Dafiro

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- ¡Él es el hombre que nos dará justicia! - profetizó la persona que gritaba desde la alta colina.

- ¡Justicia! - rugió la multitud.

- ¡Él es quien saciará el hambre y la sed de nuestro pueblo! - nuevamente gritó el hombre, que desde la parte inferior donde se le divisaba parecía estar en la vejez.

- ¡Saciará! - la multitud aclamaba a un espectacular hombre, del cual se le pedía demasiado.

- ¡Él es quien vengará a la Quebrantadora de Cadenas y Madre de Dragones! - el anciano rugió.

- ¡Venganza! - los gritos de la gente contenían maldiciones e insultos, cosas que odiaba Dafiro.

- ¡Él es Daario Naharis, el rey mercenario de Meereen! - se alejó el vejestorio de la colina.

- ¡Daario! - aclamaba la multitud en repetidas ocasiones.

Cuando las alabanzas cesaron, un hombre ascendió a lo más alto de la colina. Dafiro no lograba diferenciar de quien se trataba, pues la distancia de visibilidad y los mortales rayos luminosos del sol eran su impedimento. Sin embargo, la multitud gritó el mismo nombre de hace un instante, por lo que intuyó que se trataba de Daario Naharis.

- Pueblo de Meereen, es un honor presentarme nuevamente ante todos ustedes - confesó el mercenario desde la alta colina -. De ver un día más al sol salir por el oeste. Hoy les presento un plan, no cualquiera, sino el que vengará a Daenerys Targaryen, nuestra legítima reina.

- ¡Nuestra legítima reina! - como si siguiera viva, la gente aclamó a la Madre de Dragones.

Dafiro divisó ejército Inmaculado armado con lanzas, y Dothrakis portando sus míticos Arakhs, todos estos mezclados entre la multitud, además, otros vigilaban desde grandes montículos de piedra. Dafiro sólo tenía una misión: Regresar a su hogar en los Siete Reinos. La propuesta de Daario Naharis permitiría que este volviera con su familia. Sin embargo, tenía que luchar en su nombre en el campo de batalla, por lo que, regresar a su tierra natal le costaría la vida.

- Pura mierda, ¿No crees? - preguntó un hombretón arriba de los cincuenta años aplaudiendo al son de los gritos de la multitud.

- Ni que lo digas, gasté mis últimas Glorias de Mar en este viaje - reclamó Dafiro, que también aplaudía y se recogía el cabello castaño de la frente.

La "Gloria de Mar" es una moneda exclusivamente de la Ciudad Libre de Volantis, usada especialmente por sus comerciantes. Son pedazos de paladio azul con forma rectangular, presentando el Banco de Piedra Marina en una cara, y una barcaza en medio del océano en otra. A esta moneda se le suma el Aliento de Dioses, fragmentos de rodio sangriento con forma circular, mostrando en un lado el Puente Largo de Volantis, y del otro, el corazón ardiente de R'hllor, el señor de la luz.

- Castigaremos a los culpables que asesinaron a Daenerys, nuestra reina - propuso Daario, el hombre apoyado por los Meerienses -. Acabaremos con sus vidas y, obtendremos el poder de los Siete Reinos

- ¡Castigo! - las miles de voces resonaron por toda la montaña, a las fueras de la ciudad de Meereen.

- ¡Tú y tus palabras, sólo conllevarán a derramar sangre y provocar muertes! - escupió un anciano, quien se encontraba no muy lejos de Dafiro.

- Disculpe... - por medio del eco, Daario escuchó cada palabra que salió de la garganta del hombre.

- Makr - reveló su nombre.

- Makr, claro que derramaré sangre, pero será de los Siete Reinos, y mataré a los habitantes de estos - prometió Naharis y su jerkin oscuro a rayas blancas.

Después Del Invierno (A Game Of Thrones Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora