SUPERHÉROES: SuperCamilo

20 3 4
                                    

Genial. Me han echado del trabajo, mi mujer me ha echado de casa y mi cuñado no me piensa devolver lo que me debe. Estupendo. Hoy se acaba el año y lo va a hacer por todo lo alto.

Y por eso estoy aquí, de pie en la cornisa del edificio más alto de mi pueblo: MalkamCity. Son apenas cuatro pisos, así que tampoco se toca el cielo. Me parece absurdo estar pensando en esto, pero me siento el malkamcitano más fracasado.

No puedo hacer esto, no es mi estilo. Tampoco es que tirándome desde aquí vaya a conseguir otra cosa que no sea romperme las piernas. Mi vida va a seguir siendo un fracaso pero sin andar. Casi prefiero esperar a esta noche para atragantarme con las uvas.

Miro la calle desde aquí, y no puedo dejar de fijarme en Pepillo, el hijo del panadero, quien está al lado de la caja de iluminación del pueblo. ¿Qué hace ahí el niño? ¡Es una caja de alta tensión!

—¡Chaval! ¡Eh, chaval! —No escucha.

¿La gente aquí está sorda o qué? Parece que no ven que Pepillo va a meter la mano ahí, va a provocar un cortocircuito y se va a freír. Pero lo peor no es que se electrocute, si no que se va a ir la luz en todo el pueblo. Bueno, tal vez sea necesario poner en orden las prioridades.

—¡Niño! ¡Pepillo! —Que no hay forma.

Lo veo: sin luz se van a apagar las máquinas del hospital, los semáforos. ¡Oh, Dios! ¡Se apagarán las luces de navidad y los villancicos! ¡Nadie se podrá tomar las uvas! Prioridades, Camilo, prioridades.

¡Qué tensión tengo por culpa de este niño! Míralo, aún con la mano estirada para tocar la caja eléctrica. ¡Un momento! ¿Por qué el niño aún no ha llegado a tocarla? Llevo aquí divagando sobre lo que va a pasar por lo menos diez minutos y él sigue ahí como a cámara lenta.

Ahora que vuelvo a mirar alrededor, me fijo que todos van a cámara lenta. Pero da igual, me va a tocar ir a salvarle la vida. Bajo por las escaleras se ve que no hace falta salir corriendo, pues mejor para mi asma.

Llego hasta Pepillo y lo aparto de ahí, haciendo que la mano, en vez de hacia el frente, vaya hacia su cara. Parece que he activado el modo ralentizado pero no sé cómo desactivarlo. De pronto me entra una mota de polvo en los ojos y parpadeo rápido por el dolor. Escucho un raro sonido, notando que el tiempo vuelve a su ritmo normal. ¡Anda, se hace así! Gran descubrimiento.

Nadie se ha dado cuenta de nada. Sonrío. ¡Acabo de parar el tiempo! De pronto parece que un interesante mundo se abre ante mí, un mundo en el que el tiempo no supone un problema. SuperCamilo ha llegado a la ciudad... ¡y viene para quedarse! Bueno, en teoría ya estaba aquí de antes, pero me encanta mi nuevo eslógan. 

Diciembre dinámicoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz