galletas navideñas

31 11 4
                                    

Esté capitulo va para ti Michelle❤️ y Angie☺️❤️, Ahora sí  a empezar con él capítulo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Esté capitulo va para ti Michelle❤️ y Angie☺️❤️, Ahora sí  a empezar con él capítulo.

FRASE

: “hay maneras de sentir atracción, pero la primordial es que el chico tenga una fragancia de galletas navideñas.”

CAPÍTULO DOS

- ¿Te quedarás aquí o vendrás conmigo? Se acerca una tormenta. No quiero sonar grosero, pero es claro que no sobrevivirás.
“¿Y éste quién se cree?”
-Claro que sobreviviría, pero pensando muy bien tu propuesta, mejor me voy contigo. - “Aclaro, me iré con él porque no sería agradable estar en medio de una tormenta”.
-Si tú lo dices. - Una pequeña sonrisa comienza a dibujarse en sus labios, de un aspecto muy apetecible. “Está muy bueno el condenado.”
Comenzamos a caminar por la espesa nieve, y no puedo sentir mis piernas. “Lo que me faltaba, ahora sin trasero ni mucho menos piernas.”
- ¿Falta mucho? - pregunto agotada, deteniéndome para descansar un poco.
-La verdad ya no, mira. - Señala, mientras veo una enorme puerta de color blanco, fácilmente confundible con la tonalidad de la nieve – Es ahí donde iremos. Si quieres te puedo llevar en mi espalda, no sería una molestia para mí.
“No sería mala idea sentir esa espalda totalmente musculosa que a leguas se ve” Estoy empezando a tentarme por el pecado que me está provocando.
- ¿Seguro, no sería mucha molestia? - Me hago la inocente. “Vamos, di las palabras mágicas para que pueda abalanzarme sobre ti.”
-No es mucha molestia, para mí.
Muchos se preguntarán porque confío en un total desconocido que está más bueno que el pan. Pues ni yo misma lo sé, supongo que al estar “muerta” eso es una razón más viable y confiable.
Volviendo al asunto principal, me lancé a esa escultural espalda y saqué mis buenos dotes de actriz, comencé a exagerar solo un poco mi cansancio, “mentira, parezco coneja en celo”, y el pobre anda preocupado por mis raros quejidos.
- ¿En serio estás bien? - me pregunta por undécima vez y decido no volver a hacer esos estúpidos quejidos. “Ahora pensarás que estás loca y necesitada de un buen maratón de rompe paredes.”
-Si lo estoy, ya me puedes bajar – intento bajarme, pero claro él ni se mueve con intención de hacerlo y eso prendió mis hormonas al cien. “Papi, bájame o te violo aquí mismo.”
Creo que interpretó mis pensamientos de psicópata con síndrome de violación reflejada en mi rostro porque me baja rápidamente, y quedo al frente de la inmensa puerta.
Ahora, la pregunta del millón, ¿cómo se abre esta puerta? No hay señas de cómo hacerlo.
- ¿Cómo entraremos? - ¿Será que esta es una señal para que no entre en este lugar? “Mínimo es un violador, la que lo va a violar sería yo, está bueno el condenado y si es otra cosa, para algo aprendí clases de defensa personal.
Veo que solo le da un pequeño toque a las enormes puertas y éstas ruido al abrirse ¿Qué clase de puertas son? Si se abren así, no mantendrán nada seguro.
Entramos lentamente y lo primero que observo es una enorme casa, tipo cabaña - mansión, un poco colorida e iluminada. Simplemente hermosa.
- ¿Ésta es tu casa? - pregunto asombrada. “Estúpida, claro que es su casa, o será el lugar donde comete sus crímenes.”
-Sí lo es. ¿Te gusta? - me pregunta un poco tímido.
-Sí, me encanta.
-Entonces entremos para que mi madre te dé uno de sus famosos chocolates.
- ¿Tu madre? ¿Vives con tu madre?
El chico, error, el hombre, de aproximadamente 35 aún vivía con sus padres. Esto debe ser una broma. “De qué te sorprendes, hay hombres de cincuenta que aún viven con sus padres.” Oh, claro ejemplo, mi tío Óscar.
-Sí, no – duda un momento, buscando una explicación decente — la casa grande — señala nervioso — es la mía, hay una más pequeña atrás de ésta, esa es para mis padres, ya que con su edad prefieren tener más privacidad.
— Oh, entiendo — digo.
— Entremos — comienza a dirigirse a la casa, donde al momento de cruzar las puertas un fuerte aroma a galletas navideñas me golpea. “Son mis favoritas, chocolate.”
— Mamá, llegué. — dice él, que hasta ahora no se su nombre. “Que despistada soy.”
— Lo siento, pero no sé tu nombre — me comienzo a sonrojar suavemente al darme cuenta que me queda observando.
— No, olvídalo, soy un poco despistado, mi nombre es Edur, ¿y el tuyo?
— Maggie.
Pensaba decir algo más, pero una agradable señora apareció. Estaba vestida con un vestido rojo que le llegaba a las rodillas y un delantal blanco decorado con unas pequeñas hojas color verde.
— Hola mi corazón, veo que no llegaste solo – me observa con dulzura. ¿Y quién eres tú hermosa chica?
No sé por qué estaba nerviosa. Era como si fuera a la casa de mi novio a conocer por primera vez a su familia, pero el caso era que Edur no es mi novio, “por ahora”, maldita conciencia pervertida.
— Mucho gusto, mi nombre es Maggie.
—El mío es Ana Claus.
¿Claus? Que apellido, me hace recordar a alguien. —Es un placer conocerla señora Claus.
— No, llámame Ana.
—Yo me iré a dar un baño. Te dejo con mi madre para que te dé chocolate y galletas — dice Edur, mientras me da una pequeña mirada y se aleja.
— Ven, vamos a la cocina, puedo ver qué tienes mucho frío.
— La verdad, un poco — digo nerviosa. “¿Qué tienen estas personas que me colocan nerviosa, nunca en mi vida me ha pasado esto?”

Aquí tenemos al segundo capítulo.
Comenten ❤️😭

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 13, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Hijo De Santa ClausWhere stories live. Discover now