Thara.

Prólogo.

PROXIMAMENTE...

Él le dio poder a los hombres lobo y tú puedes quitárselo. Eres el inicio, Thara, y también el final —Hanry en el Gen Alpha.

Siempre comenzaba de la misma forma: oscuridad.

Una respiración agitada, errática y después un grito agónico que detonaba el resto de la acción. Mis piernas comenzaron a correr por la casa como si tuviera consciencia del lugar al cual me dirigía. Avanzaba por los pasillos muy rápido hasta terminar en el salón.

Allí había sangre por todas partes.

Manchando las paredes, el techo, impregnando el tejido de la alfombra y formando macabros charcos sobre el suelo de madera. El olor a vísceras era tan potente que me fallaron las piernas. Había una mujer tendida en el suelo, con los ojos vacíos mirando a un punto impreciso.

Su cuello se encontraba en una posición antinatural y mostraba el abdomen abierto; marcas de zarpados por todas partes.

—¡¿Qué has hecho?!

Un hombre corpulento me agarró por los hombros con insistencia. Su mirada reflejaba el terror y el impacto ante semejante escena.

No respondí, no podía hablar.

Él me miró unos segundos más con ese deje de angustia y desesperación atroz en sus ojos y entonces se percató de algo que cambió por completo su expresión.

Me soltó de inmediato, tan bruscamente que me caí al suelo.

—Eres un monstruo —su voz fue apenas un susurro, como si su mente no terminara de concebir y tramitar el momento.

Mi respiración se desbocó y me desconecté del resto del cuerpo. Fue como si una fuerza externa me empujase y de repente la perspectiva cambió. Dejé de vivir aquello en primera persona para ser un mero espectador más.

No era yo quien se encontraba tirada en ese suelo, con las manos manchadas de sangre, si no un niño pequeño, de unos seis años. Su pijama estaba hecho jirones y parecía aterrorizado e insoportablemente confundido.

Era en ese punto cuando me percataba de que aquello no era real, por muy intenso que se sintiese, no se trataba de algo que estuviera ocurriendo. Si no de una pesadilla, pero no era tan sencillo.

Tardé un poco en comprender que no se trataba de una simple pesadilla; era un recuerdo.

Un recuerdo de Hanry, de la noche en la que su transformación en lobo acabó con la vida de sus padres y le dejó como un huérfano desamparado.

Lyha me advirtió que arrebatar el poder a un hombre lobo no era un acto exento de consecuencias.

Al tomar esa parte fundamental de su esencia ésta quedaba ligada eternamente a mí.

La pesadilla era recurrente y apareció diez meses después del enfrentamiento. No quise darle mucha importancia, me convencí de que terminaría desapareciendo de igual forma que se hizo presente.

Como si jamás hubiese existido.

Pero eso solo fue el principio.

Un prólogo de lo que estaba por venir.

***

Subo el prólogo para que añadáis la historia a biblioteca y así estéis más al tanto para cuando empiece a subir periódicamente los capítulos. 

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Nos vemos antes de lo que creéis, primores.