El origen de Naruto

Una nueva oportunidad

Naruto se encontraba sentado sobre el monumento de los Hokages, observando el horizonte, su vida ya había cambiado demasiado, no miraba la vida como antes, esta paz, los padres compartiendo con sus hijos, las parejas, eran momentos tan comunes que no se les daba el valor que merecían, ya no estaban en la era de la guerra de clanes pero así como antes, aún existían enemigos fuera de las murallas y todo podría terminar en un instante, de a poco comenzó a ponerse de pie -"no lo permitiré"- susurro mirando como el sol se ocultaba -"no dejaré que estos momentos se vean interrumpidos, la paz debe ser duradera"- se puso de pie  -"no me rediré ni bajaré la cabeza, es una promesa de vida, Konoha será mi oasis  y mi mayor tesoro que debe ser protegido a cualquier costo"- Hiruzen apareció atrás de Naruto, alcanzó a escuchar su discurso, por un instante vió la silueta de un hombre de larga cabellera negra y armadura samurai de color rojo parado detrás del niño, sacudió la cabeza y solo se encontraba Naruto quien se giró en su dirección -"hola jiji lo siento, no te noté"- Hiruzen no cabía en su sorpresa, eso era algo que no veías todos los días -"no importa, nadie sabía donde te encontrabas y sospeché que te encontraría en este lugar"- se comenzó a acercar al lado del Uzumaki, ambos observaron como las luces de las calles se comenzaban a encender -"creí que mi sueño era ser Hokage para que me reconocieran"- habló Naruto sin observar al anciano que le escuchaba atentamente -"creo que toda la aldea ya debe estar enterada"- comentó Hiruzen haciendo sonreír a ambos -"supongo que aveces puedo ser muy bullicioso"- siguió Naruto pero su risa fue leve ya que su rostro cambió a seriedad -"pero ese es un sueño estúpido, el puesto de Hokage no debe ser utilizado por alguien que busca fama y adoración"- Hiruzen miró al niño -"veo que tu visión de la vida cambió"- pensó el anciano, quizás estaba en primera fila viendo el despertar de un gran ninja -"no importa si la vida no me alcanza para llegar a ser Hokage, o siquiera ser un ninja reconocido por todos pero desde mi lugar quiero proteger mi aldea, mi hogar, sin importar que el tiempo borre mi nombre quiero protegerte abuelo, eres mi persona más preciada en el mundo, después de ti no tengo a nadie más en el mundo"- Hiruzen sintió esas palabras como si remecieran su corazón, el apreciaba al niño como a un nieto, y ser reconocido como tal por el derribaba cualquier defensa, incluso debió pasar  su mano por sus ojos para que no cayeran lágrimas, era demasiado afecto a alguien que escondía toda la información de su vida, pero era por su seguridad y no se arrepentía, ahora debía actuar como un abuelo y no derrumbar los sueños y los anhelos de su nieto -"no importa si el mundo no te recuerda, para mi siempre serás un héroe así como el gran ninja que se que serás"- Naruto le miró con una sonrisa que no veía en mucho tiempo -"no te decepcionaré"- Hiruzen asintió -"se que no lo harás, y creo que esto merece ser celebrado por ramen, no puedes ser un gran ninja sin alimentarte bien"- Naruto soltó una carcajada y así ambos fueron a celebrar al local donde vendían el mejor ramen del mundo, según Naruto.

Después de casi tres años de escapar de los miembros del clan Uchiha que salieron a cazarlo por orden del líder del clan, tuvo que escapar cerca de la costa evitando ingresar al desierto, debió cruzar territorio Senju para poder librarse de sus perseguidores y de no toparse con los Senju ya que estaba más que seguro que si le reconocían no tendría a donde escapar, pero gracias a Kami pudo llegar a la costa sin problema alguno -"ayudaaaaaa"- escuchó el claro grito de una mujer, suspiró y giró en otra dirección para seguir, pero entre unos matorrales apareció una chica de cabellera roja que miró con el ceño fruncido al Uchiha que no respondió al grito de auxilio