The truth

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Ese día había llegado a su fin, Bakugou ya estaba por apagar las luces de toda su casa, acababa de terminar su llamada con Todoroki explicando cuando regresaría a Japón por su trabajo. No extrañaba su trabajo tanto como debería, se sentía extrañamente cómodo en el pequeño pueblo, puede que no saliera mucho pero se sentía tan en hogar aquí y aún no hallaba el porque, tal vez tenía una idea pero era una estupida.

La lluvia caía fuertemente afuera, llámenlo un pendejo pero Bakugou amaba los días de tormenta, solía quedarse a un lado de la ventana en su habitación y ver la lluvia o leer.

Bakugou apago la luz proveniente de la cocina y se encaminó hacia las escaleras. Amaba su soledad, en veces, aveces moría por afección.

Apenas iba a poner su pie sobre el primer escalón de las escaleras cuando un ruidoso "Ding Dong" sonó por toda la casa asustando al rubio. No recordaba que alguien usara ese maldito timbre en su vida, quería pensar que era el maldito de deku pero en ese caso vendría con su novio estupido y no quería atenerse a la parejita una vez más. Otro Ding dong en la puerta principal y Bakugou camino a ella con algo de enojo.

Estaba listo para rayarle la madre a quien estuviera allí pero cuando la puerta fue abierta y allí estaba Kirishima, todo rostro de enojo desapareció al verlo y fue remplazado por un rostro de preocupación.

Estaba empapado de agua, tenía la cara roja por el frío y estaba agitado. Lo miro con sorpresa y el otro hombre igual, Kirishima se arrepintió de todo en ese momento. No lo iba a poder hacer, no podía, las palabras "regrésate", "no deberías estar aquí", "vete antes de que arruines todo", sonaban en su mente, muchas veces su propia mente era la que lo traía a ese sentimiento de inseguridad.

- No debí venir, lo siento.- Dijo con nerviosismo, iba a irse en ese momento pero la mano de Bakugou lo detuvo. Miro la mano de Bakugou sobre su brazo y luego le vió el rostro, se notaba la tristeza en el, en la de ambos. Bakugou trato de disfrazar su mirada y chasqueó la lengua. Tenía tanto que decir pero nunca fue bueno en hacerlo, nunca podía decir cosas sin que se sintiera "débil" así que cuando hablo se sorprendió a él mismo y a Kirishima por igual.

- No...hablemos, por favor.- Estaba tan avergonzado, pero todo lo decía con seguridad, tenía que hacerlo. Lo hacía por los dos, le gustaba ver a Kirishima y no quería que algo así le limitara estar cerca de él.

Kirishima lo miro por un par de segundos y no pudo evitar pensar en como el rostro de Bakugou se veía tan hermoso desde este ángulo, todo desde su seño medio fruncido hasta sus ojos que dejaron de hacer contacto con los suyos cuando Kirishima lo volteó a ver.

Con un leve aprieto de mano, Kirishima aceptó. Bakugou lo guió al interior de la casa y notó que todo parecía más organizado, aún eran pocas cosas pero Bakugou no llevaba mucho tiempo aquí.

- Haré té- Dijo Bakugou guiando a Kirishima a la sala de estar mientras el desaparecía, en realidad Bakugou estaba en la cocina tratando de no matarse a sí mismo por ser tan pendejo, necesitaba tranquilidad porque se conocía, el no sabía expresarse y podía terminar cagandola más de lo que ya estaba cagado.

Cuando Kirishima estaba solo algo que notó fue un retrato sobre la chimenea. Era Bakugou con una mujer castaña y un niño de tal vez dos años, eso le sorprendió y le hizo sentir un pequeño dolor en el pecho. No se había dado cuenta de lo poco que sabía de Bakugou, siempre pensaba que estaba al tanto de su vida pero eso era solo por la parte que cubrían los medios.

Se veían felices en la foto, Bakugou cargaba al niño que parecía estar graduándose de el Kínder y la mujer los abrazaba con una sonrisa radiante, Kirishima se preguntaba dónde estarían esas personas si es que eran parte de la vida de Bakugou.

To the old times/kiribaku/ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora