Atrapada, en mis brazos

Capítulo 1 - La vida de Rin

  -Ya lárgate, ¡callejera sucia! - exlamó con desagrado aquella chica de ropa fina mientras la empujaba y la tiraba bruscamente al suelo.

- ¡Eres una basura, no perteneces aquí! - exlamaron un par de chicos al unisono mientras arrojaban botellas a la chica tirada al suelo, que en su temor se cubría la cabeza con ambas manos.

- Estupida niña, nadie te quiere, ¡No vales nada! - agregó una morena con una media sonrisa en el rostro.

  Tras insulto y más insulto, ella sólo se quedaba inmóvil, en el suelo, llorando amargamente, sin entender porque la gente de este mundo la trataban como si fuera un animal.

  Estos estudiantes la rodeaban y le llenaban los oidos de insultos

- ¡Yo sólo quiero ser una persona normal como todos! - soltó en un grito, mientras sus lágrimas seguían bañando su rostro, y llegaban hasta humedecer el cuello de su camisa.

- No eres como nosostros, ¡Nunca lo serás! - respondió con arrogancia aquella chica vestida de lujos.

  Cerró los puños con rabia, rechino los dientes, llena de frustación. Tenía las piernas rasguñadas y algunos que otros moretones, su tobillo le ardía, se había lastimado al caer.
  Aún así, torpemente se levantó, y salió corriendo.
 
-Vamos, corre y ya no vuelvas... ¡Asquerosa! - siguieron gritando los chicos, mientras le arrojaban botellas y piedras

  Mientras, ella seguía corriendo, cada vez más fuerte, tratando de huir de aquellos insultos, que la atormentaban día a día, sólo quería escapar
  Corría y corría... ¿A donde? Ella no lo sabía, sus lágrimas le nublaban la vista, comenzó a secarselas bruscamente, pero estas seguían cayendo.
  Sentía un dolor punzante en el corazón, su deseo nunca se cumpliría

- Sólo quiero tener una vida tranquila - susurró para si misma, paró de correr y tomó asiento bajo un árbol, de una de las plazas públicas de la ciudad

- Acaso es mucho pedir eso? - escondío su rostro en sus manos y comenzó a llorar nuevamente, este mundo la odiaba, no tenía duda de ello.

- No quiero volver, quiero que me dejen estudiar en paz y poder trabajar, sólo eso - susurró - ¡¡Sólo Eso!!... ¡¿Acaso Es Mucho Pedir?! - se levantó y gritó fuertemente mientras miraba al cielo, con una gran tristeza en los ojos, aún seguía esperando ese milagro.

  Sentía algunas miradas sobre ella, las personas comenzaban a susurrar entre si, cosa que no era nada nuevo para ella.
  Decidió volver, su uniforme estaba sucio, su falda negra quedó rasgada, no podía ingresar así al colegio, además, esos chicos no la dejarían pasar, no le quedaba más que regresar a su hogar.

  -No, es más un infierno que un hogar - corrigió en sus pensamientos.

  Desde que su madre había muerto, sus padres adoptivos la habían acojido. Todo iba bien, hasta podría decirse que era, feliz.
  Pero su madre adoptiva murió en manos de su alcohólico marido, y ahora ella estaba encarcelada, y condenada a sufrir bajo su techo.

  Llegó a su "hogar" y al abrir la puerta, el olor a tabaco inundo sus fosas nasales, era lo mismo cada día.
  Ingresó y cerró la puerta.
  A cada paso que daba, sus pies chocaban con las latas de cerveza, que estaban esparcidas por toda la sala de la casa. Se encontró a su padre adoptivo en el sillón, viendo un partido de fútbol.

- ¿Y ahora porque volviste tan temprano? - dijo molesto mientras la miraba fríamente -¿Es que acaso no puedo librarme de tí siquiera unos minutos? - dió un gran y último sorbo a su lata de cerveza y se la arrojó a ella.

- Ya que estás, ¡Limpia todo este desastre! - ordenó, ella quedó parada inmóvil unos minutos - ¿Qué esperas? ¡¡Muevete Tonta!! - gritó y ella salió de la sala para dirigirse a la cocina.

~Maldito seas, Naraku - lo maldijo en sus adentros

  Tomó los elementos de limpieza que utilizaría y fue a la sala a limpiar rápidamente, ella no deseaba estar cerca de aquel hombre mucho tiempo.
  Recogió las latas del suelo, así también limpió las cenizas del cigarrillo, fregó rápidamente al piso y subió a su habitación.
Era un cuarto pequeño, sin lujos, pero a ella le bastaba, si no fuera por aquel hombre sin corazón que estaba allí abajo, ella tal vez sería...

- Feliz, sólo quiero ser feliz - susurró ella y dejó que varias lágrimas volvieran a caer.

- Madre, desearía ser más fuerte - dijo mientras observaba al cielo desde su pequeña ventana

  Lo único que la tenía siempre en pie a pesar de todo, era la frase que su madre le había dejado antes de morir...

  Rin, sé bondadosa, y de buen corazón. No dejes que este mundo cruel, oscurezca tu corazón, se fuerte.

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🌻Holaaaa, ¿Cómo estáis mis lectores?

  Aquí doy comienzo a mi nuevo fic de Sesshorin y espero que así cómo el anterior, les sea de su agrado y lo  vayan siguiendo.
  ¡Prometo ser más responsable con este fic en lo que consta la actualización de capítulos!

  No está demás decir de que si les gusto, dejadme su voto >☆< y un comentario de que tal te parece como voy comenzando con esta historia
  La verdad que trato de ser original en la historia y no sacar las mismas ideas que otros usan.

🥀¡Que tengan una linda noche!💕