友達

1.5K 118 27
                                    

El año se estaba acabando y uno nuevo vendría. La gente dice que cuando se comienza un nuevo año es como si tu vida cambiase, como si partieras de cero y tuvieras nuevas oportunidades para hacer todo lo que no pudiste hacer antes. Pero yo no lo veo así.

Tu vida no va a ir a mejor solo porque se cambie un número. Si que puedes intentar que te vaya mejor o proponerte nuevas metas para sentirte bien contigo mismo, pero hay cosas que uno no puede escoger.

Hoy era sábado por la mañana, y ahora mismo estoy en casa de mi mejor amigo jugando al nuevo videojuego que le habían regalo sus padres por aprobar todo en el instituto.

—Eh, Tae. Nos han matado por tu culpa. ¿Por qué no avanzaste?

—Lo siento, Jimin. Me quedé empanado.

—Se te ve. —sonrió y volvió su mirada a la pantalla.

Bueno, él es Jimin. Y es mi mejor amigo.

La historia de cómo nos conocimos y nos volvimos mejores amigos nos es muy diferente a otras.

Todo comenzó cuando ambos entramos al primer año de instituto, ambos teníamos 12 años y no conocíamos a nadie. Él venía de Busan y yo de Daegu, los dos fuimos a Seúl justo ese mismo año así que el hecho de no tener amigos previos y el apenas conocer la ciudad fue lo que nos unió.

En clase siempre estábamos juntos, nos ayudábamos entre nosotros y si alguien se metía con uno se metía con el otro. En resumen, llevamos seis años siendo uña y carne. Ahora ambos tenemos 17 años y en febrero del siguiente año acabaríamos por fin el último curso de instituto.

—¿Ahora qué quieres hacer? —preguntó mi amigo mientras guardaba el juego en la caja y apagaba la televisión.

—Me da igual.

—Di algo sin más.

—Di tú. —me recosté en su cama.

Jimin se lanzó encima de ésta y se colocó a mi lado estando de costado mientras me miraba.

—¿Por qué no puedes decidir algo y ya está?

—¿Por qué no lo puedes decidir tú?

—Porque siempre hacemos lo que digo yo. —terminó por contestar y yo me quedé callado.

—Está bien. ¿Qué tal si vamos a la bolera? —dije lo primero que me vino.

—Mmm... Okay. ¡Será divertido! —salió de la cama y se quitó la camiseta que llevaba para ponerse una nueva. Tomó su abrigo y me miró. —¿Vamos?

Yo seguía tumbado en la cama viéndole. —A-Ah. ¡Si! —me puse en pie y le seguí.

Una vez que ya estábamos allí, recogimos los zapatos que nos dieron para la pista y nos colocamos en la que nos asignaron. Ambos nos los estábamos poniendo cuando oímos risitas entre todo el ruido. Alcé mi vista y vi a un grupo de chicas en la pista de al lado, miré a mi amigo y éste también se percató de ellas.

Nos es que me molestase el hecho de que nos estén mirando mientras jugábamos, en cambio mi amigo lo disfrutaba más de la cuenta. Cada vez que hacía un pleno les lanzaba una mirada o simplemente les guiñaba. Yo solo pasaba.

—Oye Tae Tae, ahora vuelvo. —dijo de repente.

—¿A dónde vas? —pregunté confundido.

—Voy a hablar con ellas a ver si después quieren pasar un rato con nosotros.

Abrí la boca, pero enseguida la cerré. En verdad ya estaba acostumbrado a estas cosas.

—Como quieras. —dije sin más y me preparé para lanzar.

Friend | Vmin; 뷔민Where stories live. Discover now