And a drink

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Kirishima no sabía que hacer, era noche, demasiado noche y tenía a un Bakugou ebrio y dormido en su auto. Nunca imagino siquiera pensar en eso.

Ahora estacionado frente a la casa de Bakugou, se preguntaba cómo chingados iba a subir por esos escalones del porche de la casa.

Abrió la puerta pasajera del auto y trató de sacar a Bakugou casi arrastrándolo hacía el porche, no lo podía cargar pues era más alto que el, al rodear su brazo por la cintura del rubio noto lo pequeña que era, recordaba cuando eran jóvenes y Bakugou le habló a Kirishima de lo tanto que odiaba su complexión, por tener su pecho muy grande, su cintura diminuta y lo difícil que era para conseguir masa corporal. Kirishima siempre lo envidio por eso, siempre pensó que Bakugou tenía el cuerpo perfecto para un héroe.

Mientras caminaba pensaba en la cantidad de músculos que Bakugou ha de haber adquirido en su tiempo siendo un héroe profesional, el aún hacía una rutina de ejercicio todos los días pero estaba seguro que no era nada comparado con Bakugou, que da, ni siquiera se podía comparar con su cuerpo de hace 10 años.

Al subir los escalones casi se golpea al darse cuenta que necesitará las llaves para poder entrar, no sabía donde podrían estar, trato de despertar a Bakugou quien solo estaba tambaleándose, era inútil.

- Voy a tomar tus llaves, está bien Kat?- Le dijo esperando recibir una respuesta la cual nunca llegó, así que tomó la libertad de buscar en sus bolsillos y los encontró, si que los encontró con un llavero, era una piedra roja pequeña, un Ruby.

Quiso detenerse a mirarla pero el peso de Bakugou era demasiado. Así que rápidamente introdujo la llave en la puerta y la abrió.

Al hacerlo volvió a tratar de despertar a Bakugou quien tambaleaba ahora, pero parecía un poco despierto.

- Que hacemos en mi casa?- Preguntó adormilado.

- Estás borracho y no te podía dejar en la calle- Contestó Kirishima aún tratando de que el rubio no se cayera al caminar. Una vez dentro de la casa, la pudo apreciar mejor, vivió en el pueblo pero nunca antes había entrado a las casas de esta parte del pueblo, todas estaban construidas de la misma manera pero aún así nunca se había dado el lujo de verlas. Notó, primero que nada, el orden de todo, no esperaba menos pues era casa de Bakugou, notó también las cajas que había y los pocos muebles.

No era momento de fisgonear así que hizo un agarre fuerte de la cintura de Bakugou y se dirigió a las escaleras, si que iba a ser una larga noche.

- Oye Eijirou - Habló Bakugou, Kirishima no se dió cuenta de su próximidad hasta ese momento, el aliento alcoholizado y con un toque de caramelo que siempre acompañaba al rubio, le llegó a la nariz.

- Que?- Hablo en seco, solo quería pensar en cómo diablos iban a llegar hasta la segunda planta.

- Me gusta mmm- se acurrucó aún más en el cuello de Kirishima, el pei negro queria empujarlo, estaban demasiado cerca, pero sabía que al hacer eso Bakugou caería y se partiría su madre, no quería arriesgarse. - Me gusta tu labial- Fue en ese momento que los dedos finos de Bakugou se posaron sobre los labios de Kirishima, lo quiso alejar, pero a su vez no, se sentía lindo.
Paso sus dedos por la parte inferior del labio de Kirishima para después meterlos a su boca, Kirishima realmente se tenía que contener.

Al llegar a la parte superior de las escaleras, notó las dos puertas en el pequeño pasillo, Bakugou trató de caminar hacia la puerta por si mismo, Kirishima en seguida fue a ayudarlo.

- Creo que hay un temblor- Le susurro el rubio, Kirishima lo vio con extrañez

- No hay ningún temblor- Le dijo y Bakugou solo le puso un dedo en los labios mientras le decía un shhhh

- Falsa alarma, no me asustes así Ei- Le susurro con enojo- No me tienes que cuidar, puedo solo- Bakugou lo trataba de empujar pero el agarre de Kirishima era fuerte.

Bakugou fue guiando a Kirishima a su habitación, iba casi en rastras pero gracias a Kirishima, el rubio no caía por completo.

La habitación de Bakugou era distinta a lo que recordaba que fuera Bakugou, para empezar el cuarto estaba casi vacío, un pequeño armario estaba en la esquina del cuarto y a su lado maletas de color rojo, había botellas en todo el suelo y el olor a caramelo era fuerte, también el olor a alcohol era abrumador, no sabía que olor era el más potente.

Kirishima también notó la falta de decoración en el cuarto, se preguntaba si Bakugou se quedaría en el pueblo completamente o se iría después de un cierto tiempo.

Cuando sintió el empuje de Bakugou lo soltó y vio como el chico se sentaba sobre su cama con la cabeza gacha.

- Hey! Estás bien?- preguntó Kirishima sentándose a lado de Bakugou, quien levantó la vista y le sonrió.

- Que hermoso estás- Sus palabras parecían sinceras y hicieron que un sonrojo se apoderara del rostro de Kirishima y comenzó a balbucear como idiota ante el comentario, no era un niño, no debía estar como un adolescente enamoradizo, ese tiempo había pasado. - Estás rojo! Que bonito se te ve ese color- Sonrió levemente y Kirishima sintió aún más vergüenza y se cubrió el rostro.

- Véte a dormir Katsuki- Se sentía como una madre tratando dormir a su bebé travieso. Bakugou nunca había sido así, se preguntaba cuánto había tomado, viendo las botellas vacías parecía muchísimo como para que el solo se las haya tomado pero bueno, toda persona era distinta. - Eres tan distinto cuando estás ebrio-

- Me dijieron que habló mucho y soy molesto y sentimental cuando estoy ebrio- Dijo Bakugou mientras se acurrucaba en las cobijas. - Asi como tu, Eijirou- Su voz de escuchaba adormilada y cuando Kirishima volteó a ver al chico, estaba dormido por completo. Una sonrisa apareció en el rostro de Kirishima, si puede que se escuche mamón pero Kirishima no quería volver a experimentar a un Bakugou borracho en su vida, parecía una persona distinta cuando no estabas en sus cinco sentidos, por una parte lo agradecía pues Bakugou hablaba como nunca antes pero por otra parte parecía un niño y Kirishima ya tenía suficiente con Denki.

Se acercó al cuerpo de Bakugou y comenzó a moverlo para ponerlo a su costado, si volvía a vomitar no quería que se ahogara con su propio vomito. También puso un bote de basura a su lado.

Kirishima se preguntó si Bakugou estaba bien, no era normal, por lo que recuerda, que Bakugou fuera desordenado, claro la casa estaba limpia pero las botellas de vino y vodka a lado de la cama sugerían otra cosa.

Kirishima miro la cabeza rubia de Bakugou asomado por entre las cobijas y quiso tocar su cabello, era suave, lo tenía más corto que hace 10 años, estaba estilizado parecía menos japonés y más norte America ahora, le gustaba como se le veía.

Se hubiera quedado más tiempo para cuidar de Bakugou pero tenía sus gatos en casa que necesitaban ser alimentados. Otro sentimiento que Kirishima experimentaba en ese momento era la pena, ahorita era fácil ver a Bakugou, era fácil pues el otro hombre estaba tan ebrio que ni siqueria podría contar hasta 3 si se lo pedían, pero sabía que mañana no sería así, mañana Bakugou estaría consciente de todo y seguirá teniendo esas dudas que le había hecho.

Es estupido pero no quería que Bakugou se enterara de nada, quería que Bakugou solamente lo olvidara, desde que sucedió lo que sucedió en el pasado ese era el plan, que Bakugou y todo mundo lo olvidara pero al parecer eso era imposible.



Jeje hola 100to la tardanza manas!
Jejep tengan bien lindo día las quiero mucho y gracias por votar y leer!!

To the old times/kiribaku/ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora