Capítulo 27. De malas a peores. Parte I

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La puerta se cerró otra vez, delatando el estado anímico del que salió. Shisui suspiró, derrotado se deslizó hasta el suelo en la pared atrás de su tío.

—Se enojó, ¿Verdad?

—Pues... se rio sin ganas y se fue sin decir nada... sí, se enojó, pero se le pasará, tranquilo.

—Ahora me pregunto ¿Por qué teníamos que callarnos? Itachi ni se mostró sorprendido, así que no había caso.

—Supongo que es una mala costumbre de familia.

—Y falta Sasuke— se pasó las manos por la cabeza frustrado, sus primos no son tan diferentes uno del otro, Sasuke ya les dejó ver cuán molesto estaba con ellos y ni sabía la totalidad de lo que pasaba —Tío, tú vas a pasar lo mismo con Kakashi.

Obito rompió su concentración en el reflejo fragmentado que le devolvía aquel disco.

—Me gustaría que dejaran de hacerme recordar esos detalles— se giró a verlo ceñudo, realmente estaba intentando no pensar en las explicaciones que tendría que darle a ese hombre.

—Me molesta ser el único intranquilo aquí.

—A veces puedes ser tan sañoso como Itachi. No creas que no me duele la cabeza pensando en lo que podría pasar.

—Como sea...— se levantó del piso —Me largo— buscó los papeles que le pertenecían y dejó el resto de Obito ahí en el escritorio —Nos veremos luego.

—Deberías quedarte— le dijo antes de que llegara a la puerta.

—No lo creo... Sé muy bien cuando tengo que alejarme de él— Obito no le cuestionó sus motivos, solo aceptó sus palabras y no dijo más —No vemos.

No está huyendo de Itachi, sabe que debe dejarlo solo para que pueda asimilar con calma lo que le han dicho. Itachi está molesto, no con ellos, al menos no tanto, su principal molestia se debe a su propia autonomía. No es un problema de confianza, Itachi sabía que le ocultaban algo y creyó que no le afectaría tanto al momento de saberlo.

Los Uchiha siempre creen que están bien ocultando algo, y siempre creen que por estar esperando la noticia, al recibirla no dolerá saber cuál era la mentira.

Shisui odia eso de su familia, y como él, los otros también. Pero Obito lo dijo, es una mala costumbre que han venido arrastrando.

***

El agua es un relajante por excelencia, fría o tibia, depende de la situación que quiera lavar. Para no gustarle el clima frío, con el agua no es lo mismo, la prefiere cuando su cuerpo se calienta ante su irritación emocional. Afuera ya está oscureciendo, la temperatura desciende lentamente, pero se nota que el verano ya está disponible. Su cabello goteando no deja que su pijama permanezca seca, una toalla soluciona eso con efectividad.

Sale del baño y en su cuarto Itachi lo espera, curioseando el anillo que decidió quitarse para tomar el baño. Nota perfectamente el semblante serio de su hermano, algo debió pasar después de que él se fuera de la biblioteca.

—¿Qué haces aquí?— se colgó la toalla en el cuello, quedó húmeda y fresquita, no le molestaría tenerla ahí alargando la frescura de su baño.

—Es un bonito anillo, ¿Ya te cansaste del idiota roba hermanos y vas dárselo a una chica?— se puso el anillo en el dedo índice de la mano derecha, pero no le pasó del segundo falange.

—Es mío, no lo toques— se lo quitó y lo dejó de nuevo sobre la cómoda donde Itachi se recargaba, regresó sobre sus pasos y se tiró de sentón en la cama volviendo a la tarea de secar su pelo sin prestar atención a la fija mirada de su hermano.

Aprendiendo a Amar a un DobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora