¡ cincuenta y nueve !

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325 días antes

Minho creía que las personas bonitas merecían regalos bonitos. Por eso, un jueves a la tarde se despidió de un adormecido Jisung y se dirigió al centro de la ciudad. No estaba completamente seguro de como reaccionaría Han, pero de verdad le emocionaba pensar que desde ese día, su realidad cambiaría bastante. 

Era una tarde agradable, no hacía ni frío ni calor, por lo que un jean negro y una remera básica se convertían en el atuendo perfecto. Mientras caminaba despacio, dejó que sus pensamientos vagasen por un rato. No acostumbraba a caminar solo, sin la silenciosa pero notoria presencia de Hannie, sin su perfume o su mano agarrando tímidamente su dedo índice. 

Lo amaba.

Lo amaba tanto que podía asegurar que cada parte de su cuerpo le pertenecía pura y plenamente a Jisung. A Jisung y a sus dedos suaves y tímidos; a sus labios rosados y a sus respiraciones entrecortadas. 

Lo amaba tanto como para quedarse toda una vida a su lado, y si Jisung se lo permitía, se quedaría con él diez vidas más, o quizás veinte, o hasta el fin del mundo. Se quedaría a su lado hasta que una fuerza mayor lo separe de sus abrazos cálidos y sus risas contagiosas. 

Sin darse cuenta, Minho se topó con la puerta de la veterinaria. Tomó un respiro profundo antes de abrir la puerta y entrar. 

El lugar estaba lleno de animalitos y Lee deseó tener un hogar un tanto más grande para poder llevarse a todos. Sin embargo, se acercó al mostrador sonriendo, donde una mujer mayor leía una revista.

—Hola... Hace unos días vi el anuncio en un negocio de que tenían gatitos en adopción. 

La mujer cerró la revista y sonriendo, se bajó de la silla y agarró el brazo de Minho dulcemente.

—Sí, sígame joven. 

La ancianita lo llevó a una esquina del local, donde había una caja bastante grande entrecerrada. 

—Puede elegir el que más le guste. Todos son hermanitos y nacieron hace aproximadamente un mes. Tienen todas sus vacunas y por adoptarlo, le regalaremos una cajita para que haga sus necesidades y un almohadón para que duerma.

Minho agradeció y se arrodilló al lado de la caja. Tres gatitos lo observaron detenidamente, dos de ellos se escondieron en una esquina, mientras que el otro se acercó a la mano de Minho y la olfateó tiernamente. Lee sintió que su corazón se derretía frente a la imagen del gatito. Con cuidado, lo tomó entre brazos y lo acurrucó contra su pecho. Cuando el felino se aferró con sus garritas a la remera de Minho, decidió que era el elegido. 

Sonrió. El gatito tenía ojos verdosos y pelaje marroncito y negro. Era precioso. 

—Voy a llevarlo a él —sentenció Minho. 

—Es un ella —la mujer rió tiernamente y le entregó a Minho una planilla para rellenar con sus datos—. Esto es para asegurarnos que la van a cuidar muy bien —explicó acariciando por última vez a la gatita—. Últimamente muchos adolescentes eligen regalarle a sus parejas una mascota. ¿Es para tu novia?

—Para mi novio —sonrió frente a la mueca de confusión de la mujer—. Gracias por todo.

—¿Sabe como la van a llamar?

Minho lo pensó un momento.

—Dori, se llamará Dori.

La mujer asintió con una pequeña sonrisa.

—Espero que Dori los haga muy felices. Y ustedes a ella.

[...]

Minho llegó nuevamente a su hogar e intentó hacer el menor ruido posible al abrir la puerta; quizás Jisung dormía. Pero no era el caso, el menor estaba en la cocina jugando con el celular mientras llevaba desinteresadamente cereales a su boca.

—Tardaste mucho. ¿Tenías varias cosas que hacer? —preguntó Han sin levantar la vista del teléfono.

—Si... Se me hizo un poco tarde, ¿no? Es que fui caminando y vos sabés que me gusta ir despacito —explicó dejando las cosas sobre el sillón, menos a Dori.

Jisung rió. Minho a veces tenía manías raras.

—Dejá el celular y cerrá los ojos —pidió Minho desde la entrada de la cocina. Confuso, Jisung acató sus órdenes.

—¿Vamos a tener sexo salvaje mientras me amordazas y tapas los ojos con una venda? —preguntó riendo ante su propia idea.

—¡Sungie! ¡No! Aunque podemos hacerlo más tarde si querés... Pero ahora, tengo una sorpresa para vos.

Han juntó sus manitos dulcemente.

—Me gustan las sorpresas. ¿Qué será? —se preguntó a sí mismo— Un cheesecake quizás... O quizás diez quilos de helado. 

Minho rió y dejó lentamente a Dori sobre los brazos de Han.

—Con cuidado, bebé. 

Jisung se tomó su tiempo para tocar despacito lo que Minho había colocado sobre él, y pudo confirmar sus sospechas cuando unos pequeños dientes se clavaron en su mano. 

—¿Puedo abrir los ojos?

—Ajá.

La mirada de Jisung reflejaba miles de estrellitas al ver a la pequeña gatita, y Lee aseguraba que el rostro de felicidad de Jisung era lo único que valía la pena. 

—Es muy linda —comentó sonriéndole a Minho.

—Se llama Dori.

—Hola Dori. Soy papá Jisung —saludó acariciándole una patita, luego miró a Minho—. ¿Es raro decirle eso a un gato?

Lee rió. Tomó el rostro de Han entre sus manos y dejó un dulce beso en sus labios carmesí. Ahora estaban comenzando a formar una pequeña pero linda familia. 






la desaparecida me dicen deaaa

hoy es un día especial para skz así que
me pareció que traer un capítulo largo
y tierno valía la pena <3

¡!

stream LEVANTER para poder darle a
los bebés todos los wins, amor y apoyo
que merecen ♡

CRY ━ MINSUNGWhere stories live. Discover now