¿Que podría ser peor que tu alfa destinado te rechace?
Con el corazón destrozado y un bebe en camino un rayo de esperanza aparece en la vida de Jimin demostrándole que el amor existe...
Las cosas no podrían ir mejor hasta que el pasado regresa de l...
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Hoseok:
Avanzaba con una melodía pegajosa en mi cabeza que me producía mover el cuerpo con ritmo y una sonrisa boba en el rostro, comencé a tararear un momento antes de dar un par de golpecitos a la puerta -Jiminnie! - grite arrepintiéndome al segundo encontrándolo dormido, recostado en nuestra cama en esa posición tan tierna abrazando una almohada de lado, con sus redondas mejillas y su boca semi abierta y ese hilito de baba cayendo por la comisura de sus labios, lucia completamente adorable con todo y los kilitos que había ganado con el embarazo que ponían sus mejillas rosadas con el menor esfuerzo, sus pies hinchados al igual que los dedos de sus manos y sus ahora anchas caderas, aunque nada de esto importaba porque yo seguía viéndolo bellísimo. Ver al amor de mi vida esperando a mis retoños era lo mejor del mundo en este momento.
Con cuidado me acerque silenciosamente hasta él, me acomode a su lado envolviéndolo gentilmente entre mis brazos con mi nariz metida en el hueco que formaba su cuello con su hombro, aspirando su dulce aroma
-Hobi...- murmuró restregándose contra mí
-Jimin- respondí en tono de reprenda –se lo que estás haciendo y la respuesta es no-
El menor se giró lo más rápido que pudo, tomando en cuenta el tamaño de su panza, para quedar cara a cara conmigo mostrándome su profundo ceño fruncido y esa mirada enojada que causaba pánico en las masas
-no es lo que estás pensando- dije acercándolo a mí para besar la punta de su nariz –es solo que tengo miedo de lastimarte- bese sus labios –sabes que no me negaría a ti, pero lo hemos hecho bien este tiempo, continuemos un poco más... al menos hasta que nazcan los pequeños- le di un guiño acompañado de una sonrisa
-podríamos ser cuidadosos- su voz salió un tono más bajo del normal, sus mejillas sonrojadas terriblemente adorables, su mirada se suavizo a la vez que bajaba hacia alguna parte lejos de mi alcance
Sonreí levantando su barbilla con la punta de mis dedos dejando al alcance sus suaves labios, lo bese lentamente en mi mejor intento de gentileza, para cuando lo note ya lo tenía mordisqueando mi cuello y sacándome la ropa –tranquilo- dije entre risas dejándolo ser, rendido ante sus encantos, lo tome con cuidado de los hombros para posarme sobre él decidido a continuar con lo que tanto le había negado cuando sentí una de mis rodillas mojarse, baje la mirada hasta su entrepierna (donde se encontraba mi rodilla) para encontrarme con un pequeño charco formándose
-oh no- susurró el Mochi sin moverse de su lugar
- ¿es lo que creo que es? – dije manteniendo mi tono neutro
-eso parece- su mirada fija en el techo
- ¿rompiste fuente? -
-aja eso acabo de decir-
- ¡¿Por qué estás tan tranquilo entonces?!- grite finalmente con el pánico recorriendo mi cuerpo
