Caprichosa.

40 1 0
                                    

Era una tarde lluviosa, el sol está por ocultarse para abrir paso a las estrellas para que estas hicieran su debut pero serian interrumpidas por las nubes grises que se encontraban derramando sus lágrimas hacia la ciudad. Yo me encontraba en la parada del autobús, sin sombrilla o algo que me cubriera, sólo una pequeña sudadera de algodón. El autobús llegó, me subí de prisa para no mojarme demasiado, hacía demasiado frío pues estaba mojado y el chófer llevaba encendido el aire acondicionado, por suerte, el autobús iba muy vacío por lo cual pude sentarme en uno de los asientos traseros, cruce mi sudadera para abrazarme en ella cuando me percato de que una joven de aproximadamente 14 años camina molesta a sentarse en el asiento que se encontraba frente a mí y detrás de ella su padre quien se echaba el cambio en el bolsillo para sentarse.

-Entiende, no te lo voy a comprar.- Le dice el padre a la adolescente quien con lágrimas en los ojos miraba por la ventana hacia la calle húmeda sólo para ignorar a su papá.

-¿Pero, por qué no papá.?- Comenzó a alzar la voz. –Tú no me quieres.-

-No hija...- Da un gran suspiro para después acercarse a ella buscando su mirada para tener contacto visual. –Te amo, y es por eso que no te lo voy a comprar, no quiero que pienses que para quererte o ganarme tu amor tengo que hacerlo a través de obsequios, yo te quiero por cómo eres; enojona, corajuda, caprichosa, linda y hermosa, pero sobre todo por ser mi luz chillona en mi mundo, simplemente sino te quisiera no estaría a tu lado curándote las heridas y raspones cada vez que la vida te hace tropezar. Si no te quisiera... mi vida no tendría sentido.-

El Joven padre se recargo en su asiento y la chica sólo guardo silencio pero aún continuaba molesta, sin embargo, el padre la entendía pues él sabía que como toda buen adolescente tardaría en razonar las sabias palabras de su buen papá.

Ese día llegue a casa con un vacío en el corazón, con un vacío que me hizo entender que los regaños de papá no eran más que simples consejos disfrazados con una mezcla de enojo, que gracias a ellos forjaron mi personalidad que al día de hoy me hace sobresalir ante los demás.  

  

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La ventana del autobús.Where stories live. Discover now