Feline

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Actualidad, Enero 2019.

-Aria! baja en este instante, es hora de desayunar- grito mi abuela desde la cocina.

Perezosamente me estire y abrí mis ojos contemplando mi habitación, no me quejaba era perfecta para mi con paredes blancas, estantes repletos de libros y la gran vista del bosque desde mi ventanal,por el momento vine de visita a las afueras de Oslo, Noruega, aquí vivían mis abuelos mientras que yo vivía en el otro lado del mundo, para ser mas exactos en Tierra del fuego,Chile.

Me levante y sin ánimos entre al baño para darme una ducha rápida,  me gusta como soy, pelirroja,padezco de heterocromia, un ojo color ámbar y el otro es azul, mido 1,77 y tengo buenas curvas, pero lo que mas me gustaba de mi cuerpo eran mis largas piernas. Cuando termine de ocupar el baño me vestí rápidamente y baje las escaleras para encontrarme a mis abuelos.

-Cariño pensé que nunca bajarías- comento mis abuelo entre risas.

-Abuelo ya sabes que en las mañanas soy un zombie- sonreí mientras me preparaba un café y observaba el dia- estoy feliz que pronto llegara el invierno, no soporto mas el verano.

-Bueno a las mujeres felinas nunca les gusto el verano- dijo mi abuela.

Y es verdad ya que soy una híbrida, mitad bruja, mitad felina, para ser mas específicos una tigresa, nunca conocí a mis padres ellos murieron cuando yo era una bebe y mis abuelos se hicieron cargo de mi, lo único que supe de mis padres  es que mi mama era una poderosa bruja que controlaba los elementos y mi padre fue el líder de una de las manadas mas poderosas de hombres felinos, según mis abuelos ambos se amaban muchísimo, pero nunca supieron como murieron.

Yo era poderosa, no era una bruja normal, al igual que mi madre podía controlar los elementos y ademas las estaciones del año y según mis abuelos era mur poco frecuente que una bruja fuera así de poderosa ademas de ser la ultima tigresa del mundo sobrenatural, ellos nunca escucharon que hombres tigres existieran, claro que existen los hombres leones, los hombres pumas y los hombres pantera pero nunca se escucho de los hombres tigre ya que era muy raro y poco común que existieran. Como era una bruja muy poderosa al cambiar las estaciones del año mi pelo cambiaba de color, yo era rubia en verano, en primavera mi pelo se volvía negro, en otoño era pelirroja y en invierno mi pelo se volvía blanco.

Mis abuelos maternos Stefan y Greta me criaron, me enseñaron todo lo que debía aprender, desde los 4 años me empezaron a entrenar duramente para convertirme en una mujer fuerte e independiente, en la secundaria nunca tuve tantos amigos ya que me temían por la fuerza e inteligencia que poseía pero todo cambio a los 18 años cuando entre a la universidad a estudiar artes, me hice pasar como humana aunque sabia que se encontraban todo tipo de criaturas, y con el tiempo conocí a mis mejores amigos, un día cuando caminaba regreso a casa  tome un atajo por el bosque hasta que escuche gritos de auxilio, con curiosidad me acerque y me di cuenta que 6 vampiros querían matar a una loba, no se que paso, solo recuerdo que los mate a todos, esa misma semana el clan en donde vivían los vampiros  que asesine se llamaba 'colmillos sangrientos' el líder decidió cazarme ya que había matado a uno de sus hijos, pero no me importo, durante semanas estudie sus debilidades y me di cuenta que su clan era uno de los mas malvados, esclavizaban a humanos, violaban a mujeres y mataban a quien tuviera ganas con fin de satisfacerse.

Recuerdo que estaba muy enojada y una noche decidí ir a atacar yo sola el clan,no quería que me reconocieran así que oculte mi olor, me puse una capucha y lentes de sol para ocultar mi identidad, esa noche los asesine a todos y lo disfrute, cuando libere a los humanos de su esclavitud me preguntaron como me llamaba y no se me ocurrió nada mas que decir 'Felina', mi identidad se esparció por cada continente y con el paso de los años, seguí asesinando a todo ser sobrenatural que fuera un asesino dejando una gran F marcada en sus cuerpos para que supieran que era yo, no me malinterpreten yo solo asesinaba a quien se lo merecía, siendo justa y velando por el bien, pero mi fama fue ganando odio y entre los seres sobrenaturales mancharon mi nombre, diciendo que era un monstruo que mataba por placer y me divertía jugar con mis presas ,funde un terror descomunal entre los seres sobrenaturales y cada vez que había una masacre, moría alguien o entre clanes habían guerras, me culpaban a mi de hechos que nunca cometí.

Actualmente a mis 23 años ya no me importaba como decidieran llamarme, nadie sabia de mi identidad excepto por mis abuelos y mis mejores amigos, Nick, Alex y Nina.

-¡ARIA!- mi abuela me sacudió por los hombros preocupada.

-¿Que paso?-

- Te quedaste en un trance, al parecer el calor esta afectando tu cerebro- dijo mi abuelo riéndose.

-No no tranquilos- les sonreí- solo estaba pensando en cosas sin importancia-

Mis abuelos no convencidos decidieron dejar el tema y siguieron desayunando.

- Aria cariño, necesito que nos acompañes a la ciudad a comprar unas cosas, ya sabes que tu abuela se pone gruñona si no la acompañas-

-Stefan te escuche!- grito mi abuela desde la cocina, nos miramos con mi abuelo y reímos.

-Esta bien los acompaño-

¿Que malo podría pasar?