Diario satánico. (Pausada)

Sonrisa

13/11/2019

Aquí vamos de nuevo...

Realmente no pensaba en escribir de nuevo hoy, pero supongo que uno debe ser constante con este tipo de cosas, así que aquí me tienen, sin muchas cosas relevantes que contar con respecto a mi vida, pero como es la primera vez que narraré lo que pasa en mi día a día,  lo contaré.

Me he levantado en horas muy tempranas, padre dice que no es TAN temprano, pero yo lo siento así, estuve un rato intentando dormir de nuevo para no hacer de nuevo la rutina como siempre, pero falle como todas las otras veces, me acomode los pelos osea me peine con las manos y me baje de la cama la cual es una de dos plazas, para que vean que soy de alta clase. Estuve dando vueltas por toda la habitación hasta que, como siempre, alguien se dio cuenta de eso y como siempre, fue el sirviente cuyos cuernos eran de ternero, siempre sonriendo aun cuando estaba sufriendo, abrió la puerta sin pedir permiso y me miro fijamente, aveces me incomodaba que hiciera eso, pero uno ya se acostumbra un poco al menos.

Para resumir lo que paso, me pregunto si quería que le hiciese el desayuno, como siempre, acepte y me aconsejo vestirme, cosa que hice, a decir verdad es un poco raro que me vista como en la era victoriana cuando estamos en el siglo 21...pero bueno, luego de vestirme me limpie la cara y fui hasta el comedor, ya estaba todo servido, puesto que, "Sonrisa", era rápido en su deber. Comí solo, como siempre, si se preguntan eran unos huevos y algo de jugo, muy americano.

Durante la mañana no hice mucho mas ya, quizás fui al jardín a pasar el rato entre las extrañas plantas que crecían en el, o a darme un chapuzón en el pequeño estanque, mas tarde si hice algo que puedo contar con detalle aunque fuese rutinario,  estaba en mi cuarto haciendo uno de esos "barcos dentro de botellas" cuando de forma esperada llega mi padre, primero me pide permiso para entrar y yo se lo doy, entra, mira lo que hago en silencio y luego pone una mano en mi hombro, me pregunta si quiero dar un paseo, lo normal era que dijera que si, pero por hacer la diferencia esa vez dije que no, pero que podemos charlar.

Ahora que lo pienso, esto no es taan rutinario, pero bueno.

Y...ya me duele la mano de escribir, nos vemos mañana.