Nadie es como tú [Tanjiro/Kanao] {HIATUS}

Día 1: Belleza

Para Tanjiro, Kanao era poseedora de una belleza natural. Su cabello era suave y sedoso, sus ojos eran de un color llamativo, para él, único y su agraciada figura, era indicada para él; simplemente, hermosa a sus ojos.

El problema era, que ella no se veía a sí misma como alguien hermosa, siquiera linda. Y no era que le exasperaran, pues comprendía bien a qué se debía su forma de ser: una vida llena de maltrato, menosprecio, silencioso sufrimiento.

Pues las heridas no cerraban de un día para otro, y las cicatrices del pasado, siempre quedarían en uno. Era cuestión de sanar las heridas y vivir con tus cicatrices; por eso, cuando ella tenía algún problema o se le complicaban las cosas, él la ayudaba.

Con paciencia, amor y dedicación.

Pues de alguna forma u otra, sus cicatrices, también resultaban hermosas. Eran las que la hacían a ella ser Kanao Tsuyuri.

Aunque ella también pensaba que las cicatrices de Tanjiro eran hermosas, porque estas tenían historias, donde todas mostraban la superación que él había tenido que enfrentar; Kanao también encontraba bello las imperfecciones que él poseía y las besaba, aceptándolas.

Porque todo eso, era Tanjiro Kamado.

Un ser cálido, con heridas y cicatrices, con una sonrisa como el sol y un aura, de paz hogareña.

A Kanao le gustaba todo de él, su cabello, sus ojos, la forma de su cuerpo y, sobre todo, su sonrisa.

Y aunque por el momento ella no podía encontrar bello su propio ser, siempre apreciaría que Tanjiro la ayudara en eso y todo, y la hiciese apreciar más.

Un poco más.

Pues bien dicen, que, del desastre, algo bello puedes hallar. Sonríe ante su propio pensamiento, sin embargo, esta se desvanece por unos instantes al sentir que Kamado coloca algo detrás de su oreja, una flor; él simplemente sonríe, al mismo tiempo que dice:

- Eres hermosa, Kanao-chan. – lo expresa tan sincero, con tanto sentimiento, que ambos no pudieron evitar ruborizarse y sentir el pulso acelerado.

Sin embargo, Kanao se arma de valor y besa su mejilla. Sinceramente, ninguno esperaba eso.

- Tú también eres hermoso, Tanjiro-kun.

Y todo, bajo una hermosa tarde donde parecían llover pétalos de cerezo.

-Traumada Taisho