Tal vez en otra vida.

Capitulo 9: "Festival"

-Y con eso termina la clase de hoy. Pueden retirarse-. Concluyó el proesor cerrando un libro de matemáticas. Era divertido ver a los alumnos guardar sus cosas desesperadamente para salir como si hubieran sufrido un total martirio. En cierto modo lo entendía. En su juventud cada viernes era como una completa liberación para poder descansar todo el fin de semana. -Por cierto, no se olviden de hacer dos capítulos de la sección de actividades-.

Vio el terror y la ira en los ojos de los presentes. siendo el profesor era divertido jugar con los alumnos de vez en cuando. Dicho eso fue el primero en salir.

-No puedo creer que nos haya hecho esto. De veras. Tenia planeado estar todo el fin de semana en cama y comer rmen sin alguna ninguna preocupación-. Claro que estaba indignado. A veces se preguntaba si el profesor les daba tarea de fin de semana a propósito. Esperaba que no porque reflejaría bastante maldad.

-Yo menos. La vida suele ser muy pero muy ruda a veces-. Secundó Kiba. -Igual no sé de que te quejas, tú tienes tu profesor particular. No tendrías que estar preocupado-.

Naruto le sonrió. -Puede que tengas razón. Pero por mucho que quisiera, no creo que Nagato tenga el tiempo para enseñarme y explicarme. Él tiene una vida después de todo y sabes que los números son bastantes difíciles para mi-.

El Inuzuka negó risueño. -No estoy hablando de tu hermano, idiota. Me refiero a Shikamaru-. Se llevó la mano a la cara aún no creyendo el nivel de ingenuidad que lograba llegar el rubio.

-¡Oh! Sería genial pero Shikamaru ya me ayudó bastante esta semana. No solo académicamente sino que me mostró un lado muy amable y no quiero abusar de esa generosisdad. Él debe estudiar también porque sus exámenes son mucho más difíciles-.

-No suenes fastidioso. Si necesitas ayuda dímelo y te enseñaré. Te lo he dicho miles de veces-. Comentó el Nara apareciendo. Sus clases también habían terminado y aunque había una salida cerca de su salón, prefería caminar un poco más si con eso sus posibilidades de ver a ese rubio problemático aumentaban.

-¡Hey! Yo también necesito ayuda-.

-Creo que deberás pedirle ayuda a alguien más. Suficiente tengo con un solo alumno-.

-¡Es cierto!-. Gritó Naruto tomando a Shikamaru por el brazo. -Ni se te ocurra robarme a mi profesor. Es más, me lo llevaré para que no le metas ideas tontas. De veras. Ven Shikamaru, te llevo a comer.

-Claro-.

Kiba estaba a punto de decir algo cuando el rubio lo interrumpió.

-Encontré un lugar que te dejará maravillado con la comida. ¡De veras! ¿Vienes Kiba?-.

-No, esta vez no. Pueden ir solos, tortolitos-. Se fue riendo.

El rubio lo miró algo desconcertado pues siempre los acompañaba a comer.

Shikamaru, como siempre, supo exactamente lo que Naruto aún no entendía. -Déjalo, sabes que es bastante bromista. ¿Nos vamos?-

-Claro que si-.

Salieron y caminaron al menos 10 cuadras hasta llegar a un pequeño restaurante escondido entre dos grandes edificios.

Parecía estar construido de alguna madera gruesa haciéndolo lucir como una cabaña. Adentro contaba con cuatro grandes mesas rectangulares hechas también de madera, aunque esta un poco más oscura. El lugar estaba iluminado por gigantes candelabros de metal que colgaban del techo y algunas farolas, de esas que encontrarías en un jardín antiguo.

-Si que tengo hambre-.

Luego de pedir la carta, el Nara descubrió un gran abanico de platillos, algunos parecían completamente finos.