La curiosa niña llamada Gyda

52 6 0
                                    

Me dormí en una de las sillas que tenía la mesa donde habíamos comido anoche, me fijé en la cama y esta estaba hecha, Gyda ya no estaba y por más que la busque no apareció así que proseguí a prepararme para ir al rio a darme un baño y bajar al pueblo.
Estaba disfrutando del agua fría cuando sentí una voz
—Siento mucho irme sin avisar pero tenía cosas que hacer —dice Gyda sentándose en una roca cerca del Río.

—Me preocupe mucho cuando no te vi, hay muchas cosas que necesito preguntarte

—Lo se y responderé a todas ellas pero lo más importante es que no soy como tú o como los demás Valkiria. Yo no muero ya que esta forma mortal que tengo es solo para que los demás me vean sin asustarse, puedo desaparecer y aparecer como Odín lo haría al igual que puedo cambiar de forma y verme como alguien diferente

—Está bien puedo vivir con ello... —dije sumergiéndome una vez más antes de salir y Gyda no estaba, me vestí y comencé a bajar hasta el pueblo

—También puedo aparecer en otros lugares así que podemos vernos aquí como en Uppsala o donde sea que yo quiera estar —dice apareciendo a mi lado mientras caminaba por el bosque

—Creo que ya me estoy acostumbrando a ti solo que no te aparezcas cuando estoy con... —Me interrumpió

—Con uno de los elegidos lo se ese momento es íntimo ni los mismos dioses están presentes pero al menos déjame conocerlos... Son casi leyendas

—¿Y que les digo sobre ti? Somos muy diferentes como para decir que eres mi hermana o algo —dije fijando mi vista en ella

—No mientas di la verdad, ellos entenderán —dice encogiéndose de hombros

—Está bien... No digas nada imprudente y compórtate ¿Si?

—Lo juro —dice mientras llegamos al pueblo el cual ya estaba lleno de vida. Los mercaderes ofrecían sus productos y los aldeanos buscaban los ingredientes para las comidas de hoy. Gyda se detuvo por unos segundos en un puesto donde un hombre ofrecía fruta de la mejor calidad

—¿Quieres algo de lo que está ahí? —Pregunte y Gyda me miro negando

—Todo se ve muy bien pero no tengo dinero —dice dándome a entender que era obvio

—Elige algo —dije apuntando y tomo una manzana roja, tan roja como la sangre

—Aquí tiene —dije dándole al mercader una moneda pero se negó

—No Valkiria no puedo aceptar su dinero después de lo que hace por nosotros —dice negando

—Tu familia debe comer —dije tomando sus manos para dejar en ellas la moneda y beso mi mano en forma de agradecimiento

—Que los dioses te ayuden a vender todo el día de hoy —dije sonriendo antes de retirarnos y pronto mas gente se acercó

—Se rumoreaba tu popularidad entre los mortales pero no sabíamos que fuera tan Grande  —dice dándole una mordida a la manzana

—¿Que? ¿Dónde?

—En la tierra de los dioses... eres muy popular por esos lados —dice fijando su vista en los demás puestos sin darle demasiada importancia a sus palabras... En realidad no sabía que decir ante esta confesión

Le llaman ValkiriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora