Lisa nunca había estado tan comprometida con algo, como lo estaba con la situación de Haeun. No pensaba rendirse por muchas puertas que le cerraran en la cara, por muy complicado que se volviera el camino.
Ver a Haeun casi todos los días era su motivo para levantarse; y la cara de la pequeña cada vez que se despedían, la causa de su lucha. No importaba cuán complicado era todo para ella, Haeun estaba primero.
Sabía que aceptar el papel que le había ofrecido Solar no sería algo sencillo, pero había subestimado realmente el asunto. Relacionarse con otros era algo agotador para la rubia. Ni siquiera antes del accidente había sido una mujer llena de habilidades sociales; según lo que le habían explicado sus padres, ella representaba un papel cada vez que salía de casa. Decía lo que esperaban que dijese, aunque no estuviese de acuerdo con ello. Pero ahora las cosas eran distintas, Lisa no podía representar el papel de la "chica normal", porque ni siquiera sabía qué significaba eso. No entendía las bromas de sus compañeros de trabajo, ni sabía cómo comportarse frente a ellos. Todo era forzado y lo odiaba, pero debía hacerlo por Haeun. Solar la ayudaba cómo podía, pero producir una obra no era sencillo, por lo que no podía estar siempre acompañando a su amiga. Ella había asistido al primer ensayo y Lisa se había sentido mucho más segura, pero la niña tenía que ir a clases cuando la rubia tenía agendada la mayoría de las lecturas y prácticas.
Y Nini, su Nini, tal como lo había prometido, intentaba ayudarla con todo el asunto de ser una mujer más responsable. Aunque aún no estaba segura de que la rubia estuviese lista para vivir sola, como Lisa se lo había insinuado, no había dejado de alentarla para que fuese más independiente. La fotógrafa sentía que su vida tenía una nueva luz debido a la presencia de la futura diva de Broadway, mientras que la actriz y cantante sentía que cada día recuperaba un poco de la Nini de sus recuerdos. Era como si cada día que pasaba Jennie se mezclaba con la antigua Nini, logrando una versión mejorada de ambas, a los ojos de la rubia.
Sin embargo, pese a todo su esfuerzo, Lisa aún no conseguía la aprobación de la directora del hogar. La mujer la seguía mirando con malos ojos y sólo le permitía las visitas, porque el psiquiatra de Lisa había intervenido. Aquella situación ponía a la rubia sumamente nerviosa, pues la mujer era una de las encargadas de dar su visto bueno en el proceso de la adopción de Haeun.
Lisa intentó alejar esos miedos y centrarse en Haeun. La pequeña estaba jugando frente a ella, mientras que disfrutaban de un agradable día primaveral en un parque cercano al hogar.
–¿Recuerdas lo que te conté la última vez que nos vimos hace dos días? –preguntó la rubia a la pequeña niña que la miraba atentamente, mientras asentía –. Me volvió a invitar a salir. Creo que no entiende que los niños no me gustan.
Jackson Wang era el encargado de la iluminación y sonido; se habían conocido la segunda semana de ensayos. Era un chico agradable, que no incomodaba a Lisa en demasía, pero que no entendía el significado de un no.
–Ojalá que cuando tú seas mayor, no tengas estos problemas. Los chicos apestan –continuó la rubia –. Salvo Kook y mi papá–aclaró –. Kai, el papá de Ella, tampoco está mal. Es simpático y me hace reír, aunque a veces dice cosas que no entiendo o mira a mi Nini con diversión, como si él supiese algo que yo no sé.
Haeun se acercó a Lisa y se sentó en sus piernas, al tiempo que la abrazaba.
–¿Estás bien, en el hogar? –preguntó Lisa, como todos los días y la respuesta, como siempre, fue la misma. Haeun se encogió de hombros y se ocultó en su cuello –. Lo estoy intentando, te lo prometo –aseguró la rubia y la niña la abrazó con más fuerza –. No voy a rendirme, Haeun. Voy a pelear por nosotras, aunque todo el mundo esté en contra –afirmó–. Pero necesito que me ayudes. Ellos tienen que ver que mejoras, que yo te hago bien. Sé que hay cosas en tu cabeza que no entiendes y tienes miedo. Yo también lo tengo, pero juntas podemos afrontarlos.

ESTÁS LEYENDO
El Extraño Caso de Lalisa Manoban
FanficJennie Kim lo había perdido todo gracias a Lalisa Manoban. Había tenido que comenzar de nuevo, desde los escombros. Ahora que su vida estaba nuevamente encaminada, nueve años después, aquella castaña hasta donde recordaba, volvía a su vida para camb...