Más dudas

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Capítulo 34
Estoy acostado en el piso de mi sala. Hummmm. Trato de decidir si tratar de iniciar una relación con Chantal o seguir intentando con Evangeline.
-¿En qué piensas?.- mi madre me golpea con un cojín.
-No en nada.
-Niño. No le mientas a tu madre.- se acuesta a mi lado, acomodando un cojín en su cabeza. Suspiro.
-El amor madre. El amor.
-¿Qué pasa?.- se gira para verme de frente. Y yo hago lo mismo. Pienso por un instante.
-Hay dos chicas.- mi madre habré sus ojos como platos.- Verás. Una chica tierna,interesante, inteligente, con los pies en la tierra que sabe muy bien lo que quieren en el mundo, no se es linda a su manera. Y bueno la otra chica es bastante distinta a la primera chica. Ella es.... Sexy, extremadamente sexy, es igual a mi.....- me quedo sin palabras .
-Ya veo. A la segunda chica no le encuentras más cualidades ¿cierto?
-Si... Sólo que tal vez no la conozco lo suficiente.- me quedo pensativo.
-Hijo. Tal vez ella no sea la indicada, no sólo porque sea sexy y guapa te debe de interesar. Sabes. No todas las mujeres son bonitas.- hago una mueca.- por lo que entiendo la primera chica es..... ¿Fea? Y la otra ¿Sexy y guapa?. No creo que seas de las personas que juzga por la apariencia.
-Madre. Es complicado, si tal vez la primera chica es fea y la otra guapa.- mi madre me interrumpe.
-Define lo que es feo y lo que es bonito.- me quedo atónito.- Si. Mira. Hay chicas que como tu las llamas son feas, pero muy inteligentes y sombre todo con un gran corazón eso las hace tener una belleza interior. En cambio, hay chicas que son atractivas y sexys y que tienen la cabeza hueca y con malos sentimientos, eso hace que su belleza exterior se marchite.
-¿Entonces, cual es el punto?.- mi madre suelta una risita.
-El punto es que... ¿Qué prefieres?. ¿Una belleza interior o una belleza exterior que pronto se acabará?... Sabes. Puedes encontrar las dos bellezas en una misma persona.
-Pero madre.- me vuelve a interrumpir.
-¿Puedo preguntar algo?.- asiento con la cabeza.- ¿La primera chica es Evangeline?
-Si. Pero todo lo arruine.
-.¿Porque?
-Porque, la bese a la fuerza, y se disgustó.- mi madre frunce el sello y ladea la cabeza.
-Hijo. A una mujer, nunca, nunca se le besa a la fuerza. Sin qué sea estrictamente necesario, claro. ¿Y la otra chica?
-Es Chantal.
-¿Cuál es el problema con ella?.- suspiro
-¿Recuerdas el vestido manchado de sangre?- mi madre asiente.- bueno pues es de ella, llego a mi casa con los brazos cortados. Madre. Y no es la primera vez que lo ha hecho. Por eso siento que debe de protegerla, porque detrás de esa extravagante belleza, y tal vez sentimientos podridos hay alguien que sufre mucho y pide ayuda. Y además bueno pues ... Estamos igual de.... jodidos.
-¡Oh hijo!.- mi madre me besa.- no digas eso, tu eres un chico muy valioso, y estoy segura que una de las dos chicas sabrá apreciarte pero sobre todo tu amaras a la indicada, no pierdas la fe.
-Creo que si.- me encojo de hombros.
Por un lado creo que lo que dice mi madre es cierto. Pero tampoco he sido del todo honesto con ella. Quiero descubrir que tan fea está la belleza interior de Chantal. Quiero protegerla, es aún más débil que Evangeline.
Cierro los ojos, me relajo en los brazos de mi madre y nos quedamos profundamente dormidos.
-----------Evangeline--------
-¡Más de prisa!.- le pido a Simón que viene manejando.
-Señorita, hay mucho tráfico.- me tranquilizo.
Me hundo en el sillón del coche y miro mi reloj. Cinco y media. He pasado a comprar unos dulces para mi madre. Diablos, estas son de las pocas veces que me ilusiono tanto. Más deprisa, por favor. Ruego mentalmente.
-Tranquila.- la tenue voz de Steve me habla mientras acaricia mi mano para tranquilizarme y yo me exalto.
-Estoy tranquila.- le respondo quitando mi mano.
-¿Porqué tu madre no viaja con tu padre?.-hago una mueca Eh¿Acaso no es obvio?
-Porque mi padre tiene que cuidar una empresa, además el no tiene ese espíritu tan aventurero de mi madre. Son una pareja muy dispareja.- embolsa una sonrisa.
-¿Con qué parejas disparejas? Eh.- me guiñe un ojo.
-Si. Estemm.- trato de aludirlo.
-¿Conoces a alguna?.- me vuelve a guiñar el ojo.
-Si. A mis padres.- este hombre ya me esta hartando.-¿Porqué no podemos tener una conversación normal?.
-¿Normal?¿Cómo quieres que te hable?.
Permanece en silencio, me mira y sonríe.
-Señorita, podría decirme porque el día de hoy esta usted muy irritada.- sonríe levantando el meñique y yo pongo los ojos en blanco.-¿Ahora que? Hablar con el meñique es elegante. Con nada te complazco Evangeline.
Intentó decir algo pero me quedo a medias.
-Señorita. Ya estamos aquí.- Will anuncia abriéndome la puerta.
-Estoy no se acaba aquí.- le advierto.
Salgo del coche, tomó los dulces y me apresuro a la entrada.
Las maletas de mi madre están en la recepción, camino lentamente a la sala y me encuentro con una carpa larga que dice "Bienvenida, te queremos" . Dejo mi mochila en una esquina. Mi respiración se me acelera. Mi madre está de espaldas enfrascada en una plástica con Zooey. Mi hermana alza las cejas para avisarle que he llegado.
Se gira y ¡Oh por Dios, esta guapísima!, el pelo le ha crecido así que ahora su melena castaña le cuelga por los hombros, su penetrante mirada café claro como los de Zooey, sus labios exquisitamente perfilados y pintados de rojo, trae puesto unos pantalones sastre y una blusa de seda.
-¿No vas ha abrazar a tu madre?- me pregunta con los brazos extendidos.
Dejo los dulces a un lado y me aviento a sus brazos. Que bien se siente. La extrañaba tanto.
-¡Te he echado de menos!,- le digo son soltarla y apunto de estañar en llanto.
-Princesa. Yo también las he echado de menos.
Nos soltamos y ella si que ha dejado ir una lágrima.
-Mira. Para ti.- le digo extendiéndole la caja de dulces.
Se sienta, pone la caja de dulces en sus piernas y los abre delicadamente.
-¡Mis favoritos!.- toma uno entre sus dedos y se lo lleva a la boca.-¡Hummmm!.
Mi hermana y yo reímos y nos sentamos a los pies de mi madre. Escuchamos que la puerta se cierra y mi madre se levanta. Steve cruza la recepción, se ve que no tiene intenciones de interrumpir.
-¿Es el chico del que me hablo tu padre?.
-Si.¡ Y vaya que chico!.- le responde Zooey.- lástima que es más pequeño que yo.- suspira como si estuviera decepcionada.
-¡Arpía!.- le susurro y dejo soltar una risita.
-Calma chicas. Quiero conocerlo.
-No es muy agradable.- le advierto.
-¡Ofelia!.- mi nana llega en cuestión de segundos.- has venir al chico por favor.
Me levanto y me cruzo de brazos. Será imposible calmar las bromas de Zooey y Steve. Es tan exasperante. Después de algún tiempo, Steve llega a la entrada de la sala. Esta parado ahí, se ve tan sereno e inocente. Nada que ver con el Steve que conozco.
-Pasa joven.- mi madre le avisa y cruza por la sala con paso firme y elegante.-¿Cuál es tu nombre?
-Steve, señora.- le tiende la mano.- Steve Montecarlo .
-Un placer conocerte, Steve. Siéntate y quédate ha abrir los regalos que traigo para las chicas.
Me mira y en bolsa una sonrisa. No lo hagas, no lo hagas. Suplico por mis adentros.
-Señora, me sentiría más cómodo en mi recámara, considero que este momento es más especial.- bien hecho, ahora largo. Sigo gritándole mentalmente.
-Insisto.- mi madre le regala una sonrisa de esas que es imposible decir que no.
-Bueno.- se encoge de hombros.
¡Diablos!. Mi madre camina hacia unas cajas que están aún lado del sofá y las abre delicadamente sacando otras dos cajas un poco más pequeñas.
-Espero que les gusten .- mi madre sonríe.- esto es para ti. Evangeline.
Me tiende una caja rectangular, no lesa tanto. Viene con un tierno listón gris de seda. Lo desato y retiró la caja que lo cubre. ¡No puede ser!. Me llevo las manos a la boca para evita gritar.
-¡No!¿Es enserio?.- sueno realmente emocionada.
La caja contiene un libro titulado "Carrie" de Stephen King, es su primera novela publicada. Stephen está en mi lista de escritores favoritos.
-¿Te gusta?.
-¡Me encanta!, no tienes ni idea de cuanto he estado buscándola. La prohibieron y bueno....
Lo saco de la caja cuidadosamente y le doy la vuelta.
-¡Wow, y en edición especial!.- me lanzo a los brazos de mi madre.- gracias. Gracias .
-De nada hija.- me retiro de los brazos de mi madre y me siento en un sillón para seguir contemplando mi libro.
-¡¿No?!- escucho que Zooey exclama.- Mira.
Escucho que camina donde estoy y me extiende una caja muy elegante.
-¿Qué es?.- le pregunto ignorando su emoción.
-¿Es enserio que no sabes que son?.- hago una mueca desaprobatoria.
-No.
Mi hermana abre la caja y hay cinco frascos de distinto color con la inscripción "Dior"
-¡Son perfumes!.- sigue muy entusiasmada.-¡De Christian Dior!¡Por Dios Evangeline, fue venta exclusiva!
-Aja. Ahora pegame por preguntona.- le extiendo la mano.
Mi hermana al ver mi falta de interés pone los ojos en blanco y se sienta en el sillón que está aún lado mío. Sigo contemplando la hermosa y perfecta cubierta de "Carrie". Este libro como todos los de King me los sé de memoria, así que sólo abro la cubierta y ojeo lentamente el libro, claro que me detengo a leer mis partes favoritas.
Me pierdo en la parte en donde Chris le avienta sangre de cerdo a Tommy y a Carrie. ¡Dios!, ¿Cómo puede haber gente tan mala?.
-Ya vez, como no eres como todas.- me susurra Steve al oído.
Me exalto y doy un respingo.
-¿Perdón?
-No eres como todas.- me vuelve a susurrar rozando mi mano con sus dedos. Me quedo totalmente paralizada.
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La alarma de mi teléfono suena, y me sobré sobre salta.
-¿Qué hora es?.- le pregunto a mi madre que esta sentada en el sillón.
-Como las siente y media. ¿Porqué?
-Quede con una chica.
Mi madre se incorpora y me mira con los ojos muy abiertos.
-¿Cuál de las dos?.- hago una mueca.
-La número dos. Chantal.
-Humm. Esta bien. ¿A dónde la llevaras?.- me pregunta mientras yo me levanto.
-A tomar una copa.
Mi madre no responde no le doy la oportunidad de hacerlo, subo las escaleras en dirección a mi habitación.
Me meto a la ducha. ¿Chantal, Evangeline?¿Evangeline, Chantal?. Menuda decisión.
Me pongo unos jeans de mezclilla, una playera blanca, chamarra de cuero y unos tenis.
Estoy conduciendo por la calle que me dirige a la casa de Chantal. Toco la puerta y me abre la puerta una señora de mediana edad, trae puesto una bata como de estilista, con los tubos aún en la cabeza y con un cigarrillo en su boca, sus labios están pintados con un color rojo intenso.
-¿Quien eres?.- me pregunta con aire altanero sacando una bocanada de humo
-¿Esta Chantal?.- le pregunto extendiéndole la mano. Me mira y entorna los ojos.
-¿Qué quieres?.- mi vuelve a preguntar poniendo el cigarrillo en su boca.
-Estemmm.- iba a llevarla a tomar una copa.
-¡Vaya!.- se ríe.- la mocosa tiene a alguien
¿Qué?
Después de un momento sale Chantal. Trae puesto una falda de cuero negra demasiado corta, una blusa negra de tirantes floja, un collar en forma de cadena, tacones dorados altísimos, maquillaje profundamente obscuro, labios rojo intenso y el cabello todo alborotado.
-Vámonos.- quita bruscamente a la señora, me toma del brazo y caminamos hacia Sally.
¿Qué fue eso?
-No.- me paro en frente de Chantal,- quiero una explicación de todo lo que acaba de pasar.
-¿Una explicación?.- asiento con la cabeza.- bueno, esa bruja es mi madre. Nada en especial en mi vida.¿Nos vamos?
Bueno una pieza más en el rompecabezas. He descubierto que tiene problemas con su madre, ahora la cuestión es saber porque.
-Si vámonos.- me monto en la moto y ella hace lo mismo.
Le llevare al "Peace" es un nuevo antro en la ciudad, el trayecto en largo. Chantal presiona sus piernas con la mías, rodea mi cintura con sus brazos y recarga su mejilla en mi espalda. Regreso a verla de reojo y noto que lleva los ojos cerrados.
Llego al estacionamiento y me muevo un poco, se baja,y arregla su cabello.
La tomo de la mano y caminamos a la entrada. Bien, estoy listo, pase lo que pase estoy listo.
La noche ha ido de lo más divertida, me he vivido algunas copas fuertes, y Chantal a echo lo mismo. Este es nuestro ambiente, esto es lo que somos y no los vamos a poder cambiar. No me veo con Evangeline, a ella le gustan las cursilerías y todas esas tonterías. En cambio a mi me gusta lo fugas, y lo suficiente excitante. Si. Lo admito, quizá Chantal sea la mejoropción, quizá nos ayudemos y no nos hagamos daño.
-Ya quiero irme.- me pide Chantal dándome un beso en la boca.
-Vámonos entonces.- la tomo por las caderas y la junto a mi cuerpo.
Sigo el mismo trayecto que me lleva a su casa.
-Quiero follar contigo.- me pide.- ahora.
-¿Ahora?.-¡Oh!, esto será divertido, no recuerdo la última vez de hacer follado con alguien.
En la siguiente desviación hago girar la moto y me meto a un callejón obscuro . Se baja apresuradamente de la moto y yo hago lo mismo. Me le lanzo, la beso y eso hace que ella se topé con pared mientras que mis caderas reclaman las de ella. Me tira del cabello y yo sigo besándola, subo su falda, después su blusa y dejo sus pechos expuestos. Me desabrocho la bragueta y libero mi erección. Me toma de mi miembro y hace hace giros con el sobre su clítoris. La tomo por las caderas y las acerco a las miras penetrándola bruscamente.
-¡Ah!.- gruñe.- Así.
Me muevo hacia delante y hacia atrás con movimientos rápidos, ella hace lo mismo y hemos encontrado el ritmo. La tomo por la cintura y la hago girar para que sus nalgas queden e frente a mi, me bajó y las chupo dejándole un escandaloso chupetón en cada una de ellas, me re incorporo y la penetro por atrás, me recargo en mi moto y la hago dar de centones.
-¡Eso es! ¡Así!.- le pido subsidio y bajando sus caderas.
-¡Ah!.- grita escandalosamente.
Y yo me dejo venir de dentro de ella.
Lo vez. Me reprocha mi subconsciente. Esto tienes con Chantal, sexo y nada más, ¿Cómo sería con Evangeline?.

"La amiga fea"Where stories live. Discover now