Capítulo 5:

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ARLETTE:

Vicenzo solo abandona la oficina de su padre para ir por nuestra comida o agua. Por fortuna accedió a dejarme ir al baño sin él, algo a lo que sé que de haber habido una ventana no habría accedido. Aunque solía despreciar su cercanía, aún lo hago, no puedo evitar estar agradecida. Él mantiene a los monstruos alejados. Aunque la relación con su padre no esté en el mejor punto y sin nuestra alianza sea casi un don nadie, hay algo acerca de él que mantiene tras la raya a otros hombres del submundo. No sé por qué me sorprende tanto. Sucedió antes con Luciano. La vez que interrumpimos en su finca él logró interponerse entre el traficante de mujeres y yo y sacarnos de ahí sin sufrir ningún rasguño.

Tal vez se trata de la cantidad de personas que ha asesinado.

De cuán bueno es en ello.

─Los hombres de La Organización están por llegar ─dice tras echar un vistazo al exterior a través de las persianas que recubren la ventana del angosto, pero elegante, cuarto que se ha convertido temporalmente en mi prisión, pues dudo que Constantino me tenga aquí para siempre.

Hago una mueca llena de desdén.

─Este debería ser un asunto de la Cosa Nostra.

Él afirma.

─Sí, pero tu padre tenía poder sobre muchos miembros de La Organización que ahora están nerviosos acerca de cómo lo manejará Luciano. ─Sí. Para que permitan que alguien como Luciano se acerque a su prestigioso grupo, este debió haberse apoderado de algo más que dinero. Información. Carlo Cavalli lo sabía absolutamente todo, excepto que estaba a punto de ser asesinado─. Ambos bandos desean complacerse mutuamente, así que no hay mucho que podamos hacer para convencerlos. Flavio tiene a penas once. Siete años es demasiado tiempo para coexistir en conflicto. Deshacerse de ti, lo único que parece amenazar la paz, es fundamental.

─¿Eso es lo que opina tu padre?

Vicenzo niega.

─Mi padre solo quiere poder, Arlette. ─Ya que estuve enferma toda la noche, Vicenzo colocó compresas heladas sobre mi frente que ahora se sienten calientes contra mi piel. Jadeo con alivio, odio la sensación húmeda que dejan tras de sí, cuando se acerca y las retira de mi rostro. Nuevamente estoy atada con las manos tras la espalda─. Está deshecho por la muerte de tu padre. También está encontrando la manera de salvarlos a ti y a Flavio. A su favor, aunque se postule como su tutor nadie lo tomará en serio a menos que nos utilice a nosotros dos como fichas. A diferencia de Luciano, no solo es viejo, sino que no conoce tanto de los negocios de tu padre como él. No justifico su comportamiento contigo, pero Carlo era como un hermano. Desde que nuestro compromiso se rompió, él no ha vuelto a ser el mismo. Siempre ha estado obsesionado con que seamos familia. Ni siquiera puedo imaginar lo que su muerte le está haciendo. Amaba a tu padre. ─Su barbilla se endurece─. Nuestra alianza le importaba más que yo. Carlo era un imbécil, pero al menos nunca habría permitido que nadie te lastimara. Él me puso ante tu padre en una bandeja de plata para que hiciera conmigo lo que quisiera y ambos sabemos que tenía motivos de sobra para lastimarme. Que pudo ser peor que una maldita cicatriz en la cara. Constantino lo sabía y no hizo nada al respecto.

Así que ese es el detrás de por qué fue capaz de devolverle el golpe a su padre. Si pudiera sentir algo diferente al dolor, sentiría pena por él, pero ese momento ya pasó. Lo ayudé cuando lo necesitaba. Nunca pensé que la marca que le hizo mi padre en la cara hubiera afectado tanto la relación con el suyo, pero pensándolo bien... ¿qué diferencia a Constantino de Carlo? Constantino permitió que papá lo arruinara. Carlo dejó que Sveta siguiera alrededor después de que me vendiera a Luciano.

Me enfoco en sus ojos negros sin fondo.

Ahora no es tan diferente.

No, no lo es.

Cavalli © (Mafia Cavalli ll)Where stories live. Discover now