Cortos por Imágenes [Naruto Y Sasuke]

Resistencia

Resistencia.

Cómo detener un error.

-Oi, ¿qué es esto? -Naruto había anticipado levemente su siguiente movimiento e interpuso unas cuántas hojas en su camino.

-¡Esta es la línea! -Medio gritó con el temor y la zozobra tintando su voz.- No podemos pasarnos de aquí-ttebayo...

-No, ni siquiera lo intentes. -Su voz se volvió más grave y tenaz.- ¡Quita eso de ahí, ahora!

-Teme... -Intentó razonar.

-¡Ningún teme! Quí-ta-las... -Su mirada exigente acompañaba sus palabras.

-E-es un error... -Se encogió un poco más en su silla.

-Ayer... -Sasuke soltó su nuca y se tomó el puente de su nariz mientras con los ojos cerrados reflexionaba. No se irguió, permaneció inclinado hacia él, aún muy cerca de su rostro.- Después de lo que me dijiste ayer... yo ya no puedo. ¡No puedo seguir igual, Usuratonkachi!

-Sasuke... -Susurró sorprendido. Comenzó a bajar los papeles que usaba como barrera contra su mejor amigo.- Estaba borracho cuando te dije aquellas cosas...

-¿Intentas retractarte? -Abrió sus ojos súbitamente para nuevamente posarlos en su presa. Nuevamente sentía una ira nacer en su vientre. Agh, el Uchiha odiaba estás sensaciones. En serio que Sasuke intentaba controlarse cuando estaba con Naruto, pero su estúpido amigo siempre lo hacía vivir las emociones más intensas de toda su vida.

-Nunca podría, ¿verdad? -Dijo rendido al fin, observándolo con ternura. La ira que notó crecer repentinamente en su amigo, la disipó fácilmente acariciando su mejilla con su mano libre. La caricia bajó lentamente hasta posarse en su cuello.

Siempre que se tratase de Sasuke, el Hokage sentía que perdía cualquier ventaja. Sentía que ese hombre que ahora lo volvía a observar con esa fiera mirada tenía todas las de ganar en un juego que no comprendía del todo. Era una apuesta demasiado peligrosa cuando se trataba de ellos dos. No quería, no quería perderlo pero menos hacerlo sufrir y se había dado cuenta, finalmente lo había percibido... él, Naruto Uzumaki era la causa de su pena. La tristeza que abundaba en sus bellos ojos tenían su nombre y apellido. Y ya no podía serle indiferente.

Naruto se irguió de su silla, acercándose a él lentamente. De su otra mano cayeron olvidadas al suelo aquellas hojas de su trabajo que pretendía usar de barreras. Un fútil muro que destruiría completamente a partir de este preciso instante. Su mano se aferró también a su rostro.

Sasuke se quedó inmóvil, incrédulo de que aquello estuviera al fin ocurriendo. Los sonrosados labios que mas deseaba se acercaban endemoniadamente despacio. Impaciente, se movió rápidamente para terminar de cerrar esa distancia que lo torturaba desde hace años.