TLH: El Cazador Guardian

Prólogo: La Cueva

Las familias son muy ruidosas y cada una tiene sus problemas al igual que sus integrantes. Ello no excluia a la familia más ruidosa de royal woods, los Loud conformados por 13 personas, 2 padres, 10 hijas y un solo único hijo varón el cual las pasaba negras después de intentar ayudar a sus hermanas a resolver sus diferencias interrumpiendo de Nueva cuenta el "protocolo de pelea de hermanas". El albino se encontraba atrincherado en su habitación, las puerta y la ventana estaban tapadas con algunas rejillas de acero y el ducto de ventilación estaba completamente clausurado. Lincoln estaba sentado en el borde de su cama cociendo con aguja e hilo negro las heridas causadas por sus hermanas Lola y Lana, el albino se quejaba cada vez que la aguja penetraba la piel pero por lo menos ya no era tan doloroso como al principio.

Lincoln: Hola... - mira a la cuarta pared algo deprimido - si se preguntan por qué mi cuerpo se parece al de un soldado de la segunda guerra mundial es debido al trato de mis "queridas hermanas", verán, luna y luan estaban discutiendo sobre..... ya no se el porque pero lo importante es que intente detenerlas antes de que fuera a mayores, durante el paso de los días se hizo presente el dichoso protocolo y todas en la familia estaban discutiendo por la más mínima estupidez. Un día intente hablar con lori pero esta estaba tan furiosa que al verme arremetió contra mi para dejarme inconsciente....al despertar lori ya se había calmado y le contó al resto su descubrimiento....

En eso oye como Lana y Lucy se encontraban detrás de la puerta intentando derribarla con golpes y diversos objetos.

Lucy: ¡¡¡¡Abre la puerta Lincoln Marié Loud!!!!

Lana: ¡¡¡¡solo queremos hablar con tigo!!!! - dijo mientras embestia la puerta como un toro furioso.

Lincoln solo temblaba al ver la puerta doblarse como si esta estuviera a punto de ceder, el miedo le carcomia... ¿Miedo? Es raro, antes nunca había sentido algo de tal calibre pero ahora ese sentimiento es su pan de cada día.

Lincoln: cómo decía, el descubrimiento de lori fue que el golpearme a mi resultaba más relajante que pelearse con otras 9 mujeres, tiempo después el resto le siguió el juego y el protocolo de peleas de hermanas cambió, al parecer, el nivel volcán ahora era que todas me golpeen simultáneamente. De esa manera se calman pero... Ya no puedo mas ¡solo mirenme! - levanto un poco su camisa polo color naranja dejando a la vista una variedad de morados, ematomas, cortes y cicatrices pero lo más característico era una gran cicatriz en diagonal en la espalda del albino cortesía de su hermana Luna y su guitarra - yo me voy, si quieren matar a alguien que se maten entre ellas pero antes...

El albino escribe una nota a cual deja sobre su cama, no tenía gran cosa, tan solo unas cuantas palabras en las cuales plasmo sus emociones a sus hermanas además de algunas palabras de arrepentimiento para sus amigos... Ahora que lo pienso, puede que si sea importante ya que... bueno... que más da, tampoco es que su familia le interese mucho recordando el vital hecho de que no fue más que un maniquí de combate con cabello blanco por un poco más de 2 años.

Ya listo, retiro las verjas de la ventana y se lanza al vacío, tuvo suerte al caer ya que la nieve amortiguo su caída. No miró hacia atrás, tan sólo empezó a correr lo más rápido que sus piernas y sus pulmones le permitirán en aquel clima invernal de Navidad, antes creía que navidad era época de milagros, unión familiar y otro tipo de esas ridiculeces pero la última Navidad la pasó en el hospital con un respirador artificial conectado a él mientras que su familia se atiborraba de comida en la casa de la familia de Ronni Ann, nadie lo visitó, ni siquiera en año nuevo, estuvo solo... Bueno, no completamente solo, por alguna razón Haiku, la amiga de Lucy y con la cual bailo junto a otras 2 chicas en aquella noche que quería olvidar le visitaba todos los días e inclusive se ofreció a cuidar al albino durante su recuperación en casa, nunca entendio aquel acto de generosidad pero tampoco se quejo mucho así que a caballo regalado no le mires el colmillo.