El verano en que todo cambió.

Capítulo 5.

Capítulo 5- ¡¿Que es lo que quieres?!

Leah Kelly.

Llegué a la sala de mi casa, esperando ver un desorden descomunal, pero me sorprendí gratamente al no ver ni un cuadro fuera de lugar, el piso resplandecía, eso...alivio enormemente mi dolor de cabeza.

Me ate el cabello húmedo en una coleta desordenada y mire a mi alrededor con recelo, agudizando mi oído, buscando señales de vida, ruidos, voces, algún indicio de seres irritantes y nada.

Menos mal, me demoré en la ducha precisamente para que tomaran sus cuerpos y se largaran de mi casa, me di el lujo de restregarme con detalle cada milímetro de mi precioso cuerpo para quitarme la suciedad de encima, incluso me restregué el cerebro para limpiarme los pensamientos de puerca.

Me encamine a la cocina, intentando no meter tanto ruido para no llamar la atención, pero fue en vano porque allí estaba Liam, metiéndose un puñado de patatas fritas a la boca, con cara de querer quemarlo todo.

-¿Ya se fueron todos? --le hablé y casi se le sales las patatas por la nariz del susto que le di, se tocó el pecho hiperventilado, me miro y su expresión se volvió el doble de sombrío.

-Si-soltó detallándome con cuidado el cuerpo, centrándose de más en mi cuello expuesto-Ilay dijo que nos vería en la playa-su expresión se frunció en mayor medida y rodando los ojos me metí en la cocina para poner la cafetera a calentar-¿Desde cuando bebes café?

--Desde que te tengo de hermano-balbucee viendo la cafetera, haciéndole presión para que calentará más rápido. -No paso nada con Ciro-le solté, porque Liam me miraba de la misma forma en la que miraba a la cafetera-así que no me jodas Liam...

-No es por joder Leah-suspiró y lo detalle por encima de mi hombro-Ciro es mi amigo literal de toda la vida, lo conozco, no te diré que es una mala persona porque no lo es, solo...que es un cabrón-señaló algo que tenía más que claro-nunca en mi vida lo he visto tomar en serio a las mujeres y tú...tú eres mi hermanita, no quiero que ningún cabrón juegue contigo ni...

-No tienes que preocuparte por eso-le negué girándome para tomar una taza y verter mi café-Ciro no me ve de esa forma Liam, desde que era una cría le ha gustado joderme hasta el punto en que quiero aniquilarlo con un sacacorchos, aparte soy tu hermana pequeña, nunca me vería con otros ojos, para él siempre seré la hermana pequeña de su mejor amigo.

-Tú...-Liam me miró y después de unos segundos negó con una sonrisa-no cambias Leah, sigues igual de inocente-balbuceo-solo prométeme que no caerás tan fácil...

-Liam...

-Leah soy tu hermano y...aunque me cueste admitirlo, si tome el rol de papá cuando el murió, quiero cuidarte como él lo haría, y...me cuesta aceptar que creciste, no lo quiero aceptar aún, así que por favor no caigas tan fácil en sus encantos, es mi amigo, pero le partiré la cara si te hace daño...

-Liam-me recargué en la barra mirando fijamente a mi hermano-Ciro y yo-negué-nunca pasará-te confieso que él imbécil es físicamente mi tipo, pero su personalidad me apesta, me apestaba de cría y me apesta ahora, para mí es solo el amigo molesto de mi hermano mayor.

-Es...-suspiro recargándose en la nevera-Leah, a él...tú le gustabas... ¡¿Qué demo...?! -escupí el café a mi taza, por mi boca y nariz, para posterior lanzarme a toser como una desesperada, tosía y me quejaba porque me queme las jodidas manos, Liam me quitó la taza dejandola en la barra y me dio un trapo húmedo para que me limpiara las manos y nariz, mientras seguía tosiendo-¿Te doy una vaso de...

-¡¿Qué...de...demonios di...dijiste?! -lo tome del brazo para que no se alejará y pregunte, muriéndome por el pasmo y el café circulando por mi sistema respiratorio.