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El bosque estaba relativamente oscuro, recién empezaba a amanecer y Louky seguía la sombra de un chico desconocido adentrándose en el bosquecillo, se detuvo al verlo parado en una especie de prado pequeño en medio de aquel bosque.

Era relativamente alto, debía medir uno setenta y tres, era un moreno flacucho de cabellos castaños, cuando observó sus ojos ya no eran totalmente negros, de hecho eran verdes, de un verde esmeralda extrañamente hermoso.

La castaña aún sin comprender el que hacía ahí observó a su alrededor, y vio a una niña de apenas unos 9 años recostada en un árbol junto al suelo, tenía bastante semejanza con el chico y se aferraba a la vida apretando su abdomen, estaba herida y el chico tenía unas ojeras tremendas, parecía agotado y era visible, él había estado buscando a alguien que lo ayudara y creyó que ella podía.

-¿Es tu hermana? -preguntó Louky, él solo respondió asintiendo-. Yo no se sanar, pero mi amiga sí, ¿confías en mi para sanar a tu hermana?

El chico estaba muy desconfiado, pero a su hermana se le notaba en el rostro que no resistiría mucho más, con tristeza y rabia el chico volvió a asentir y Louky cargó en sus brazos a la pequeña para caminar hacia donde había dejado a sus compañeros, el chico caminaba a su lado de manera desconfiada, como si la confianza ya no existiera en su vocabulario, parecía dudar hasta de las sombras de objetos inertes.

Los semidioses y el ángel estaban discutiendo de a donde había ido Louky mientras ella había aparecido del bosquecillo con la pequeña niña, el ángel pareció calmarse un poco al verla pero se alteró al ver a la pequeña al borde de la muerte, corrió como si de la vida de Louky se tratara y tomó en sus brazos a la niña y se dispuso a sanarla.

-Ella... No es normal... ¿Donde la has encontrado? -preguntó la rubia.

-Él me llamo con sus pensamientos para que curara a su hermana... -las palabras se quedaron flotando en el aire pues el chico ya no se encontraba ahí.

-¿Quién? -dijo el ángel.

-Era castaño... creía que tenía ojos como los tuyos dorados, pero los de el eran negros, pero eran imaginaciones mías, los suyos eran verdes -la rubia frunció el ceño mirando en la poca oscuridad del bosque.

Ahí estaba, el rostro de un conocido, sus ojos estaban totalmente negros y al ángel le  dio una punzada de tristeza, miró a la pequeña niña y le tocó la frente con el dedo pulgar, al abrir los ojos, la niña poseía los ojos negros que Louky había visto en el chico, se levantó y entregó la niña a Christine, advirtiéndoles que no dejarán que nada le pasara y se encaminó al bosquecillo, Louky le siguió con la mente en blanco para que no supiera que estaba ahí.

-¿Qué ha pasado Emanuel? -dijo la rubia de brazos cruzados-. Se supone que deberías estar en el Olimpo al igual que tu hermana -el chico apretó los dientes frunciendo el ceño.

-Los dioses me han expulsado, dicen que yo estuve involucrado en la conspiración con Hades, hay un soplón en el Olimpo y me ha inculpado para que los dioses crean que están seguros, no tengo manera de volver al igual que tú -dijo desbordado en rabia.

-Al parecer Hades tiene más compañeritos de los que creíamos -dijo la rubia con voz amarga-. ¿Qué harás? No puedes abandonar a tu hermana a su suerte

-Te la encargo -dijo el chico decidido, el ángel empezó a reír a carcajadas a lo que el chico ofendido exclamó-. No me digas, crees que eres demasiado y perderías tu puesto por cuidar a una pequeña ángel caída

-¡Qué va! -dijo divertida la rubia-. La pequeña Emany corre el mismo riesgo estando contigo que estando conmigo, Hades también quiere acabar con mi protegida y su amiga, no está segura con ninguno de nosotros -dijo ya poniéndose seria.

-Entonces, ¿Debería llevármela? -sus palabras hicieron pensar al ángel.

-Un par de ángeles caídos no tienen su potencia al máximo, los podrían matar a ambos -dijo pensativa-. ¿Te suena la idea de vagar con tres semidioses y un ángel de hogar en hogar hasta llegar al inframundo e intentar acabar con Hades?

-¿Es broma? -dijo incrédulo, la chica negó y el ángel caído no tuvo más opción que suspirar y aceptar.

Louky estaba impresionada, pues sí sabia que habían ángeles, pero no pensaba que podían haber ángeles caídos pues creía que Nova era la única de su clase, se fue lo más rápido posible de ahí para poder pensar con claridad, la hermana del ángel Emanuel solo tenia 9 años o al menos eso aparentaba, y ya tenía que vivir con un destierro, se sintió triste por ella a pesar de verla tan feliz jugando con Rick y Chris.

Se sentó a verlos, la niña se veía cómoda con ellos, Christine era como una niña así que se llevaban de maravilla, en cuanto a Rick le hacía maldades pero siempre terminaba dándole cariño, sonrió al ver aquella escena tan acogedora.

-Emany, te he dicho que no muerdas a las personas -la voz de Emanuel interrumpió a la pequeña a punto de morder a Richard.

-No pasa nada -dijo amablemente el pelinegro-. Estoy acostumbrado

-¿Estas acostumbrado a que te muerdan? -Christine abrió mucho los ojos-. Y yo que creí que eras bastante sano

-He tenido muchos perros en mi vida, así que por eso estoy acostumbrado, de hecho una vez tuve un pitbull que casi me arranca el omóplato -dijo como si de un rasguño hablara.

-Bueno, supongo que no hace falta muchas presentaciones -dijo la rubia cruzándose de brazos-. Él es Emanuel, un compañero ángel, y ella es su hermana menor Emany

-Emanuel... -dijo Christine suavemente y con tono dudoso-. Ese nombre significa Dios con nosotros, o al menos eso dice la biblia del mundo humano -la pelinegra hablaba mientras le trenzada el cabello a la niña.

-Bueno, los humanos creen que solo es un Dios en vez de muchos, creen que esa idea de atribuir un elemento a un dios es estúpida -soltó el castaño.

-Sean uno o varios, lo único que busca el ser humano es algo en lo que creer -comentó Louky pensativa.

-¿Y de qué viene esta filosófica conversación? -dijo Richard aburrido.

-No lo se, pero no debe durar mucho, es de día y tenemos que movernos o volveremos a ser atacados y más rápido que antes -ordenó la rubia.

Muy tarde, una Quimera y un Sátiro ya se habían cruzado en su camino.

Amor En Nombre De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora