Errør __SooJun-YeonBin

epílogo

Después de 8 años

El niño pequeño había sido empujado al piso brutalmente, produciéndose el típico sonido de golpe. Alzo la vista adolorido para ver a sus agresores , quienes se reían de él y festejaban el triunfo.

- anda Choi - dijo uno de ellos - danos el dinero para el día de hoy o ya veras lo que te pasará.

El pequeño los miro con miedo en los ojos , simplemente las palabras no inundaban su boca , haciéndose un nudo en su garganta.

- ¿ que? - uno de los tres se le acercó dispuesto a golpearlo - ¿no escuchaste ? O es que eres sordo.

- tal vez no tiene - dijo uno de ellos , mirando a su otro compañero.

- ¿ eso es cierto Choi? - el llamado asistió tímidamente y con más pavor aún.

- ¡muchachos al ataque!! - ordenó el líder del grupito de agresores. Los cuales se abalanzaron contra su víctima y lo golpearon con puñetazos, patadas , jalones y etc de agresiones.

El pequeño lo único que pudo hacer es encogerse en su sitio en posición fetal y tratar de proteger su rostro. Mientras sentía cada golpe continuado del dolor que nacía en su cuerpo.

Creía que moriría por el dolor que le propinaban esos tres que lo maltrataban físicamente sin compasión. De no ser por una voz que escucho.

- ustedes tres. Detenganse - los muchachos se alejaron de su víctima y miraron con sorpresa al adulto. Prácticamente los habían descubierto.

- chicos... - dijo apenas el líder - ¡ corran! - dicho esto todos los agresores se corrieron por cualquier dirección de la escuela.

El adulto miro en dirección del niño golpeado y lo ayudo a levantarse , acuclillandose frente a él.

- ¿ estas bien? - fue lo único que pronunció, tenía la expresión preocupada.

El pequeño lo miró detenidamente, olvidándose por un momento de su dolor y el hombre frente suyo tenía el cabello negro , tes blanca y al pararse frente al niño era muy alto, incluso más alto que su padre/madre.

- no... - dijo en un susurro. Pero muy audible para el hombre frente suyo.

El pequeño fue llevado a la enfermería del colegio. Una vez ya curado, se percató que el mismo señor que lo salvo , lo esperaba. El adulto tan pronto se percató de la presencia del menor se acercó a él.

- ya te ¿ curaron todo? - preguntó.

- si señor, gracias por ayudarme - miro al mayor con ojitos brillosos -

- y... ¿No te gustaría ir a tomar un helado conmigo? -

El niño negó y sonrió a continuación. Pronto hizo una reverencia.

- no , le agradezco. Pero mi madre debe estar esperándome en casa. Es demasiado tarde.

- oh vamos... - insistió el adulto - prometo no quitarte mucho tiempo.

El pequeño se dejó convencer fácilmente.

Se subieron al auto del mayor. Unos minutos más y ya estaban frente a un puesto de helados.

- ¿ que sabor te gusta?

- el de menta señor - respondió el niño.

El tipo mayor sonrió y le compro lo prometido al menor. Estuvieron charlando cosas divertidas. Entre más conocía el niño al mayor más le agradaba. Igualmente al hombre desconocido.

- bueno , ya debo irme señor. Ojala tuviera un padre tan bueno como usted - al decir esto. El pequeño se mordió los labios para evitar derramar lágrimas , sus ojitos se habían puesto acuosos.