7• 𝓷𝓲𝓷̃𝓮𝓻𝓪

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___-chan ¿segura que puedes cuidar de Akane? Ya sabes que es algo.. complicada—negaste repetidas veces tu cabeza levemente riendo- estará su hermano si no puedes.

—akabane-san tranquila, esa enana la puedo dominar bien. No es la primera vez que la cuido—tomaste de la mochila que estaba estaba a tu lado y levantando te para caminar hacia la puerta de tu habitación.

enserio te agradezco mucho, ___-chan. Eres un amor— saliste de tu cuarto para después bajar y hacer un gesto de "adiós" hacia tu madre, que estaba tejiendo en el sillón—te dejare las llaves donde siempre, hay golosinas y snacks en el cajón de arriba. Su hermano debería estar estudiando por lo que no molestara, por si acaso llevale un refrigerio a su cuarto. Cuando llegue en la noche te pagaré.

Una gota de sudor callo por tu mejilla.

—quédese tranquila, se lo que debo hacer— reiste rascando tu nuca con nervios.

oh~ gomen, ___-chan. Es la primera vez que me tocó tan tarde un turno

—tranquila, akabane-san. Puede irse con calma

Al decir eso solo se despidió agradeciendome como por quinta vez y corto.
Guardaste el celular en tu bolsillo, tomaste de las llaves que estaban en la puerta y saliste de la casa, camino a la gran casa de los akabane.
Ya era común que la señora akabane tenga que pedirte cuidar a su hija menor, era más fácil que pedir una niñera de afuera ya que su madre y la tuya eran amigas.

Cuando llegaste tocaste la puerta y te abrió la pequeña Akane.

—___-chan, ¿hoy me cuidara?—asentiste desordenado el pelo lacio y largo de la mini-pelirroja— ¡vamos a jugar!

Te agarro de la mano y antes de que te fueras raptada cerraste la puerta. La oji-castaña te guió a las grandes escaleras dirigiéndose a su cuarto. Abrió la puerta y encontraste una muy colorida habitación, esta tenia peluches por doquier junto con innumerables muñecas de distintos tonos y accesorios.

Empezó a sacar muñecas y una gran mansion de estas. Dejaste la mochila al lado de el escritorio y te ganaste al lado de la enana.
Estuvo obligandote a peinar una de las muñecas que tenía mayor porcentaje de pelo, este era de un tono magenta y tenía un adorable lazo para que la trenza que peinaba, se sujetada.

—___-chan tengo hambre..

—iré a buscar algo de comer

Saliste de la pieza y caminas te hacia la cocina, sacaste  dos paquetes de galletas junto con dos vasos de leche de chocolate. Digeriste una galleta mientras subías al segundo piso, tocaste la puerta de la pieza de akabane-kun y comiste otra galleta.

—pasa— escuchaste de adentro.

—permiso..—abriste la puerta y te encontraste con un guapo chico pelirrojo de ojos mercurio, acostado en su cama jugando con su consola—tu madre me dijo que te diera una colación, ¿donde te lo dejó?

—puedes dejarlo ahí, cuidado con los libros.. —miro de reojo hacia ti, pero solo mantuviste la compostura y e hiciste lo que te pidió. Volteaste al terminar y observaste como el chico tenía los ojos del pelirrojo mirándote fijamente—¿Eres ___, no?— asentiste confusa, el chico sonrió y solo volvió a su posición de antes. Al dejar de mirarlo solo tomaste la bandeja y caminaste hacia la puerta.

—... ¿Akabane-kun? —

—¿Umm?—

—¿por que hay revistas porno debajo de tu cama..? —sonreiste orgullosa, al ver como su rostro se sonrojaba rápidamente y se levantaba a ver donde habías observado durante un rato. El rasco su nuca nervioso, algo curiosa las tomaste y había unas chicas con mucho busto en cada una de ellas—... ¿Te gustan de talle D?

𝙆𝙖𝙧𝙢𝙖 𝘼𝙠𝙖𝙗𝙖𝙣𝙚 𝙊𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨/𝙀𝙨𝙘𝙚𝙣𝙖𝙧𝙞𝙤𝙨 [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora