SeXo

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El sudor o, mejor dicho, la transpiración es el mecanismo natural del organismo para regular la temperatura corporal, ya que su evaporación desde la piel reduce la temperatura.

Como se anuncia, se presenta en situaciones en que el cuerpo percibe una suba en la sensación térmica, la cual varía dependiendo del clima, el espacio o de la actividad en cuestión que realice la persona en esos momentos.

Sudor bañaba el cuerpo de DongHyuck, sus brazos, espalda, nuca, cuello, el vientre y su frente. Pequeñas gotas salinas adornaban la superficie entera de su piel y sus cabellos, otorgándole una imagen brillante que no podía ser ocultada. Su cuerpo desnudo, expuesto, marcado y cansado era una obra de arte erótica tan obsoleta y pura que nada más podía ser apreciada por un solo admirador.

El adolescente de tez morena se encontraba con sus rodillas sobre la cama y sus muslos separados. Hace sólo unos momentos, sus manos no había podido mantenerse firmes contra el colchón y su pecho calló sobre el mismo, pero sin perder la pronunciada curva de su espalda que mantenía su culo alzado, claro que la almohada bajo su cadera también lo permitía.

Su barbilla rojiza, debido a la fricción, era la que se hundía sobre la dura superficie, permitiéndole una posición adecuada para respirar, y estaba casi seguro -pero sin interés de comprobar- que de su boca estaban escapándose filas de saliva. Sus falanges se aferraban con fuerza a una almohada a la que había empujado contra la cabecera de la cama entre su propia desesperación por lo que estaba Mark haciendo en su cuerpo. Mientras que en lo más bajo de su anatomía, sus pies se empujaban contra el colchón.

Las penetraciones del canadiense se condicionaban con su segunda ronda de sexo, erráticas, paulatinas, pero no menos profundas. Algunas personas podrían juzgar que una segunda vez no era demasiado, pero para ellos dos lo era, en especial cuando las erecciones de ambos parecían ser aún más dóciles durante la mañana.

Mark se encontraba de rodillas con sus manos en distintas direcciones, la derecha sobre una de las nalgas de su novio, separando estas para no perder el mínimo alcance en el interior del ajeno y la izquierda, sin avisos ni modestia, estiraba de los castaños rizos de Hyuck, razón por la que este no podía retorcer su rostro contra la cama, en primer lugar.

Sus ojos viajaban desde sus dedos enredado en el cabello ajeno, bajando por su columna hasta encontrarse con su imagen favorita: su polla ingresando y saliendo del delgado cuerpo de Haechan. Era un recorrido que no podía faltar durante sus encuentros de sexo en los que ocupaban aquella posición, por esa sola imagen es que le gustaba tanto separarle las nalgas al follarlo.

Los jadeos y el sonido de los testículos de Mark al arrastrarse en un ida y vuelta contra el trasero del moreno, inundaron el cuarto entero. Pretendían guardar un poco de la fuerza de sus gargantas, aunque no eran muy buenos en es porque de todos modos, todos los integrantes que compartían la misma residencia con ellos, de alguna u otra forma, acababan enterándose de lo que hacían por más cautelosos que intentaran ser. Incluso los miembros de las residencias continuas parecían saber de sus actividades privadas ¿Y cómo no habrían de estar notificados si siempre había alguien que los delataba públicamente en la sala de chat en la que se encontraban los 21 miembros activos?

Cuando el orgasmo en el mayor hizo a sus movimientos más desesperados, lo que aumentó considerablemente los gemidos del menor, aún en contra de su desesperada anatomía, se hizo para atrás, causando un pequeño "boop" al despegarse su miembro del agujerito del menor.

— Date la vuelta. —El tono voz fue determinante, pero en su interior y sus ojos, incluso con el deseo, la excitación y una erección llorando por volver a enterrarse en el culo de su novio, se comprendía aquello como una solicitud casi desesperada. Lo necesitaba.

Mark llevaba una fijación por ver el rostro de DongHyuck cuando este llegaba a su orgasmo.

La forma en que sus ojos se cerraban por completo o parcialmente para no perder él tampoco la vista de quien lo dominaba, las contracciones de su vientre durante los últimos instantes previos, sus manos sosteniendo y empujando todo lo que a su alcance se encontraba, sus mejillas sonrojadas y sus labios separados, enseñando los hilos de saliva en exceso que unían ambos lados -superior e inferior- de su boca.

Haechan no tardó en obedecer. Contrario a sus roles del trabajo y como amigos, en los que siempre ignoraba todo lo que el mayor decía, a la hora del sexo, Hyuck haría todo lo que fuera necesario para conseguir que Mark se corriera en lo más profundo de su interior, sin importar lo desesperado que pudiera verse.

Las piernas del menor se extendieron a cada lado del pelinegro. Mark dirigió su miembro y de una sola estocada hizo al cuerpo de ambos curvarse del placer ocasionado por al volver a encontrarse en aquella unión.

Las estocadas avanzaron -como si de un juego se tratara- de nivel y a medida que sus mentes se perdían en el naufragio del placer carnal, los muslos de Hyuck tendían a querer juntarse, su cadera se enterró contra la almohada, sus ojos ya no podían sostenerse abiertos, empujando con sus párpados lágrimas de gozo que bañaban su rostro. Mientras que, a su vez, Mark se desesperaba con sus rodillas y pies firmes sobre el colchón, endureciendo sus movimientos, teniendo que sostener entre sus dedos el tobillo del menor, estirando de su pierna, para que no pudiera cubrir su cuerpo, permitiéndose una vista del rosado pene del chico, saltando y sacudiéndose contra su vientre.

Minhyung lo masturbó o eso intentó, pues apenas sus dedos rodearon el glande, DongHyuck abrió sus ojos y se alzó en sus codos, curvando su espalda, apretó sus manos, sus pies, y sus muslos se cernieron sobre el brazo de Mark. Su pene se descomprimió, comenzando a derramar el esperma contenido. Gotas blancas eran eliminadas desde la punta. Su cuerpo volvió a caer, exhausto y agitado, inconsciente de su alrededor. Una capa de cosquillas bañó su cuerpo entero, y sus ojos perdieron visión aún cuando los mantenía abierto; permitiendo que el orgasmo se encargara de él.

— Maldito... —Lo llamó el mayor, aunque se supera ignorado.

El pelinegro disfrutó la forma en que su polla era succionada por el manchado y abusado culo de su novio. El orgasmo llegó acompañado de un gemido con el nombre del dueño del causante de su placer, su espalda de curvó al igual que su cuello, sus dedos presionaron la piel ajena, marcandola una vez más.

Haechan sabía que Mark le había mentido cuando dijo que el sexo sólo era pura fantasía pornográfica y que hasta podría decepcionarse por haberlo idealizado tanto. Pero cuando el placer que lo ahogaba era tanto, ni siquiera podía reclamar por haber sido condenado a esperar tanto por aquel encuentro.

Mark sabía que el sexo se había vuelto una variable constante en su relación, que no podía negarse al cuerpo del menor ahora que conocía todo lo que sus cuerpo podían provocarse, y aún así, él no creía que la mejor parte del sexo fuera exactamente todo lo que acaban de hacer. Sino que era el final.

Ambos juntos. Cuerpos sensibles, erráticos y agitados, con sus fluidos compartidos bañando sus cuerpos enteros. Ver a DongHyuck recuperarse de un orgasmo era definitivamente lo mejor, su pecho volviéndose cada vez más tranquilo, sus pezones y su vello descendiendo a su estado natural.

— Me estiraste muy fuerte.

Había hablado el más joven minutos más tarde mientras se ubicaba de espaldas al techo y con su cabeza sobre el pecho ajeno, dejando su trasero descubierto para que no tuviera contacto con nada más que lo dedos de Mark mimando sus mejillas.

— Yo no me quejo cuando me montas y se te da por jugar a los ahorcados y dejarme sin aire.

Reclamó el mayor. Aunque internamente ninguno pretendía quejarse, era sólo una de sus tantas formas de molestarse. Se conocían. A Mark le encantaba ser montado y que sus respiración sea debilitada. Y a Hyuck le excita demasiado ser sometido físicamente a tal punto de que tuviera que utilizar prendas de más para cubrir las marcas, o quebrar su cuerpo en un agotamiento absoluto.

Definitivamente, lo mejor del sexo, era que no sólo se trataba de sexo.

Ahora que Eres LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora