I

1.3K 73 18
                                    

Hola, amigos. Me gusta mucho ese shipp y espero que crien más fanfics Giyutan en el wattpad.. Español no es mi lengua materna, por eso creo que terán muchos errores en mis capítulos, pero es el idioma con más fics giyutan (después del japonés), portanto decidí escribir en español. A ver!

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

- ¡Estaré en su cuidado!

Kamado Tanjirou habló con una voz enérgica demás para la ocasión. Era su costumbre, como siempre.

El muchacho tenía una expresión fuerte y decidida a la vez. Una cara que difícilmente alguien con 15 años tería. Era de una crianza que ha madurado temprano demás. Yo podia decir esto con solo viendolo. Pero su cuerpo era de un chico de 15 años todavía. El cuello ainda delgado, los hombros pequeños y la voz todavía a engrosar. Tampoco tenía altura.

Yo asentí con mi cabeza, sacando mi espada de madera de entrenamiento y ajustando mi posición.

Él me atacó con su habilidad con un grito, la tercera del estilo del agua, la cuál pude bloquear con mucha facilidad por conseguir prever sus movimientos. No era complicado, Tanjirou era muy honesto y solo tenía pensamientos rectos. Aproveché su deja para prender mi pie izquierdo trás de sus piernas, todavía bloqueando su espada con fuerza, y pateé sus tacones, haciéndolo cair de espalda en el piso de tierra. Sostuve su espada con mi mano libre para que ella no cayera sobre él. Las espadas de entrenamiento eran duras y no cortaban, pero dolían.

- Ponte de pie, Tanjirou.

Hablé con una voz baja, y en pocos segundos, el estaba de pie de nuevo.

- ¡Más una vez, por favor!

Me gustaba ese lado sencillo del chico. El don de nunca desistir es algo mucha poca gente tiene. Y ese pelirrojo había pasado por mucha cosa, cualquier persona entendería si él quisiera dejar de continuar luchando. Suspiré.

Tanjirou era muy fuerte. Diferente de mí.

- No estás aplicando mucha fuerza en sus piernas. No puedes olvidar de proteger todo tu cuerpo. Y estás un poco atrasado cuando preparas tu ataque, tienes que acertar el tiempo de tirar tu espada. Si no haces eso, llevarás más un golpe.

- ¡Cierto, Giyuu-san!

El levantó su espada y inhaló un gran bocado de aire. Tensionó su posición y vino sobre mí, preparando su estilo y continuando el entrenamiento. A pesar de la seriedad de la expresión de su rostro, el brillo de sus ojos decía que se divertía más que cualquier uno.

Ya hace más de dos años desde que conocí a este chico raro.

Todavía el recuerdo de la nieve sigue bien vivo en mi mente. Era un poco antes del amanecer. Su madre y sus hermanos habían sido devorados por Muzan. Y su hermana había sido transformada en una oni. Pero lo que sobró de él no fue una lástima.

Muchos de los cazadores de demonios están luchando porqué perdieron su família. Yo también. Siempre creí que las personas que decidían trabajar como cazadores eran aquellos que no tenían más nada y a nadie a perder. Era como un único camino que lles restó para seguir en frente. Son personas vacías y sin vida.

Pero esto mudó cuando conocí a Tanjirou. Él posee un brillo que ningún otro tiene. Sentí como viendo un pedazo del Sol. Fue la primera vez que realmente acredité que sí, alguien tenía el poder para mudar ese mundo crudo y vacío.

Tenía que ser él.

Él fue quién mudó mi visión sobre esa guerra sin fín. Él es como un rayo de esperanza.

El nuestro entrenamiento duró desde la mañana temprana até el medio de la tarde. Tanjirou jamás desiste y tampoco se cansa. La persistencia es tanta que até estoy lleno de sudor.

El chico pelirrojo entonces sacó una pequeña tela verde de su bolsillo y pasó a secar el sudor acumulado en su piel tostada por el sol. Hoy estaba muy caliente. No era raro que Tanjirou parecía jadear más de lo costumbre.

Tracé con mi mirada el camino hecho por una gotita que deslizaba por su cuello para perderse entre la tela de su uniforme de cazador. Tragué a seco. Eran comunes las veces que perdíame en la figura del chico después del entrenamiento. Creo que Tanjirou jamás percibió que yo gastaba más tiempo que de lo normal viéndolo en esas horas.

Y espero que le tome mucho más para darse cuenta.

No queria dejar de compartir eses momentos íntimos con él tan temprano, solo porque yo actuo raro sin saber el motivo.

- Giyuu-san, no es bueno que deje de secar su sudor. Usted puede resfriarse.

Tanjirou dice mirándome con preocupación, al notar que yo no hacía el mismo que él. Mi respuesta fue un encoger de hombros.

- Yo olvidé mi tela.

- ¡Ah! - El pelirrojo exclamó en sorpresa, pareciendo culpable por su falta de tacto - ¿Verdad? - Preguntó con un ligero rubor en sus mejillas. - P-Puede utilizar la mía se usted no importarse.

Yo miré su cara en silencio por unos segundos, y entonces, asentí. Aceptando su tela media húmeda y usada. Lo curioso es que no sentí asco en ningún sentido. Estaba sintiéndome bien incluso. ¿Qué es esa sensación caliente adentro de mi estómago?

Tanjirou pareció mucho más contento con mi gesto, animándose repentinamente y volviendo a hablar con su tono alto de costumbre.

- ¡Ahota haré un poco de almuerzo, entonces!

Ya intenté hablar para él que no era necesario hacer la comida después de las sesión de plática, ya que siempre podríamos comprar algo en la calle. Pero él siempre negaba, decía que le gustaba cocinar de vez en cuándo.

Y yo, bien. Me gustaba la comida del Tanjirou. Y es imposible mudar su opinión si ya tiene algo en mente, entonces yo lo dejo hacer lo que quiere.

- Voy a hacer un poco de bolotas de arroz y algunas cosas en conserva. ¿Puede ser?

- No tengo problemas.

El asentió ante mi respuesta vaga y sonrió.

Otra cosa que me gusta del heredero de los Kamado, es que él es muy gentil. Su aceptación es tan grande que comprende las personas terriblemente introvertidas como yo. No soy mucho de hablar, y siempre soy malinterpretado por otros pilares por culpa de mi falta de comunicación. Tanjirou es el único que nunca reclamó de ese lado retraído mío.

Vi su espalda distanciarse para adentro de la casa de entrenamiento de los pilares, él permanecía hablando sólo sobre cómo su plática fue buena y que más movimientos tendría que mejorar. Yo apenas acompañé su imagen con la mirada y entonces, cuando el sumió de la vista, inconscientemente, acerqué la tela de mis manos para mi rostro. Era una necesidad casi involuntaria de sentir un poco del olor emanado por ella.

Sentíame raro.

Pero el olor fue increiblemente agradable para mi olfato. Y sentía mi rostro muy caliente. ¿Qué estaba pasando?

¿Será que yo ya habíame resfriado?

[GiyuTan] ¿Solo como un Hermano?Where stories live. Discover now