Mi Chica Gigante l Cuphead l ✓

Capitulo 05: Un Enorme Amor

[Reescrito]

Mugman disfrutaba cada momento que compartía con Cala Maria. Le encantaba todo de ella: Cada gesto, acción e ideas que se le ocurrían a la sirena. Lo mejor era cuando le deba permiso de sentarse en sus manos y poder estar cerca de ella, sin importarle la diferencia de tamaño. No era un tonto, sabía a la perfección que sentía otras cosas por Cala Maria y quería más que una simple amistad con ella.

Sabía de ante mano que estaba enamorado de ella y aquel encuentro con Amelia pudo confirmar lo que realmente sentía por ella. Siempre pensaba en como poder decirle ese secreto y se comportaba como un tonto frente a Cala Maria, pero pensaba que si lograba hacerse novio de ella sería como su hermano (Con quien ya se había reconciliado de su discusión).

No quería ser de esos novios que solo se la pasaban pegados a sus novias. Tuvo que hablar con su abuelo sobre ese conflicto que tenía en su mente.

─ ¿Qué debo hacer abuelo? ─ Preguntó Mugman muy dudoso.

─ Sólo sé sincero con ella y lo que tenga que pasar pasará, no vas a cambiar solo porque sales con alguien, eso depende de ti. ─ Le contestó Elder con voz serena.

─ ¿Crees que tenga una oportunidad con ella? ─ Diría teniendo una chispa de esperanza en su corazón.

─ Yo digo que sí, eres un buen chico, ¿Y quién no siquiera estar contigo? ─

Aquel comentario hizo sonreír a Mugman.

─ Es mejor que le digas de una vez lo que sientes por ella, antes que sea demasiado tarde. ─ Agregó Elder.

─ Lo haré, abuelo, gracias. ─

Por otro lado, Cala Maria también tenía sentimientos encontrados, le gustaba Mugman y no le daba pena admitirlo, ¿Pero podría él aceptar a alguien cómo ella? Alguien que hizo algo tan terrible como vender su alma solo para ser amada, también temía que todo saliera mal como en su primer amor.

─ ¿Y cómo está la persona más linda de todas? ─ Le preguntó ella al verlo llegar.

─ No lo sé, ¿Cómo estás? ─ Diría Mugman sonriendo por su respuesta.

Cala se sonrojó, no se esperaba algo como eso

─ Estoy bien, gracias. ─

─ Me alegra escuchar eso, te he traído algo. ─

Eran galletas, nada nuevo, pero Cala adoraba esa galletas y más si fueron preparadas por el.

─ Cierra los ojos, por favor. ─

La chica obedeció y extendió una de sus manos con la palma abierta, Mugman agarró una de las galletas que tenían forma de corazón, la observó por un instante y me dió un pequeño beso, tímidamente la dejó sobre la mano de la sirena.

─ Listo, ahora puedes abrirlos. ─

─ ¡Galletas! Y con forma de corazón, que tierno. ─ Diría para después comérsela de un solo bocado ─ Está más deliciosa de lo normal, ¿Le pusiste algo nuevo? ─

─ Le puse mucho amor. ─ Diría sin evitar ponerse algo rojo, causándole más ternura a la chica.

Cala Maria llevó uno de sus dedos a la mejilla de Mugman, y comenzó a acariciarlo con suavidad. El chico reposó su rostro en su dedo sintiendo su calidez.