Como en los cómics

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- Un trabajo... - Dijo Mitsuko de manera incrédula - Tú, que apenas estudias para un examen de lengua, has conseguido un trabajo

- Si ¿No es genial? - Respondió Jordan esbozando una sonrisa

- Supongo - Mitsuko se levantó de la cama de su amigo - Lo que no me queda claro es por que elegiste cuidar a un viejo

- No lo cuido, simplemente le hago recados y le mantengo la casa limpia, como un mayordomo

- Vaya, has pasado de ser el "superhéroe" al mayordomo - Soltó una carcajada - que poético

- Tu riete lo que quieras pero lo cierto es que he empezado en el mercado laboral y tu no - Le sacó la lengua

- ¿Y que piensa tu nuevo jefe de tus salidas nocturnas a combatir el crimen?

- No soy tan tonto como para decirle que salgo por las noches a pegarme con criminales

- Cuando empiece a ver los moratones sospechará - Se apoyó en la pared y siguió hablando con Jordan.

"Broken Bones ha estado en la sala todo el tiempo", pensaba mientras dirigía su vista hacia el ente que se formaba tras él el cual le doblaba el tamaño. "Definitivamente no puede verlo"

- ¿Jordan? ¡Jordan! ¡Te estoy hablando

- Oh sí, lo siento ¿Que decías?

- Ya da igual - suspiró - Mientras no te descuides con los estudios estará bien que trabajes

- ¿Se supone que eres mi madre?

- Alguien tiene que serlo - Se dirigió a la salida - No juegues con eso.

Mitsuko también había perdido a sus padres hace ya un tiempo, pero no tanto tiempo como para que haya logrado superarlo. Su padre, Asano Yokogawa era un policía rural que patrullaba un pequeño pueblo a las afueras de Kyoto, allá por su Japón natal. Un día no tuvo más remedio que detener el coche de cierta mujer con gafas de sol, que sin pretenderlo había sobrepasado el límite de velocidad. Resultó que Emiko era oriunda de cierto lugar llamado Morioh, que era famoso por algunas situaciones misteriosas que allí se dieron. Y decían que el amor a primera vista no existía.

Emiko Tsunayoshi era una experta en tecnología y se había casado con un policía de campo, ver para creer. Tiempo después decidieron mudarse a Nueva York dado que ella podría continuar con sus proyectos ganando una suma más cuantiosa que la que ganaría en Japón, fue ahí donde dio a luz a su única hija, Mitsuko, que obtuvo de esa manera la nacionalidad estadounidense. Y todo parecería que la vida sonreía a la pequeña que desde muy temprana expresó su deseo de ser cantante y siempre cogía los auriculares de su madre para jugar a que grababa en un estudio. Una infancia feliz.

Emiko murió atropellada por una furgoneta de camino al trabajo. La escena era absolutamente dantesca, con sus órganos desparramados y sus globos oculares reventados a causa del golpe. Mitsuko no vió a su madre, solamente las lagrimas de su progenitor al recibir la noticia mientras una vez más jugaba a ser cantante con los cascos de su madre. Asano se suicidó poco despues y Mitsuko fue yendo de casa de acogida en casa de acogida hasta que un buen día llegó a la Bóveda, y otro buen día un chico de piel morena decidió ser su amigo. Por eso no apoyaba a Jordan en sus salidas nocturnas, no quería perder a nadie más, pero ¿Que más podía hacer sino advertirle?

- Lo siento, Mitsuko

- No pasa nada, procura dormir hoy tonto del culo - Dicho esto los dos rieron y por una noche Jordan decidió que el encapuchado debería descansar.

"Debe haber alguna manera de mostrarselo". Se repitió eso hasta que se quedó dormido.

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JoJo's Bizarre Adventure: Broken TomorrowWhere stories live. Discover now