CAP 23

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Seguimos tumbados en la manta, ya arropados, con mi cabeza recostada sobre su pecho. Sus palabras me hicieron sentir tan vulnerable, como ya es de costumbre, no se que decir.

- Genesaret.- Me llamó, alce mi cabeza para mirarlo.- Te prometí que te iba a contar todo sobre mí ¿Recuerdas?- Ahora que lo menciona, si, se me había olvidado por todo lo que a pasado.

- Si, si lo recuerdo.- Me puse boca abajo, y nuestros rostros quedaron mas cerca. Suspiró, como si le costara decir todo lo que tiene que contarme.

- Bueno, comencemos con mí infancia, quiero que sepas todo de mí, todo ¿Esta claro?- Asentí, por supuesto que quiero saber todo, recuerdo que Maryorie me dijo que Daniel había tenido una infancia difícil, pero no se que tanto.- Todo pasó cuando tenía 7 años, vivía con mi madre, y mi padre biológico. Un desgraciado al que le gustaba maltratarnos.- Su mirada esta perdida, recordando esos momentos difíciles.

- Daniel, si esto es muy difícil para ti, contármelo, no te preocupes, no lo hagas.- Lo tomé del rostro e hice que me mirara.

- No, quiero hacerlo.- Asentí, y él continuó.- Mi padre era un alcohólico drogadicto, cada vez que llegaba de esa manera a la casa, nos golpeaba a mamá, y a mí hasta cansarse. Una de tantas veces que llegaba borracho, y drogado, ese día mamá no estaba, había salido a comprar la cena, porque si él llegaba, y no la encontraba lista, nos pegaba una paliza. Pero ese día llego mas temprano, me pregunto que en donde estaba mamá, yo le dije la verdad pero no me creyó, me decía que seguro mi madre estaba con otro hombre, y yo no le quería decir nada, pero era mentira, le dije que era mentira, que mamá había salido a comprar la mas furioso se puso.- Guardo silencio por unos segundos.

- Daniel.- Me miró, y luego me sonrió.

- No me quiso creer, Tampoco dejo que terminara de hablar. Salió, y tomo un alambre de púas, me pidió que me desnudara, le dije que no, pero lo único que recibí por respuesta fue una bofetada, pero no desistí, le volví a decir que no, pero esta vez me dijo que si no le hacía caso, las iba a pagar con mi madre, no tuve de otra, no quería que golpeara de nuevo a mi madre. Cuando terminé de de quitarme la última prenda, comenzó a golpearme con el alambre, fue espantoso.- Dios, que horrible, mi corazón se me puso chiquito.

- Daniel, lo siento mucho, de verdad.- Estoy a punto de llorar ¿Comí alguien le puede hacer eso a un niño de 7 años?

- No, no quiero que llores muñeca, no vale la pena.- Me tomó del rostro, y me beso.

- Es que, me imagino que fue muy doloroso para ti.- Estoy abrumada.

- Tranquila. Después que termino de darme la paliza, llego mi madre. Estaba bastante asustado, pero no por mí, si ni por ella, no quería que la golpeara como lo hizo conmigo, y tampoco tenia como defenderla, era un niño. Cuando mi madre me vio quedo horrorizada, me veía muy mal. Me había dado en el rostro, pecho, abdomen, piernas, espalda, trasero, en los brazos, fueron tantos latigazos que me dio con ese alambre que ya ni me acuerdo. Mi madre comenzó a llorar, pero ese día no la golpeo a ella gracias a Dios, pero después si lo hizo, le logro romper la mandíbula, partirle un diente, en varias ocasiones la dejaba inconsciente, aveces le dejaba los ojos morados, una vez le partió las costillas, y nunca pude defenderla.- Estoy atónita, no pensé que Daniel había pasado por todo esto.

- No era tu culpa, eras solo un niño, no podías hacer nada.- Dije para que se sintiera mejor.

- Pude haberle contado a alguien Genesaret, y nunca lo hice, solo por miedo.- Su mandíbula se tenso.

- Tranquilo, le pudo haber pasado a cualquiera, no era fácil por lo que estaban pasando.- Bese su hombro, su piel es tan suave.

- A mi también me rompió las costillas, me daba patadas en el estomago, me lanzaba los brazos de vidrios hasta que una vez me pego con uno de ellos en la cabeza, me dejo inconsciente por tres días. Los médicos le preguntaron que había pasado, él sólo dijo que me había caído de un árbol cuando estaba jugando, y los muy imbéciles le creyeron. Y así era nuestra vida, cuando cumplí los 9 años mí madre tomo el valor de dejarlo. Agarro nuestras cosas mientras el había salido con uno de sus amigos, y nos largamos de allí, comenzamos a vivir en refugios pero lejos del mal nacido ese.- Escuchar todo esto, me hace sentir muy triste por Dios, pobre Daniel.

Amor ObsesivoWhere stories live. Discover now