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Cuando despertó, su cabeza dolía tanto que soltó un gemido bajo en señal de queja, sus manos deslizándose por la sábana, buscando el pequeño bultito a su lado para acurrucarlo contra su cuerpo y no soltarlo nunca más.

Sin embargo, no atrapó nada.

Abrió los ojos, enderezándose bruscamente, notando entonces que no estaba en su cuarto. En la pieza matrimonial. En su casa.

Se revolvió, desesperado, y recordó lo ocurrido la noche anterior.

Un latigazo de dolor y pena recorrió su cuerpo, recordándole lo que había hecho.

Recordando el llanto de SungJong cuando WooHyun lo sostuvo, moviendo sus manos y pies, queriendo librarse del agarre del alfa mientras SungGyu sólo caminaba, alejándose, alejándose, las lágrimas cayendo por su rostro, su corazón rompiéndose con cada nuevo grito de SungJong, pidiéndole –rogándole– que se no fuera, que no lo dejara allí, que lo quería, lo necesitaba.

Los guardaespaldas de BoA le habían dicho que lo llevarían a un hotel donde podría alojarse, sin embargo, los ignoró por completo y se marchó caminando, aturdido, perdido, incapaz de saber exactamente a dónde dirigirse. Tuvo el fugaz pensamiento de ir donde SungYeol, sin embargo, no iba a poder soportar estar en la casa al lado de WooHyun. No, necesitaba alejarse lo más pronto de allí para no enloquecer por completo.

Así que sus pies se habían dirigido al pequeño departamento de Jiae que conoció semanas atrás, cuando la chica lo invitó a comer algo luego de clases.

Recordaba haber llorado todo el camino hacia ese lugar, ignorando las miradas que las personas le dirigían, su mente en otro lado, incapaz de procesar correctamente lo que había ocurrido.

Como su mundo se había desmoronado en sólo un par de horas.

WooHyun y Lizzy. Oh, WooHyun y su hermana...

¿Cómo había sido tan idiota e iluso?

No, no fue un estúpido: en el fondo, sospechaba que WooHyun hizo algo más que besar a esa omega supuestamente desconocida de la que habló, pero fingió que no era importante. Y como decía el dicho, no hay peor ciego que el que no quiere ver, y eso terminó por empeorar todo.

Si hubiera tenido un poco de orgullo, no habría seguido con esa tonta farsa, con ese estúpido matrimonio, y le habría pedido a WooHyun que marcara a otra omega para acabar con ese enlace. Pero fue incapaz de hacerlo, porque amaba a WooHyun, porque creyó que podían solucionarlo, pero por sobre todo, porque WooHyun fue durante muchos meses seguridad y amor para él.

Y no quería perderlo, no quería quedar solo y triste otra vez, sin nadie que lo amara por lo que era.

Sin embargo, si lo hubiera hecho, si hubiera actuado guiado por su mente y no por su corazón, SungJong seguiría en sus brazos.

Su pequeño, su bonito y dulce bebé, seguiría a su lado.

SungGyu se quebró.

Cayó de rodillas, sollozando por el dolor, por la pena, por el sufrimiento, sintiendo un vacío enorme en su corazón que parecía engullirlo con cada segundo que pasaba lejos de esa pequeña criatura que tuvo y cuidó con tanto esmero para que nada malo le pasara.

Su SungJong.

Era su culpa. Su jodida culpa.

Si no hubiera estado tan ciego de amor por WooHyun, si no hubiera confiado en un alfa, eso no estaría pasando.

¿Cuándo aprendería su maldita lección?

Los alfas eran crueles. Eran malos. Eran unas personas egocéntricas que se dejaban dominar por su instinto de dominación y posesión, que sólo pensaban en su propio placer y necesidad, importándole poco el omega. Usando al omega sólo para satisfacerse.

❥| Kilig╰☆╮Yuanfen | ➳[WooGyu]Where stories live. Discover now