SORPRESA

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—Buenos días. —masculló Mandy ingresando a la cocina.

—Al fin, ogro. —agregó su novio terminando de ponerle mermelada a una tostada y llevándosela a la boca.

Con un ojo aún cerrado, ignoró su comentario. Tiro de su shorts y bragas para quitarlos de su culo y comenzó a repartir sus saludos mañaneros; el primero fue a Beca, quien estaba junto al mesón esperando unas tostadas, con su mirada perdida en las ventanas al frente. Su amiga notó al instante que algo no andaba bien, cuando le dejó un beso en la mejilla y fue como besar un poste.

—No lo entiendo... —decía Elizabeth, sentada a la mesa con los tres muchachos— ¿es así todo el tiempo o sólo al momento de ensayar?

Mandy arrancó de la mano de Jungkook el último pedazo de pan tostado y se dejó caer en uno de sus muslos, aún mirando a Beca sobre su hombro mientras lo llevaba a la boca, pasando por alto el resoplido del chico. Rebeca estaba totalmente ausente de la charla y parecía que tenía su propia tormenta bañándola de pies a cabeza.

—Al principio lo hacía solo en los ensayos —explicó Taehyung—, pero luego, cuando salimos a cenar, se presentó al camarero como Madame Giry.

—Por Dios, pero ese tipo tiene una barba hasta el pecho. —gesticuló Hobi, como si estuviera acariciando una igual de larga.

—El raro aquí es el director, ¿por qué ha elegido a ese chiflado para el papel de una mujer? ¿No, ogro? —Jungkook quiso hacer intervenir a Mandy, pero la chica seguía observando a su amiga.

En vez de contestar, volvió sus ojos a Taehyung, entrecerrando apenas sus párpados y apuntando la espalda de Beca con su mentón, en un claro "¿Qué le pasa?". Taehyung se encogió de hombros, había estado preguntándose lo mismo desde la noche anterior, cuando, de un momento a otro, Rebeca se sumió en un silencio absoluto. Los ojos de la mayor viajaron a los de su amiga Elizabeth, quien al instante meneó la cabeza dándole a entender que ella también lo había notado, y tampoco sabía el porqué.

—¿No sienten un olor extraño? —interrumpió Hobi en la conversación de miradas.

—¡Becky las tostadas! —advirtió Tae.

Beca dio un respingo, más como un despertar que un susto, e hizo saltar las tostadas carbonizadas del aparato. Y como si no estuviera viéndolas, allí en la misma postura, las untó con mantequilla y se llevó una a la boca, mientras sus ojos tristes volvían a la ventana sobre el mesón.

—Madre mía. —murmuró Hoseok.

—Está poseída. —bromeó Jungkook, ganándose una mirada mortífera de Elizabeth y una pequeña patada bajo la mesa.

—¡No bromees con eso! —masculló seria.

Pero daba igual si gritaban su nombre o lo susurraban, porque Beca iba a su rollo, más que nunca.

Taehyung suspiró, levantándose de la mesa se acercó a Rebeca y se deshizo del pan carbonizado que aún no se había comido.

—No comas esto, cielo. Ve a sentarte, yo te hago otras ¿okay?

Su novia alzó la vista hacia él, lo miró un momento, a Tae le pareció ver su mentón temblar. Y al final, aunque no estaba precisamente llorando, Beca inspiró por la nariz como si lo estuviera haciendo y se dio la vuelta.

—Está bien. No tengo hambre... —dijo, y desapareció con su lugubridad por el pasillo.

—¿Qué carajos? —preguntó Mandy, luego de escuchar la puerta de la habitación cerrarse.

Taehyung volvió a suspirar, esta vez sus hombros cayeron más.

—No tengo idea. Anoche estaba pipas y de un momento a otro... esto. —dijo señalando en la dirección donde su novia había desaparecido.

Apartament 801Where stories live. Discover now