Pobre Jin.

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Yoongi y los demás, empezaron a llevarse todo lo que encontraban a su paso, todo aquello que fuera valioso y soltara una gran cantidad de dinero. Yoongi entró a la habitación de Jin fijándose que nadie estuviera allí y mirando cualquier cosa que valiera la pena robar; había una gran cantidad de joyas caras, anillos, collares, aretes, relojes y ropa de marca que a simple vista, se podía notar los millones invertidos en tan solo una camisa. Todo eso se fue a la bolsa que Namjoon les había dado, pudo ver algunos cuadros donde estaban todos, Jin, Taehyung, Jungkook y Jimin, se les notaba la vida de rico que los cubría y eso solo hacía que la sed de venganza naciera en el interior de Yoongi, simplemente él, no podía entender por qué alguien con un alma tan mala, podía llevar una vida tan buena.

—¿Ya está todo listo? —preguntó Namjoon al ver a sus amigos. J-hope y Yoongi asintieron de inmediato—. Bien, vámonos, el imbécil de Jin no debe tardar en llegar.

Los tres salieron por la misma venta por la que habían entrado algunas horas atrás, estaban realmente felices por todo lo que habían conseguido, pues eso les dejaría una gran cantidad de dinero. Yoongi solo podía pensar que sacaría a sus padres muy rápidamente y los demás, solo pensaban en todas las cosas que podrían comprar después de vender aquellas joyas, reliquias y ropas que habían robado. Pasaron algunas horas más y el dinero ya estaba en sus manos.

—Listo —comentó Namjoon con una gran sonrisa—. Esto le corresponde a cada uno, tómenlo.

—Esto es mucho dinero —musitó J-hope orgulloso de aquella noche—. Hay que hacerlo más seguido.

—J-hope tiene razón —suspiró Yoongi—, si seguimos así, pronto podre volver a mi hogar y sacar a mis padres de la cárcel.

Después de comprar algunas cosas, los chicos volvieron a la universidad guardando el dinero en un lugar donde nadie buscaría. En ese momento el lugar estaba completamente vacío, pues todos se encontraban en sus casa para luego regresar mañana esperando con ansias una nueva oportunidad, pues salir de allí, no era tan fácil.


(...)


Habían pasado tan solo unas cuantas horas desde que Jimin había llegado a su casa, recién se había acostado en la cama conciliando el sueño, su cabeza dolía y sentía que cualquier cosa le molestaba, incluso el sonido del celular que parecía no cansarse, pues sonaba y sonaba una y otra vez. Después de unos minutos, Jimin tomó el celular y contestó con su voz aún adormilada.

—¡Jimin! —el grito tras el celular hizo que Jimin lo alejara un poco.

—¿Qué ocurre Jin? ¿Por qué estás tan alterado? —preguntó Jimin empezando a temer por la actitud de su hyung.

—M-me robaron Jimin. —eso bastó para que Jimin despertara por completo— se metieron a mi casa y se llevaron todo lo que encontraron a su paso —Jin empezó a sollozar alterando a Jimin, nadie se metía con sus amigos y quien haya sido, se las iba a pagar.

—Tranquilo Jin, voy para allá —dicho esto, Jimin se levantó de la cama y todo rumbo.

Las calles parecían eternas, por más rápido que Jimin manejaba, simplemente no avanzaba o tan solo eran los nervios del momento quienes le estaban jugando una mala pasada. Después de lo que parecieron siglos, Jimin al fin había llegado a la casa de Jin, su amigo estaba en la puerta con sus manos cubriendo su rostro, a distancia podía escuchar sus sollozos, rápidamente se acercó hasta donde estaba él mirando manera de cómo consolarlo.

—¡Jin Hyung! —gritó Jimin cerca de él. Jin rápidamente lo abrazó rompiendo en lágrimas—. Tranquilo Jin, lo importante es que estás bien. 

—Mis... Mis cosas Jimin —sollozó nuevamente Jin atragantandose con sus propias palabras—, mis padres van a matarme.

—Vamos a la policía, pondremos una denuncia de inmediato. —propuso Jimin y Jin de inmediato aceptó, los culpables debían pagar por lo sucedido.

Polos Opuestos #1 (En Edición)Where stories live. Discover now