Conexión Universitaria ©

Capítulo 29

Capítulo 29

Una semana después.

POV'S VALENTINA.

Entré en casa y dejé las llaves sobre la mesa del salón. Fui hacía mi habitación para quitarme la ropa y ponerme un jersey de Diamond. Acababa de llegar de casa de Jess y habíamos estado junto con Beth poniéndonos al día.

Parece que últimamente estábamos un poco dispersas y es que en poco tiempo las cosas habían cambiado de manera radical.

Beth nos estuvo contando que estaba saliendo con Evan y la bronca que tuvo por culpa de esto con su primo. Nos contó que estuvo mucho tiempo intentando hablar con él y le costó conseguirlo. Después de mucho hablar con su primo y, su primo con Evan, decidieron que él y Beth se iban a ir a vivir juntos y Mickey se quedaría con ellos hasta que se ''fiara'' de que Evan iba enserio con su primita.

Jess nos contó todo lo que había pasado con John y la llamada de su madre. -A mí ya me lo había contado pero a Beth no.- Por lo visto, John no daba señales de vida pero ha sabido por unos amigos de la banda que estaba trabajando para Kevin todo el rato, casi sin descanso. Jess, como es lógico, se sentía fatal por el daño que le había causado pero pensaba que era lo mejor. Si no, sus padres iban a causarle problemas a él y a toda su familia. Así que, la verdad, es que Jess estaba hecha una puta mierda porque estaba entre la espalda y la pared, y no tenía oportunidad de movimiento. Pero estaba muy claro que prefería sentirse fatal a tener que ver como sus padres destruían todo lo que ella amaba.

Era una historia muy triste pero hacía lo correcto. Sus padres eran capaces de cualquier cosa solo por no dañar la reputación de su apellido.

Me dirigí hacia la cocina a hacerme la cena mientras pensaba en la tarde que había pasado con Diamond. No había querido venir esta noche a mi casa y lo entendía. Sabía que necesitaba espacio para él. Y yo necesitaba desesperadamente que este sentimiento de mal augurio se fuera de mi pecho.

Mientras me hacia una hamburguesa escuché ruidos por los alrededores de mi edificio. Me puse en alerta ya que esa noche no les tocaba, a los subordinados de mi hermano, patrullar por esa zona. Fui hasta la ventana del salón y me asomé por ella. La calle estaba desierta. Volví a escuchar ruidos y esta vez escuché pasos en la escalera de mi edificio. Oí como los pasos se acercaban. Corriendo apagué la luz y me puse al lado de la puerta cogiendo lo primero que pillé de camino. Un paraguas.

<< ¿Enserio? ¿Qué se supone que harás con eso?>>

<< Ahora no, tú no. >>

Escuché como alguien manipulaba la cerradura y me preparé para atacar.

<< Con un paraguas. >>

<< Calla>>

Por fin se abrió la puerta y me abalancé sobre la persona que entraba a la vez que se encendía la luz. Caí sobre un cuerpo aparentemente de mi complexión y abrí los ojos de par en par al reconocer el quejido que se escaba de la boca de mi intruso.

- ¿Madeleine? ¿Cómo has entrado?- dije extrañada.

- Tu hermano me dio las llaves para que le esperara en casa mientras aparcaba.- dijo con una mueca de dolor.

- Ah.- dije mirándola con una mueca de arrepentimiento.

En ese momento escuchamos pasos aproximándose.

- ¿Qué está pasando aquí?- dijo la voz de mi hermano.

Yo miré hacia él que se encontraba a mi espalda y volví a mirar a mi cuñada. Esta me devolvió una sonrisa y me dijo: