Cap 40: Dos Rayas

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Dos rayas.

Después de comprobarlo con una tercera prueba, Jennie confirmó que estaba embarazada. No sabía que sentir, ¿Alegría? ¿Tristeza? ¿Emoción? No sé sentía preparada aún. Era posible que haya sentido todas estas emociones al mismo tiempo, y las dejó salir con lágrimas.
Se recostó en su silla de cuero detrás de su escritorio.

¿Quería tener una familia con Lisa? Por supuesto que lo quería. Era anhelado por ella el poder tener una hermosa familia con su rubia y que otra personita robara un pedazo de su corazón, estaba dispuesta a ello, pero no sé sentía capaz de sobrellevar un embarazo. ¿Y si hacía daño de nuevo al bebé? No había sido culpa de la pequeña criaturita que ella halla sido tan estúpida como para salir de noche en aquel estado, gracias a ello había terminado con la vida de su bebé que estaba segura ahora estaba cuidando la desde arriba.
Se puso a pensar y se preguntó, ¿Cómo hubiera sido su bebé? ¿Le hubiera gustado la moda tanto como a ella? ¿Le gustarían las finanzas como a Tae? Estaba segura de que Lisa hubiera sido su adoración. Todo aquello pudo haber pasado si no hubiese Sido por su culpa.

Todos sabemos que aquello fue causado intencionalmente por otra persona, pero Jennie nunca pudo dejar de sentirse culpable.

Sin darse cuenta comenzó a sollozar, así haciendo audible su llanto, y fueron pocos los segundos que tardó su rubia asistente y futura esposa en hacer acto presencia.

-Jen, ¿Cariño estás bien?- Dijo entrando a la oficina de su novia.

Jennie intentó hacer que todo pareciese bien quitando las lágrimas de su rostro y sonriendole a Lisa, pero no era capaz de mentirle.

-Yo... N-

-Jen, ¿Tu estás? ¿Estás?- La rubia no podía formular palabra después de ver aquel pequeño aparatito sobre el escritorio de la castaña con dos rayas marcadas.

Jennie no sabía que reacción esperar de Lisa. En realidad nunca habían hablado de hijos, o de niños en general después de que Jennie se enteró de la pérdida de su bebé.

-Lisa... Yo... Lo siento iba a decirte pero...- Jennie se levantó de su silla. Estaba en espera de una reacción que no tardó en llegar.

Lisa se abalanzó sobre Jennie con una sonrisa que podría iluminar todo Seúl, esa sonrisa que a la morena tanto le encantaba. La rubia envolvió a Jennie entre sus brazos y besó su frente, dejó un par de besos en sus mejillas y después se puso de rodillas para poder besar el vientre de su futura mujer. Pero lastimosamente frenó su efusividad al ver la sonrisa rosa y triste de Jennie.

-Jen ¿Tu no estás feliz?- Dijo con la tristeza notándose en su voz mientras se levantaba del piso. -Tu... ¿No quieres tener al bebé?- Dijo con los ojitos brillosos. -Yo respetaré tu decisión y aún así yo te seguiré amando-

-Lisa, amor, nos digas tonterías- Dijo tomando su rostro entre sus manos. Jennie no podía creer que tuviera una persona tan increíble con ella. ¿De verdad la seguiría amando después de hacer algo como aquello? Esa idea era absolutamente errónea, pues intencionalmente no sería capaz de acabar con la vida de una persona, pero eso solo la hizo amarla más. -Lili... Yo quiero tener este bebé, lo quiero por ser parte de mí y más por qué proviene de tí- Dijo tomando las manos de la rubia para ponerlas sobre su vientre plano aún

-¿Entonces que pasa, amor?- Dijo sin esconder su sonrisa

-Es que... ¿Y si le pasa algo por mi culpa? Ya pasó una vez... Y sí yo...- Nuevamente las lágrimas se acumularon en sus ojos y sollozó en el hombro de Lisa.

-Jen, mírame- Pidió con voz dulce. Jennie la miró a los ojos mientras la tomaba de la cintura. -En primer lugar lo que pasó no fue tu culpa-

-Pero-

-Dejame acabar cariño. Y en segundo lugar, yo no me voy a despegar en ningún momento de tu lado ¿Entiendes? Estaremos juntas esto-

Jennie se abrazó nuevamente al cuerpo de Lisa y besó su cuello, que estaba a la altura de sus labios.

Después de un rato una efusiva Rosé entró a la oficina sin tocar la puerta como era su costumbre.

-¡Holaaa!- Gritó haciéndolas sobresaltarse

-Rosa no grites- Dijo Lisa bromeando

Hubiera contestado aquello de no haber sido por los ojos llorosos de su mejor amiga.

-Mi amor ¿Estás bien?- Le preguntó a Jennie acercándose a ella.

Jennie le sonrió tan cálidamente que toda tensión que hubo en su cuerpo en un principio se fue.

-Rosie, estoy embarazada-

En el rostro de Rosé se podía leer la felicidad, emoción y en realidad poca sorpresa, pues es algo que ya se veía venir.

-Estoy muy feliz por tí, cariño, por las dos- Dijo mirando está vez e Lisa también. -Entonces habrá que adelantar esa vida antes de que agarres forma de bola gigante- Dijo burlona

-Cállate, que el día que tú quedes igual me voy a reír mucho- Dijo sacándole la lengua de manera infantil.

-De hecho... ¿Recuerdas eso que no quería decirte antes?- Como olvidarlo, Jennie ya no se sentía molesta, en lo absoluto, solo algo dolida

-Claro-

-Bueno... Yo estoy embarazada- Jennie abrió tanto los ojos que sintió que saldrían de sus cuencas

-¿¡Que!? ¿¡Cómo!?- Casi gritó la castaña

-Bueno, tu novia no es la única que puede tener un señor pene entre las piernas para darte hijos- Las tres presentes ante el comentario estallaron en risas

-Estoy feliz por tí y Jichu, Rosie-

-Y yo por ustedes dos- Dijo dándoles un gran abrazo -Ahora tenemos un par de bodas que planear-

Así es, Jennie no era la única que portaba sobre su dedo anular una joya de unos cuantos likes de dólares.

El amor estaba en el aire ese día, y estaba ahí para quedarse

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MI VERDADERO AMOR//JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora