Slytherin y los Gryffindor, como en los viejos tiempos, se insultaban sin parar.
Para Scorpius, y con su total sinceridad, lo encontraba desastroso. Es decir, ¿qué les importaba a las serpientes y a los leones si McGonagall había bailado o llevado un sombrero?
Con ese pensamiento, suspiró, dirigiéndose hacia la clase de Transformaciones. No era un secreto que al rubio no le agradaba la Navidad. La cosideraba arrogante, egocéntrica e infantil. Por eso, todos los alumnos estaban avisados de que, durante esa época del año, no debían acercarse al chico. Al ver las luces que inundaban el ambiente, Scorpius no podía evitar hacer una mueca y rechistar. Solo había una persona capaz de controlar al rubio, y el único que sabía la verdadera razón por la que el Malfoy rechazaba esa fiesta, Albus Potter, su mejor amigo.

—Entonces, ¿qué te parece si vienes a mi casa en vacaciones? —preguntó el azabache situándose a su lado mientras caminaba, cargando con demasiados libros—. Mis padres van a estar fuera, y a James y Lily les caes bien.

Scorpius se encongió de hombros con indiferencia, aunque una pequeña sonrisa se formó en su boca. Desde hacía años, cuando ocurrió el desastre, los dos amigos solían pasar la Navidad juntos, mirando películas y hablando de temas de extrema importancia.

—Me parece perfecto —respondió tranquilamente—. Estoy deseando volver a tu casa. Aunque, desde la última vez no puedo volver a mirar a tu padre a la cara...

Albus soltó una carcajada, sabiendo perfectamente a qué se refería su amigo, a ese suceso tan gracioso ocurrido aquel verano, cuando el chico Malfoy había ido a pasar unas cuantas semanas en casa de los Potter.

—Sabes que no fue tu culpa que mi padre confundiera tu poción con limonada —dijo, comprensivo, luego una sonrisa traviesa surcó sus labios—. Aunque fue muy gracioso cuando su piel se volvió verde.

Scorpius lo miró por un segundo con la cara totalmente seria. El solo recuerdo de esa tarde, cuando el gran Harry Potter parecía un elfo más que otra cosa, lo incomodaba. Tenía que admitir que había sido bastante divertido y que, a pesar de las consecuencias que tuvo para el Elegido volverse verde, todos se había echado unas buenas risas. Pero no le hacía ni pizca de gracia que su mejor amigo y sus hermanos se lo recordaran cada vez que podían.

Thank u, next | Scorpius MalfoyWhere stories live. Discover now