17. "Es arriesgarse"

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El amor es...

Jugarse las cosas o tentar al destino, intentar arreglar o controlar algo. Suponer conseguirlo, pero con el riesgo a perderlo. ¿Cuántas cosas puedes llegar a arriesgar por conseguir lo que quieres? El miedo puede frenarnos a hacerlo, luego de pensar y re pensar y de creer qué es lo mejor para uno, si apostar el todo por el todo, o mantenernos en una zona de confort, de la que nadie nos despierte nunca.

¿y tú quieres despertar?

Dicen que es complicado tomar el tipo de decisión al arriesgar algo, cuando quizá cuando dependa de una vida, pero en el amor, ¿las cosas son tan complicadas? Yo creo que no, son muy sencillas, más bien nosotros las complicamos. Todo es tan fácil, decir una opinión, expresar un sentimiento... besar a alguien. Probar diferentes cosas, y si no resultan ¿Qué, la vida se acaba? ¿No habrá segundas oportunidades? ¿por eso la gente se aferra sólo a lo que tiene, para no arriesgarlo? Las situaciones no son buenas o malas, son como uno las toma. Si lo piensas con calma, verás que no es tan complicado como tú pensabas, tú lo hacías parecer así. O a lo mejor sólo te darás cuenta cuando pase mucho tiempo. No tengas temor del rechazo, porque no somos dueños de las personas- Si no funciona, adelante, sigue.

Sólo te diré una última cosa, si no haces nada, nada cambia.

La pregunta es: ¿Tú quieres que cambie?

"Es arriesgarse"

Y al igual que todas las personas que logran arriesgar algo, también ganan o pierden. Así, los protagonistas tendrán que enfrentar las consecuencias de su decisión. Todos diferentes, pero a la vez unido por un sentimiento mutuo: el amor.

Y cuando Serena se detuvo enfrente de la parada del autobús que la había dejado justo frente a la torre de Tokio ése domingo, el corazón le dio un salto. No porque estuviera impactada ni asustada, bueno sí, pero en realidad ésa no era la reacción que debía de haber tenido. Hacía un par de días atrás se había besado con su mejor amigo, que sabía que estaba enamorado de ella. Y no solamente eso, ella le había correspondido con la promesa de intentar quererlo como él se merecía, porque de quererlo ya lo quería, pero quería amarlo. Quería intentar amar una vez más, y con quién mejor que con quien ya la amaba a ella.

Pero la verdad es que no se sentía una ganadora ni nada parecido, su repentina confesión sólo le aterró más, llenándola de incertidumbre sobre lo que pasaría después. Independientemente de que Luna se choqueó, quién sabe como reaccionarían las demás. Aunque a decir verdad, su miedo no lograba ahora a consumirla tanto como antes, el sentimiento de calidez que le había dejado Seiya la había aliviado, algo así como cuando se pasa mucho tiempo solo y en seguida recibes el abrazo de quien más necesitas.

Pero ésa mañana de domingo, Rei había insistido en que todos fueran a la Torre de Tokio de paseo. La verdad es que no había hablado con Seiya concretamente desde ésa vez, sólo lo había visto sonreír radiante al otro día en el colegio, y eso le bastó para ser feliz también, aunque ella realmente aún no lo era.

Y cuando llegó, todos ya estaban ahí. Creyó estúpidamente que llegando tarde retrasaría su encuentro con Seiya y la charla que se vendría con eso, y pues claro que no fue así. La mayoría le reclamaron su impuntualidad como siempre, aunque entre ellos no interfirió Seiya, que no podía concebir la idea de hacerle bromas pesadas a su Bombón. Al menos no ahora.

—¡Lamento la tardanza! —se excusó ella sacando la lengua —. Es que no pasaban muchos autobuses...

—Han pasado miles —se quejó Yaten como siempre. Bueno, no eran miles, pero si unos cuantos y eso era suficiente para que su paciencia llegase al límite, ya que detestaba esperar.

El amor es...Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt