Capitulo 15

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-una vez que había llegado a cercanías de la aldea hizo lo posible para que no pueda escucharse en lo más mínimo posible, luego de ello bajo del trineo para solamente mirar las casas alrededor de sí mismo antes de comenzar a ir cuidadosamente subiendo la primera usando escalones de hielo que el mismo hizo, llegando al techo uno de los animales activo el sonido de las campanas-cascabeles para encubrir a cualquier curioso que se atreviese a despertar a escuchar, y eso paso con los dos adultos en la casa que al despertar por el ruido escucharon los cascabeles y creyendo que era Santa volvieron a quedarse dormidos, el pelirojo miraba la probabilidad de entrar a la primera, ató sus pies para seguridad mientras se acercaba al hoyo de la chimenea.-

Camus: clavado en vertical de 18º con una altitud de 25, rotación de unos 3 giros en un grado de profundidad... De 2.5

-y no es porque quiera presumir, solo que consideraba que de esa forma era más sencilla. Dió un salto con lo mencionado y profesionalmente se inclinó para hacer el clavado, pero, se quedó atascado en la chimenea pero por unos instantes.-

Camus: ¿que acaso retengo líquidos? ¡¿tengo caderas de elefante?!

-se removió un poco y finalmente cayó de golpe levemente golpeándose con la madera de la chimenea.-

Camus: agh, diablos...

-recomponiéndose miró alrededor, lo primero que tomo en cuenta fueron las medias.-

Camus: medias navideñas... Son las que primero desaparecerán... Atención amigas... A comer.

-dijo sacando un frasco de polillas que tras ver las telas de las medias como si fueran bastones de dulce solo dejando caer su contenido al suelo, seguido el pelirojo subió y bajo la aspiradora gigante (que era nada más un tubo plegable) que comenzó a tragarse todo lo que alcanzaba, adornos, regalos, peceras, etc... Todos iban dirigidos al mismo saco sin lugar a dudas, el pelirojo entrando a la casa cuando no hubo más cosas cercanas investigaba lo que podría llevarse, primero reviso el refrigerador y lo vació sin migajas dejar, incluso los pavos les ponía fin, no importaba lo que fuese se lo llevaba hasta la última lata de miel y solo los huesos dejaba.-

Camus: ahora...

-dijo estando cerca del árbol de navidad.-

Camus: tu también vienes.

-con árbol en manos hacia la chimenea se acercó... Pero una pequeña y familiar silueta con el suelo interrumpido y llevada por la curiosidad...-

Hyoga: ¿santa?

-el pelirrojo se congelo, con rapidez y habilidad puso en pie el árbol escondiéndose detrás del dicho sin moverse mucho, el rubio con tierna mirada y despertado curioso preguntaba.-

Hyoga: ¿santa claus? Oye, ¿que haces con nuestro árbol?

-el pelirrojo improviso, le inventó una mentira, para el era fácil así que sólo sacando los brazos y cambiando un poco la voz a mas grave (para respectar la regla de que santa no debe ser visto) comenzó.-

Camus: o-ho-ho veras mi dulce pequeño!

-decía con interna malicia.-

Camus: una parte del árbol... No esta en plena función desde mi llegada

-discretamente rompió una lucecita, parecía el sonido del cuerpo del mencionado panzón a lo que el pequeño sonreía.-

Camus: lo llevare al polo norte, allí tengo un taller ho-ho-ho, jijiji

-entre los dos comenzaron a reír por cortos segundos.-

Camus: allí será reparado... Y.... Te lo voy a traer.

-y así dejo de verse los brazos, pero el menor no se iba.-

Hyoga: santa, quisiera preguntar... ¿cual es el secreto de la navidad?

Camus: ¡vengarse!

-dijo sin pensar asomando la cabeza a través del árbol, suerte que el dicho tenía algodón que le hacia parecer tener barba, sino el sorprendido niño estaría asustado y rápido el pelirrojo reaccionó.-

Camus: ouh... Perdón..... -piensa y sigue la mentira.- recibir... Obsequios.

-segundos de silencio, el rubio miró un poco desanimado el suelo y después a el.-

Hyoga: temía que fuera eso.

-logro engañar al niño, y su cabeza acarició, le dio un poco de agua (vete a saber de donde xD) y a la cama lo envió (mientras se seguia llevando el árbol el hijo de su...) pero en las escaleras el rubio a medio camino se detuvo a ver.-

Hyoga: santa.

Camus: ¿que? -respondió de mala gana-

Hyoga: no te olvides del señor Camus.

-no se lo espero.-

Hyoga: se que es malo, algo gruñón y nada social... Sus manos son frías con dedos entumecidos.

-el mencionado se miro sus propios dedos, en parte era cierto lo que dijo-

Hyoga: pero yo creo que el en verdad es... -sonrie- Muy tierno

Camus: ¡¿tierno?!

-susurro para si mismo, el menor esperaba respuesta del supuesto santa, el cual solo basto con que naciera sonar un cascabel para responder civilizada mente.-

Camus: ¿crees que es tierno?

-el menor sonriendo asiente con la cabeza.-

Hyoga: u-hump, feliz navidad santa.

-el pelirojo se tapó los oídos tras oír esa palabra, el menor siguió subiendo hasta regresar a su habitación, fue ahí donde el más mayor pudo decir para si mismo.-

Camus: es lindo....

-susurro.-

Camus: peeero no conoce a la gente.

-tomo con fuerza el árbol navideño y sin importarle si rompe un clave o no lo lanzo por la chimenea y adiós ante la vista ajena, también e llevo cual cable y otra cosa más, dejando solo un vacío espantoso y pequeñas migajas que eran demasiado pequeñas hasta para un ratón que igual se lleva por alguna razón, y así la primera casa estaba completada, faltaban las siguientes.-

Un Grinch de hieloTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang