Capítulo 4—Despertar.
Leah Kelly.
Dios santo, ¿Estoy en el cielo?
No.
Demonios no.
Estoy en el jodido infierno.
Me duele absolutamente todo lo que pueda dolerme, desde el pelo hasta la uña de mi dedo meñique en el pie, incluso me duele el respirar.
Trago y es como si mi saliva contuviera cianuro.
La puta madre cuanto bebí ano...
Ah, sí lo recuerdo claramente, bebí demasiado y...
Un segundo...
¿Qué es esto?
Estire los deditos de mis pies y...y toque algo más que sábanas y...espera...
¿Sabanas?
¿Qué?
¿En qué momento llegue a mi cama?
¡¿Es mi cama?!
¡¿Qué demonios estoy tocando?!
Algo caliente me roso los muslos y me senté de un golpe sintiendo que mi cerebro giraba cual remolino en mi cabeza, se azotó con mi cráneo y la luz me quemo las retinas apenas abrí los ojos pero a la mierda.
Me hiperventile a tope cuando vi a mi alrededor y note que si estaba en mi pieza, en mi cama, ¡¿Cómo coño llegue aquí?!
Era de día, había un sol de mierda entrando por el ventanal y...
Movimiento.
Es...
No, no quiero mirar y...
Oí un jadeo a mi costado y tragándome el vómito me gire como si no tuviera huesos en el cuello y solté un grito agudo y posterior le lance patadas a lo caliente que me rozaba los muslos.
El ser viviente que se quejaba por el sol a mi lado, termino en el piso por la cantidad de patadas que le lance y reaccione como si mi cuerpo no estuviera en pleno proceso de descomposición.
Me destape, y mi pánico aumento.
¡No tenía mi vestido!
¡Estaba con una de las poleras que uso para dormir y solo con unas braguitas debajo!
Moví las piernas y no sentí nada raro, no había manchas en la cama, ¡No recuerdo haber...!
——¿Qué demo...
—¡¿Por qué estás desnudo?! —gire por la cama, poniéndome de pie para caerme de pie al instante, debido a que mis piernas flaquearon, lo disimule tomando mi manito rascadora para ponerme nuevamente de pie y señalarlo con ella—¡¿Qué carajo haces aquí?! —le grité mandando a la mierda el dolor en mi cabeza—¡¿Por qué estás en mi cama?!, ¡¿Por qué estoy sin ropa?! —me baje la polera, viendo cómo me recorría el cuerpo y yo evite en todo lo posible mirar su cuerpo, centrada en su fea y partible cara Leah Kelly.
Pero...lo confirmo, los tatuajes continúan por su brazo derecho hasta su hombro y cuello, incluso parte del pecho es... ¡Mira su cara Kelly!
—Puedes...bajar la maldita...
—¡¿Dormiste aquí?! —¡Que no me de ordenes ahora que estoy colapsando!
—Dormí contigo—subió sus manos desordenándose el cabello y los músculos en su pecho se tensaron, tensándome el abdomen—no como me hubiese gustado "dormir" contigo, pero...—le lancé mi manito rascadora a la cara, apena hizo comillas con sus dedos en el "dormir" y me subí en la cama para lanzarme encima de él.
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El verano en que todo cambió.
Teen FictionPorque al final solo basta una mirada, una caricia, un momento, una decisión, un segundo, para cambiarlo todo, para tenerlo todo, para...perderlo todo.
