uniendo lazos bajo la luz de la luna.

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Rompiste mi corazón en dos... después regresaste como mi cura, y ahora sigue latiendo por ti.

La oscuridad en la habitación no era incómoda. Por el contrario, la luz de la luna entraba maravillosamente por el balcón. Tanto Jimin como Yoongi se encontraban de frente, mirándose fijamente a los ojos. Ambos como la Diosa los trajo al mundo, nada los cubría, dejando al desnudo incluso sus almas.

Había timidez, y eso era claro en sus rosáceas mejillas.

Los pasos del Alfa eran lentos, pero la distancia se iba acortando en cada uno de ellos. Para cuando ambos estuvieron a una muy corta distancia, Jimin no dudo en inclinar el rostro para inhalar el dulce aroma de su omega. ¿Se necesitaban palabras para expresar lo mucho que se amaban y deseaban volver unir lazos?

La respuesta era no.

Y es por eso que Jimin con mucho cuidado aplastó sus labios contra los de Yoongi. Ambos cerraron sus ojos y dejándose llevar por la necesidad de sus corazones, se besaron de una forma dulce y suave.

Con calma, Yoongi posó las manos en los hombros de su Alfa y se aferró lo suficiente a su cuerpo. Necesitaba tan mal de su increíble aroma, deseaba con todo su alma volver a sentirse suyo.

Mientras danzaban sus bocas y se aferraban a sus cuerpos, no fueron conscientes de que lentamente Yoongi retrocedía hasta parar en la cama«en donde no se dejó caer con prisas» Su Alfa se aferró a su cadera y mientras le succionaba el labio inferior, lo ayudó a caer en el colchón blanco.

No había necesidad de ser apresurados, por supuesto que no. Es por eso que las manos de Jimin recorrían con calma los costados de su omega, deteniéndose de vez en cuando en sus caderas, más después volvía subir para sentir más de su piel blanca.

—Extrañaba esto... —, Jimin susurró al tomar una muy corta distancia después del beso.

La sonrisa de Yoongi fue dulce y sincera, sus ojos brillosos hacían de él un omega muchísimo más hermoso. —Deseaba tus besos... tus caricias y la forma que me demuestras cuanto me amas —, su voz era baja. Con las yemas de sus dedos jugaba con la parte trasera del cuello de Jimin.

Y bastó con una sonrisa por parte del Alfa para que ambos volvieran a guardar silencio. Esta vez se inclinó a su cuello y con delicadeza le repartió besos, buscando cada rincón escondido, no podía dejar ninguna parte de su piel abandonada. Lo llenaría de olor, y de su amor...

Sus miembros se frotaban con delicadeza, la sensación era tan buena que Yoongi no pudo evitar cerrar sus ojos y abrir lindamente su boquita. Por lo que sonidos dulces escapaban de su garganta.

Y Jimin amaba eso.

Amaba de todo corazón todo de su omega.

Así que con mucho cuidado se vio alejándose de aquellas acciones para ahora posar su erecta hombría entre los glúteos de su omega.

—J-Jimin... —, Yoongi se quedó sin aliento ante la introducción ajena. Sin mucha fuerza de por medio, enterró las uñas en su espalda y lentamente las deslizó, parando en su espalda baja.

El Alfa disfrutó.

Los rasguños en su espalda eran marcas de lo mucho que se amaban. Una muy pequeña sonrisa se posó en sus labios mientras se empujaba por completo.

Yoongi se sentía lleno.

Lazos unidos.

Los gemidos del omega eran delirantes por cada embestida dada. La cama que se supone que estaba en buenas condiciones rechinaba ante cada golpe dado, ambos lo disfrutaban jadeantes, tratando de no hacer tanto ruido por el dulce cachorro que dormía en la habitación de a lado.

Era muy pronto para anudar, Jimin lo sabía perfectamente, pero deseaba hacerlo. Las ganas de ver a su omega con una pancita y haciendo rabietas en el embarazo, estaban ahí.

—Te amo —, susurró empujándose más y más a fondo. —Te amo, te amo tanto —, Jimin estaba delirante.

Las mejillas de Yoongi brillaban bajo la luz de la luna, su mirada estaba perdida en el rostro de su Alfa. Estaba a nada de llegar a su clímax, Jimin sabía lo que hacía. Había mucho deseo acumulado...

Entonces cuando el Alfa le puso atención a los orbes de su omega se percató de que estaba llorando. Inevitablemente su lobo se alertó, y detuvo sus movimientos.

—Amor... ¿te estoy haciendo daño? —, su voz sonaba baja y medio ronca.

Yoongi negó, y de nuevo se abrazo a su cuello con fuerza. —N-no... solo... solo... siento mucho todo el daño que te hice... —, quería dejar de llorar pero no podía. Estaba siendo débil, y Yoongi siempre trataba de no serlo.

Esta vez la sonrisa de Jimin fue efímera, y no dudo en otorgarle un beso en la nariz. —No pienses más en el pasado, mi dulce amor... vivamos el presente, y hágamos de nuestro futuro un maravilloso mundo —, estaba siendo sincero. Y es que a pesar del dolor de hace meses atrás, su corazón volvió a revivir gracias a la persona que lo rompió. Porque sabía que su omega había cometido un error por miedo, quizás no había actuado bien... pero todos merecíamos segundas oportunidades. Y más... y más si se trata de la persona que amas.

—Te amo, Park Jimin... —, Yoongi susurró una vez más. Esta vez siendo él quien besaba con delicadeza los labios de su Alfa. —En esta, y en todas las vidas que sigan.

Jimin rió bajito. Fue travieso a la hora de ducharlo con pequeños besitos en toda su cara.

—Yo también te amo, Min Yoongi... en todas las vidas que sigan, siempre, siempre. Te lo juro.



















Me encanta escribir jimsu. Amo mi otp.

¡bebé sorpresa! jimsu.Where stories live. Discover now