Capítulo 19.

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Esa misma noche empacamos nuestras cosas y compramos dos boletos de avión para el primer destino que vimos: Miami, Florida

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Esa misma noche empacamos nuestras cosas y compramos dos boletos de avión para el primer destino que vimos: Miami, Florida. Blake se encargó de hacer unas llamadas antes de irnos, se veía algo preocupado y me sentí mal con pensar a que su preocupación era debido a que debía dejar el trabajo atrás... solo para estar conmigo.

Las palabras de Víctor aún retumban en mis oídos, se reproducen en mi cabeza como si de un disco rayado se tratara. Las palabras que ese hombre me había dicho dolían en lo más profundo de mi corazón. Me hizo sentir como si fuera basura.

Sentados en el avión Blake se remueve intranquilo en su sillón. Tenía el conocimiento de que al igual que yo era un asustadizo de los aviones, aunque para él su momento de total pánico era en el aterrizaje.

—¿Quieres drogas?

Blake volteó a verme algo shockeado, al ver su reacción rompí en una carcajada.

—Tengo tranquilizantes en mi bolso, tiendo a tomarlas cuando los vuelos son muy largos—le explico.

-—¿Es por eso que sales algo knock out de tus vuelos?

—Prefiero salir knock out antes de estresarme por sentir que el avión se va a caer—me entremezco falsamente cosa que lo hace sonreír. Tal vez lo mejor sea distraernos mientras hablamos—. ¿Sabes? Tuve un tío. Por lo que me contaron era piloto de aviones comerciales. Al parecer algo falló en una de las turbinas de su avión y, ¡pum! Se desplomó.

—¿Es verdad o solo tratas de distraerme, Pebbles?

—Es muy verídica esta historia—el sarcasmo brota de mí. Aunque pudiese ser verdad, nunca supe si tenía más familia que mis padres.

Luego de decir aquellas palabras el avión despega. Blake y yo nos tomamos de las manos otorgándonos apoyo mutuo. Si los aviones no fueran tan terroríficos volaría a la mayor cantidad de países posibles.

Penny siempre se burlaba de mí diciendo que como era posible que me asustaran los aviones si era uno de los transportes más seguros del mundo.

Los últimos accidentes aéreos me decían lo contrario.

Blake y yo permanecimos en silencio por un largo rato, pero sabía que en cualquier momento él iba a querer conversar sobre el cómo me sentía. Solo que yo no quería hablar sobre eso, no más, yo solo quería descansar.

—Lo que pasó con Víctor...

—Lo que pasó con Víctor pasó, no quiero hablar de eso. Al menos no ahora—Él asiente después de tomar un sorbo de una botella de agua. Al verlo algo más tranquilo me puse a pensar en cómo él está aquí y no sólo eso, dejó todo atrás solo para acompañarme—. Gracias Blake.

Blake fija sus ojos en mí y puedo notar algo de confusión en ellos.

—Dejaste tu vida para acompañarme estos días.

Contra el aire | Al aire #2Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum