Who was? | Kth + Jjk

𝓓𝓸𝓬𝓮

El menor apretó sus puños y rodó los ojos. BoGum se burlaba de él, lo sabía. Ese imbécil sabía a la perfección que JungKook gustaba de TaeHyung. Por eso mismo ni siquiera lo miraba cuando hablaba con el mayor intentando sin palabras decir: "He ganado".

Lo gracioso del asunto era que Park no tenía ni la más mínima idea de que Jeon era el verdadero autor de aquel detalle.

Habían pasado tantas cosas, tantos momentos en tan poco tiempo... la voz de JiMin en su cabeza alentándolo a ir con él se repetía constantemente mientras apretaba sus puños. Odiaba decirlo, pero su mejor amigo tenía razón. ¿Iba a quedarse allí como un idiota mientras Park se iba sonriendo como el estúpido que era de la mano de TaeHyung?

Levántate de allí, ve por él, no dejes que te lo arrebate.

Por supuesto que no iba a dejar que se lo arrebatase así. Había estado enamorado de TaeHyung desde hace mucho y de un tiempo hasta ahora, las cosas iban bien. No estaba demente, había algo más allí, no sólo compañeros de clase. Gruñó y no lo pensó dos veces. Se levantó de allí tomando su mochila para salir de aquella aula de clases. Corrió prácticamente por los pasillos y echaba humo por las orejas de pensar en la simple imagen de Park y Kim de la mano. Se decidió. Si TaeHyung no correspondía, dolería, claro que sí, pero se lo habría dicho. Le habría dicho lo que sentía y eso era suficiente para al menos sentirse un poco bien.

Sus pasos veloces se detuvieron en seco y sintió su corazón caer a sus pies. Sus ojos se llenaron de tristeza e incluso las ganas de llorar se apoderaron de todo su ser. No creía que llegase a ser tan doloroso. Sabía que el hecho de que la persona que te gustase no sintiese nada por ti doliese mucho, pero dolía mucho más cuando pensabas que tenías una pequeña posibilidad porque quizá, solo quizá a esa persona también le gustases... oh, aquello era una mierda.

BoGum estaba besando a TaeHyung.

En medio del maldito pasillo. Una mano en su cintura y sus labios uniéndose. Era un asco. Nunca pensó en que podía odiar tanto a una persona. Se sintió derrotado, golpeado, pateado e incluso destruido. Su corazón se hizo añicos, negó lentamente con su cabeza intentando no creerse lo que veía. Simplemente aquello no podía estar pasando. Quiso ir hasta allí, tomar del cuello a Park, tirarlo contra los casilleros y golpearlo una y otra vez y llevarse a TaeHyung de allí para poder ser él quien besase aquellos dulces labios que solía admirar cada vez que podía... pero simplemente eran cosas que no pasaban ni pasarían.

Odiaba decir que dolía, odiaba decir que su corazón había sido roto por Kim TaeHyung, pero aquella era su dura realidad. No podía evitarla ni que se encerrase en su propia burbuja.

Un doloroso suspiro, que salió más como un sollozo, salió de sus labios haciéndolo tapar su boca con su mano. Unos ojos oscuros miraron los suyos inmediatamente. Mierda. Salió corriendo fuera de allí en cuanto TaeHyung volteó a verle. Joder, se suponía que no debía de haberse dado cuenta ni siquiera. Sentía sus ojos llenarse de más lágrimas y ver se le era difícil al correr por el pasillo. Quizá no era el fin del mundo, pero de un momento a otro, su propio mundo giraba entorno a Kim.

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Su corazón se arrugó y su estómago se revolvió al ver a aquel chico de ojos tiernos como un venadito salir corriendo al verlo. De todas las personas de aquella escuela, la última que habría querido que lo viese en esa situación habría sido él. Demonios, no, no.

—¡Que rayos te pasa, BoGum! —Le gritó el de cabellos castaños claros al hombre frente a él zafándose como pudo del fuerte agarre que le tenía en su cintura y muñeca—. ¡Suéltame! —Estaba molesto, enojado, triste y decepcionado. Cómo mierda se atrevía a besarlo de aquella manera sin siquiera preguntárselo, prácticamente forzándolo a ello.