Capítulo 54

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- ¿Por qué sigues echándome rubor en toda la cara? –Me queje, haciendo que Kimi gruñera, siguiendo con su labor- Voy a parecer un tomate.

-Bueno, nadie te manda a no tomar sol y verte más pálida que las nalgas mías.

Solté una risita, la verdad es que Kimi tiene el culo blanco.

- ¿No se supone que ya deberíamos estar llegando al liceo? –Moví mis labios para regar el labial, luego de que ella lo cubriera de brillo. Comenzó a desordenar mi cabello, separando las pequeñas ondas que me había hecho en las puntas para verme bien.

Hoy era la tesis, y si o si, tenía que ir a presentar mi proyecto.

Aunque no quiera...

- ¿Te aprendiste tu tema? –Pregunto Kimi, volviéndome a echar el puto rubor.

-No.

- ¡¿Cómo qué no?! –Pregunto alterada, haciendo caer el polvo al piso y que se partiera. Pero eso no pareció importarle- ¡mira carajita er coño, tú me haces pasar pena en esa vaina y yo te caigo a palo, porque no pienso sacar mala nota por ti, hoy es la bendita tesis, y me vale tres kilos de verga que seas mi mejor amiga, te saco del maldito grupo si la llegas a cagar!

Apreté los labios, admito que me dio risa.

-No lo estudie. No tengo la necesidad de aprenderme nada, se de lo que voy a hablar.

Kimi me miro no muy convencida, para luego seguir arreglando mi cabello.

-Perdón por valerte tres kilos de verga.

- ¡Ay, shh! Que me desconcentras.

Solté una risita, recordando las veces en donde Kimi y yo no estudiábamos, y siempre inventábamos algo referente al tema que estábamos exponiendo, nunca nos cacharon, aunque tampoco nos pusieron excelente nota por eso. Ni siquiera los profesores estaban seguros de lo que decíamos, y como explicábamos con tanta seguridad y actitud, no sabían cómo rasparnos.

La ventaja de las Aseveraciones.

Sabía que leer un libro sobre procesos básicos del pensamiento iba a servirme algún día de mi vida.

-Al menos pudiste esperar que se pusiera a temperatura ambiente la camisa que me planchaste, me estoy quemando la puta espalda –Me queje, intentando no rosar la tela de la camisa.

Imposible.

- ¿Asíiii? ¿Por qué te quejas tanto? Si le metí como tres veces a esa camisa para que te pudiera quedar decentemente, pero sigues viéndote como una bandera.

La mire mal, sabía que lo que decía era cierto, pero simplemente no tengo apetito, ya hasta con solo probar una cucharada me lleno al instante. No sé si me está cerrando el estómago, lo único que sé que es que yo me estoy cerrando, y no se me antoja hacer nada por evitarlo.

No tengo apetito de nada más.

Llegamos al liceo, y para serles sincera no lo veo diferente, están los mismos árboles, las mismas flores, los mismos idiotas...

Los mismos parásitos de mis compañeros. Hasta el portero me saludo amablemente.

¿KE TA PAZANDA?

-Dani.

Voltee a ver a Namjoon, quien se sorprendió enormemente al verme. Me detallo por varios segundos para luego regalarme una calidad sonrisa, alzando los cinco, los cuales choque.

-Chama ¿Estabas muerta? –Pregunto Taeyang al acercarse, seguido por los demás muchachos. Todos observando con cara de asombro. Los salude a todos con la mano, queriendo dejar de ser el centro de atención.

El profesor JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora