Casual love.

Capitulo 25: Constipada

Me levanté con los rayos de luz, miré la hora doce y media de la mañana, al principio me exalté pero luego recordé que ayer llamé a la señora Charlotte para avisarle que no iría hoy lunes a trabajar, me encontraba mal tanto emocionalmente como físicamente. Me levanté de la cama y el frío recorrió mi cuerpo, me abrigué corriendo y miré mi cara en el espejo del baño, estaba hecha un desastre toda despeinada y con la nariz roja de tanto sonarla, me dirigí a la cocina y vi el desayuno en la mesa con una nota "Mejórate enfermita que no quiero contagiarme, te quiero". Sonreí y me senté a desayunar, miré mi teléfono y tenía un mensaje de Alexander

-¿Cómo estás perdida? Espero que no me hayas olvidado ya - dejé el móvil en la mesa con el mensaje leído y poco después recibí la llamada de Alexander

-¡Buenos días!

-Buenos días - dije haciéndome la taza de té

-¿Estás constipada?

-Creo que sí, me encuentro muy mal y tengo fiebre creo

-¿No te has puesto el termómetro?

-Ni siquiera sé si tengo- tosí un poco

-¿Qué estás haciendo?¿No habrás ido a trabajar así no?

-No no tranquilo llamé a la señora Charlotte y le comuniqué que no iba y pues me estoy haciendo un té

-¿Estás sola?

-Así es

-Pues iré a cuidarte - abrí los ojos

-Oh no no hace falta de verdad estoy bien tampoco es para tanto

-Iré y te cocinaré un sopa típica de mi abuela, con eso te mejorarás enseguida

-¿Sabes cocinar?

-Hay muchas cosas que no sabes de mí señorita - sonreí a través del teléfono y mordí mi labio

-Pues aquí le espero señor cocinero

-Llegaré en cinco o diez minutos como mucho

-Está bien- empecé a beber mi té -Ahora nos vemos

-Hasta ahora - colgué y me acurruqué en el sofá. Odio cuando me resfrío no tengo ganas de nada sólo de estar en el sofá tomando cosas calientes, tapada hasta arriba y viendo cosas entretenidas en la televisión y eso es lo que estaba haciendo ahora, acurrucada en el sofá con una manta de pelo tomándome el té de frutas del bosque que me había hecho hace unos segundos acompañado de unas galletas de avena. Pegaron en la puerta y me levanté con la manta encima a abrir, al abrir vi a Alexander con gafas de sol una camiseta de mangas cortas verde con pantalones vaqueros, unas bolsas colgando de sus manos y me sonrojé inconsciente

-Hola- dije con mi voz toda constipada

-Pues si que estás mal- pasó y dejó todo en la cocina -A ver, me tienes que decir dónde están las cosas

-¿Qué cosas?- lo acompañé a la cocina

-Eh tú al salón

-¿Cómo te lo enseño desde el salón?- asintió entornando los ojos

-Tienes razón a ver, los platos los cubiertos los utensilios de cocina y algunas especias - lo miré fijamente -Enséñame dónde están, venga - sonreí negando y le fui enseñando todos los cajones