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15 años y 11 meses después.

Toc, toc, toc.

—¡Steve alguien toca! ¿Podrías abrir estoy en la ducha!

Un perezoso Rogers abrió los ojos con dificultad mientras se desperazaba en el sillón.

Toc, toc, toc.

—¡Steve!

—Ahora voy. — Este hablo más para quien tocaba la puerta que para quien le pedía que abriese se froto los ojos y a paso perezoso camino a la puerta principal no era común en el sentirse así de "desanimado y cansado" pero estás últimas semanas habían sido realmente extensas de misión en misión sin un momento para respirar y no es que sean ese tipo de misiones que consistian en evitar que una ciudad con millones en ella se desplomara de los más alto, pero aún así requería esfuerzo y hasta alguien como el tenía su límite de cansancio.

Los ruidos en la puerta se repitieron otra vez hasta que Steve logro abrir, del otro lado había una chica de tez blanca, ojos azules y cabello rojo. Extrañamente y por insisto le recordó a alguien.

Llevava una camisa roja que dejaba ver sus hombros, unos shorts negros cortos demasiado cortos si alguien le preguntara a Steve, y unos tenis de plantilla de un rojo menos intenso que el de su camisa

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Llevava una camisa roja que dejaba ver sus hombros, unos shorts negros cortos demasiado cortos si alguien le preguntara a Steve, y unos tenis de plantilla de un rojo menos intenso que el de su camisa. Era bonita.

—Lo siento pero no compramos gatellas de chica exploradora...— la chica arrugó levemente el ceño cosa que hizo que Steve dejara de pensar que era parte de los scouts después de todo su vestimenta tampoco es que le favorecía para creer eso.

—No vendo nada— ella habló mientras coloco un mechón de cabello detrás de su oreja. —Yo...yo busco... bueno te buscó a ti.

Ahora el que arrugó el ceño de la misma forma fue Steve. —¿A mi?

—Me llamo Sarah, soy tu hija.

La sorpresa no tardo en manifestarse en el rostro de Steve ¿¡Hija!? Por unos minutos no dijo nada así que la chica tuvo que romper el silencio mientras hurgaba en un pequeño bolso que llevaba sacando una fotografía algo arrugada pero suficiente clara. Eran Steve, Natasha y una bebé.

—Eres tú y mí madre, la bebé soy yo.

Rogers miro a la chica parada delante de él ahora entendía porque le recordaba vagamente a alguien y no precisamente a ella misma sino más bien a Natasha.

Rogers seguía sin articular palabra.

—Ellos son Nora y Louse Hillton mis padres adoptivos a los cuales ustedes me entregaron. 

El corazón de Steve divago a ese hecho quince años atrás. Fue difícil incluso para Natasha quien era la más convencida de que era lo correcto le tomo un tiempo asimilar lo que hacía pero ella haría lo que tuviera que hacer para que aquella criatura que estuvo en sus brazos unos escasos minutos estuviera a salvo.

¿Solo amigos?🤔Where stories live. Discover now