CAP 13

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Eran las 20 hs cuando la señora Park llegó a su hogar, después de un arduo día laboral. Solía llegar antes que su esposo y su hijo, lo cual le permitía poder ordenar un poco y preparar la cena tranquila, sin que nadie la interrumpa. Al salir de la oficina había comprado algunas frutas y verduras, así que lo primero que hizo fue lavarlas y guardarlas donde correspondía. Secó y ordenó algunos platos, sacó de la heladera la carne, además de otros ingredientes para cocinar y los dejó sobre la mesada de la cocina. Antes de empezar a preparar la cena, debía cambiarse de ropa, así que subió a su cuarto. Al pasar por la habitación de Jimin, notó que el gato salía de ahí y le llamó la atención, ya que su hijo solía poner llave a su cuarto cada vez que salía. La mujer se asomó por el espacio que dejaba la puerta entreabierta y se sorprendió al ver a su hijo dormido en su cama.
Ella lo había dejado en la casa por la mañana luego de terapia, y lo había notado cansado. No quiso indagar mucho, prefirió darle su espacio, no torturarlo con preguntas. En el fondo, su instinto materno le decía que su hijo estaba mal, que algo le ocurría. Pero le costaba verlo, no quería aceptar que algo malo pasaba y que ella no fue capaz de darse cuenta a tiempo. No quería admitir que había fallado como madre. Su esposo y ella siempre le habían exigido demasiado al pequeño, era su único hijo y lo protegían demasiado, o bueno, eso creían ellos. El padre de Jimin era un arquitecto de unos 45 años, con un estudio propio en el centro de la ciudad de Seoul. Siempre quiso que su hijo siguiera sus pasos, que compartieran algún interés como la arquitectura o el fútbol que tanto lo apasionaba. Pero a Jimin le gustaba el teatro, cantar en los cumpleaños, pintar retratos coloridos de sus abuelos, bailar hasta no poder más.
El señor Park siempre le insistió a su hijo que se interesara en los deportes, que ahí podría hacer amigos, que con sus gustos la gente lo lastimaría. Pero lo que más conflictos le causaba era el hecho de que su hijo fuera gay. Jimin jamás había salido del clóset con sus padres pero ambos en el fondo lo sabían y les costaba aceptarlo, eran muy conservadores. Siempre le sugerían con sutileza que actuara más varonil, pero el menor nunca les hizo caso, no estaba en su naturaleza fingir ser alguien que no era, aunque eso le haya costado burlas y maldades por parte de sus compañeros de escuela. Quizás por eso jamás pudo confiar realmente en ellos, sabía que no la aceptarían si les decía la verdad. Solía sentirse un poco solo por momentos, pero por suerte tenía a Jungkook que desde pequeño lo defendía y cuidaba en la escuela, luego se sumaron Taehyung y Yugyeom, con los que se hizo amigo al empezar el secundario. Sus amigos lo defendían y cuidaban, nadie se metía con él. Ya tenía suficiente con sus problemas personales como para lidiar con la escuela en su momento y ahora con la universidad.
La señora Park se acercó a su hijo y tocó su hombro con cuidado para no asustarlo, estaba profundamente dormido. Lo sacudió un poco hasta que por fin logró despertarlo. El menor la miraba confundido, tenía los ojos hinchados de tanto dormir.

-Hola ma...¿Que hora es?-preguntó mientras se desperezaba.

-Son las 20 y 30, no fuiste a la facultad ni a danza...-respondió la mujer.

-Hoy no cursaba...un momento...¡DANZA! Dios, como me pude haber quedado dormido así.

-Hijo tranquilo, es la primera vez que faltas en años, no creo que tu profesora se enoje.

Jimin jamás había contado nada acerca de su nuevo profesor, para ser sinceros, no hablaba mucho con sus padres. Y tampoco tenía interés en dar explicaciones.

-Si, tenes razón ma.-respondió.

-Voy a preparar la cena, cambiate que tu padre está por llegar.

La mujer salió del cuarto y cerró la puerta, dejando a Jimin solo. Estaba vestido solo con un pantalón deportivo negro y el torso desnudo, así que se puso una remera y las pantuflas. Tomó su celular y chequeó los mensajes, sus amigos habían intentado localizarlo durante todo el día. Les respondió a todos y notó que aún tenía un chat sin responder. Vio el nombre y sonrió a la pantalla, le temblaban las manos de felicidad. Respondió con rapidez, rogando que aún no se haya ido a dormir. Era increíble como con tan poco, Hoseok lograba alterarlo. Jamás creyó que un mensaje lo haría sentir tan vivo.

Just Dance [HOPEMIN]Where stories live. Discover now